<
>

Javier Báez sigue sin mejorar

Algunas notas del partido entre Reales y Cachorros del pasado martes en el Sloan Park en Mesa, Arizona, donde los Cachorros intentaron lo más que pudieron para perder el partido en la novena entrada pero aun así salieron con la victoria 4-3:

• Los cotizados prospectos de los Cachorros Kris Bryant (dolencia en el hombro) y Jorge Soler no jugaron, así que el nombre más grande en el terreno al comenzar el partido fue Javier Báez, cuya forma de batear fue exactamente... la misma que tuvo al final de la temporada pasada. Solo para dar un ejemplo, su turno ante el zurdo de los Reales Brandon Finnegan lució casi como un libreto: Le hizo swing abriendo el turno a un cambio, luego recibió el mismo pitcheo en la misma localización y volvió a hacerle swing adelantado, y luego por lo menos llevó el conteo a 2-2 antes de conectar un débil rodado a la intermedia ante otro cambio.

A principios del partido, había halado una pelota bien lejos, a distancia de cuadrangular, pero que se fue de foul, y todo el mundo en el estadio sabía que le harían un lanzamiento rompiente y fuera luego de eso - bueno, todo el mundo excepto Báez, quien le hizo swing y falló. Además Báez fue atrapado luego en intento de robo de la antesala en conteo de 3-0 para el bateador, aunque quizás esa decisión pudo haber venido de la banca. Lo que me molesta de él es la falta de ajustes en su forma de batear; los lanzadores lo pueden sacar de out en forma casi predecible, y no demuestra el reconocimiento del libro que se tiene de él.

• Kyle Schwarber vino a recibir en las últimas dos entradas, y si observaron algo del partido, pudieron haber visto porqué la mayoría de los evaluadores que no son de los Cachorros, así como ejecutivos, dudan que él se pueda mantener como receptor. Luce bien cuando la pelota está en la zona o por encima de ella, pero cualquier cosa por debajo de la zona o en el terreno le causa muchos problemas, y él es tan fuerte y tan grueso que es difícil para él moverse lo suficiente para cubrir el pitcheo. Su bate podría convertirse en algo especial - tuvo un turno el martes, ante Finnegan, un choque muy difícil para cualquier bateador zurdo joven - pero su guante está tan lejos que las probabilidades son demasiado altas de que termine en el jardín izquierdo.

• Finnegan lanzó la pelota entre 91-94 mph y demostró un cambio superior entre 85-87 con gran velocidad de brazo y un desvanecimiento sutil, gran lanzamiento que utilizó de forma constante ante los derechos. Su slider lució inconsistente, y claramente no lo tiene dominado, quedándosele fuera de la zona o en el mismo medio. Lució muy bien en su primera entrada de labor, un poco menos en la segunda, al perder comando y poco estable en general.

El movimiento del brazo de Finnegan es largo, y es tardío en relación a su punto de aterrizaje, así que su brazo y mano (la mano que está conectada al brazo en la mayoría de los casos) tienen mucho que viajar luego que su pie derecho golpee el terreno, lo que significa que el brazo está haciendo más trabajo del que debería. No hay un envío perfecto, pero yo solo estoy sopesando algunas probabilidades aquí, y las posibilidades son que su forma de lanzar lo lleve al bullpen en vez de permitirle ser un abridor de 180 entradas de trabajo. Fue muy efectivo en algunos momentos como abridor en TCU pero tuvo molestias en el hombro en su penúltimo año, perdiendo algunas salidas (nunca necesitó cirugía o siquiera una larga rehabilitación), y luego fue una parte importante de ese gran bullpen de los Reales en la recta final del año pasado. No culpo a Kansas City por querer desarrollar a Finnegan como abridor, ya que puede mostrar tres lanzamientos y tiene la inteligencia que uno querría como abridor, pero existen suficientes posibilidades de que sea relevista que no quiero pensar mal sobre la decisión de mantenerlo en el bullpen de Grandes Ligas ahora mismo.

• El abridor de los Reales Danny Duffy lanzó cuatro entradas, y aparte de la breve secuencia en la tercera entrada donde perdió su comando, lució listo para comenzar la temporada. Duffy llegó hasta las 95 mph, su bola rompiente le funcionó y estuvo golpeando la zona de forma consistente más allá del momento en el que terminó dando boleto para remolcar la única carrera que permitió en el día. Lució tan bien el año pasado que no puedo ponerlo como candidato a dar el salto en el 2015, pero pienso que tiene más para dar ahora que está completamente saludable, especialmente en términos de hacer fallar los bates, ya que tiene dos pitcheos para hacer eso.