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Cambiar para que todo cambie

Durante el semestre pasado, y particularmente sobre el final de la temporada, se generó un debate acerca de la decisión de Marcelo Gallardo de utilizar al equipo titular durante casi todos los partidos de las competiciones de las cuales participó River. El contrapunto se inició cuando fue al Cilindro de Avellaneda a dirimir gran parte de las chances de quedarse con el título local, y lo hizo con un equipo alternativo. La puesta no le funcionó. Ahora, con el tiempo transcurrido, da la sensación de que el entrenador Millonario está dispuesto a modificar su estrategia para esta temporada. En el nacimiento del certamen nacional y de la Copa libertadores, el gran objetivo histórico de River, apeló a una precoz rotación. A priori, una decisión acertada que apunta a no cargar de minutos a la base del equipo, tal vez como resultado de haber tomado nota de circunstancias del pasado. O quizás haya sido la altura de Oruro la que llevó al entrenador a cambiar. Cualquiera sea el motivo, lo que se observa es que será una metodología a la cual echará mano con asiduidad. Y no está mal...

En rigor de verdad, a simple vista parece que no cuenta con un plantel cualitativamente importante como para encarar ambas competiciones con dos equipos paralelos que posean el mismo poderío. Los refuerzos del Pity Martínez y de Camilo Mayada han jerarquizado la plantilla, pero aún hay sectores donde la brecha entre titulares y suplentes es muy notoria.

De todas formas, y pese a que Gallardo es consciente de las limitaciones de su plantel, no se siente amedrentado. Por el contrario, el DT quiere volver a pelear en los dos frentes, aunque palpó en carne propia durante el semestre pasado lo complejo que es ese intento. En este contexto de búsqueda y de intentos por incrementar los logros conseguidos, River ha comenzado con buen pie la competencia. Como se sabe, consiguió la Recopa Sudamericana, pero también fue auspicioso el debut en el torneo de 30 equipos: un 4 a 1 en Junín ante el ascendido Sarmiento marca que el camino futbolístico no ha sido modificado a pesar de algunas vicisitudes.

¿Puntos destacados de la goleada? Lo que más feliz debe haber dejado al Muñeco fue la vuelta al gol de Teo Gutiérrez, después de unos meses de abstinencia. También la tranquilidad que le ofrece saber que el Pity Martínez puede ser un asistidor implacable en el caso de no contar con Leonardo Pisculichi. Y lo otro involucra a Carlos Sánchez, ese jugador que había tenido un pico de funcionamiento que no pudo sostener sobre el final del semestre. Hoy va en camino de recuperarlo. Con el condimento de que su levantada trae en su mano goles, algo que suele escasear.

No se debe soslayar que la historia recién comienza, pero tampoco se puede dejar de opinar que sigue buscando gloria con las armas que le devolvieron a River la identidad futbolística. Lo cual es muy bueno. Más allá de los resultados. Aunque, es obvio, títulos y buen juego son el maridaje perfecto, el ideal que todos persiguen, y Gallardo no es la excepción...