BRISTOL, CT -- Tal parece que un pequeño café espresso bastará para un Yankees-Red Sox dominical y la gran jarra podrá esperar un poco.
Las Grandes Ligas están de regreso y una vez más con cambios que apuntan hacia la evolución del juego. Si antes el único reloj que había en los parques era el que marcaba la hora, pues de ahora en adelante los fanáticos y jugadores verán un temporizador que marca el momento en el que deben resumir la acción entre entradas.
Atrás quedó el tiempo donde la TV disponía cuando comenzar la acción. Ahora todos vamos a regirnos por un solo reloj controlado por la máxima autoridad: MLB.
Si el juego es transmitido por televisión nacional en los Estados Unidos, el reloj marcará 2 minutos y 45 segundos desde el último out para indicar el reinicio de la acción. Cuando el juego es televisado por las estaciones locales en los Estados Unidos, el tiempo será de 2 minutos y 25 segundos.
En ambos casos, la televisión internacional debe adherirse a esos tiempos según sea el caso.
Es decir, en nuestras transmisiones en ESPN para América Latina de los días martes, jueves (nuevo día de transmisión para 2015 para México, Centro América y el Caribe) y viernes el tiempo entre entradas será de 2:25. Para nuestros Domingos de Grandes Ligas, disponibles para todo el continente, el reloj marcará 2:45. Dependiendo de los términos contractuales de ciertos partidos en nuestras pantallas de los lunes, miércoles y días festivos, el tiempo entre entradas será establecido según el alcance de la emisión televisiva.
El nuevo Comisionado de las Grandes Ligas Rob Manfred dijo la semana pasada tras el anuncio de la nueva regulación para apresurar los partidos que el béisbol busca ser más dinámico con el fin de atraer a los fanáticos más jóvenes, cuyas tendencias de uso de los medios y tiempo de atención es cada día más reducido. La audiencia del juego ha cambiado hacia una demografía mayor. Según Nielsen Research, la compañía que mide la audiencia en TV de los Estados Unidos, el promedio de edad de los televidentes de la pasada Serie Mundial fue de 54.4 años a diferencia de los 49.9 de 2009. Las cifras de la postemporada mostraron que apenas un 4.3% de la audiencia fueron niños entre 6 y 17 años de edad.
Tal parece que se necesitan hoy en día mucho más que barajitas para atraer a la juventud hacia el deporte y todos coinciden que la longitud del juego juega un papel fundamental. En 2014, el promedio del tiempo de un juego de Grandes Ligas fue de tres horas con dos minutos.
"Ciertamente quiero revertir esa tendencia de la longitud de un juego y mi intención es que la cifra del promedio de duración de un juego comience con dos, en vez de con tres" declaró el sucesor de Bud Selig.
Entre los nuevos reglamentos para apurar el ritmo del juego, los bateadores no podrán sacar el pie de la caja de bateo entre pitcheos a menos de que conecten un foul, se produzca un wild pitch o el umpire decrete un tiempo. Se busca que el turno fluya en su tiempo natural y que el bateador no retrase el partido, de lo contrario podría encarar una multa de $500 dólares. Dicha penalidad comenzará su efecto en el mes de mayo, tras usar los juegos de exhibición y el mes de abril como período de "adaptación".
Tras la exitosa implementación de la repetición instantánea para revisar sentencias en 2014, un punto de queja fue el tiempo que los mánager gastaron en esperar que sus asistentes en los cuartos de video dieran la orden de desafiar al umpire. A partir de este año los desafíos tendrán que pedirse de manera inmediata y desde el propio dugout. Si el desafío es en una jugada que termina la entrada, el mánager debe salir de inmediato antes que el equipo a la defensiva abandone el terreno.
Y como la posibilidad de riesgo de "gastar" su desafío aumentará, como era la intención inicial de la regla, MLB y la asociación de peloteros acordaron agregar un desafío adicional por equipo, pero sólo para juegos de postemporada, desempates y Juegos de Estrellas.
Y este es sólo es primer paso. Mientras algunos en desacuerdo a los cambios, como David Ortiz, digieren la forma de apurar los partidos; en las categorías Doble-A y Triple-A comenzará el programa piloto del reloj entre pitcheos que ya fue implementado en la Liga Otoñal de Arizona. La ya existente regla en el béisbol de 12 segundos entre lanzamientos comenzará a aplicarse con un gigantesco reloj visible al lanzador.
El reloj marcará 12 segundos cuando las bases están limpias y 20 cuando hay circulación de corredores. La violación se castiga con una bola. Igualmente aplicará la base por bola automática sin tener que lanzar los cuatro pitcheos.
Así que no duden de que para 2016, el reloj entre lanzamientos ya sea parte del mayor nivel del béisbol.
Y es que así debe de ser. Atrás deben quedar esos maratones dominicales entre Yankees y Red Sox de casi cinco horas para jugar nueve entradas con un David Ortiz que entra y sale de la caja seis veces para apretarse los guantines, o un Clay Bucholz gastando hasta 40 segundos en concentrarse para lanzar el próximo lanzamiento.
Jugadores y fanáticos deben entender que el béisbol es un contenido mediático. Mientras 30 o 35 mil personas están presentes en un parque disfrutando de un evento en vivo, son millones quienes están desde sus dispositivos digitales siguiendo el partido de la forma que prefieran. En un mundo dinámico y cambiante, mientras más rápido se acabe el partido mejor, siempre y cuando la esencia del juego se mantenga.
Es decir, los ponches, jonrones, jugadas acrobáticas, finales de alta tensión y épicas actuaciones no faltarán. Al contrario, vendrán mejor empacadas. O condensadas si así usted lo quiere ver.
El juego debe adaptarse a la actualidad y ya mucho tiempo se había perdido en adaptar estos cambios. Incluso el tiempo entre entradas en los próximos años podría bajar aún más para apurar los partidos ante nuevas formas de ubicar comerciales y promociones en la pantalla durante las pausas en la acción. En condiciones normales, un juego de béisbol no "debería" durar más de dos horas y media, tal y como eran los promedios de duración hasta mediados de los ochenta.
Y más allá, es propicio recordar que estas iniciativas de MLB deberían comenzar a ser copiadas al carbón por nuestras ligas, donde la duración de los partidos igualmente se ha salido de las condiciones normales.
Aplaudo los cambios. Ya era hora de que la gran jarra de café venga sólo para entradas adicionales... o "béisbol gratis", como dicen por ahí.