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El silencio previo al clásico español

ESPN

El silencio juega un partido con las máquinas cortadoras de césped y lo va perdiendo por goleada. Una vez el operario hace sonar el silbato final del último recorrido, el campo queda en estado de gracia. Gana el silencio de un todo ya preparado. Gana el ruido de la magnitud de un estadio vacío. El estadio más grande de Europa vivirá con el partido que más fuerte lo hace latir. Eso es el Camp Nou a sólo horas del partido más universal del fútbol.

Este domingo 22 de marzo, la relación del edificio con la historia verá un nuevo capitulo. Barcelona, líder de la Liga ante Real Madrid que lo fue por cuatro meses hasta que el equipo que maravillaba Europa al final del 2014 fue palideciendo lentamente. Fue mejor el Madrid ya campeón que el que consiguió los títulos. El arranque de la temporada actual le encontró entusiasmado, rápidamente remediada la salida de dos pilares como Di María y Alonso, desarrollado por la voluntad de los nuevos. Encantaron Kroos y James, pero el domingo uno no estará y el otro poco se parece al que estuvo. Llegó la Gala de Zurich para cumplir con Cristiano, la más resplandeciente de sus figuras. Cumplido el protocolo, conseguido el galardón, Cristiano está lejos de la forma que lo impulsó al premio. Así el Real Madrid y nadie lo descarta porque en el desencanto con el juego suelen aparecer los rescatistas y de esos tiene a varios.

En el Real Madrid hay muchos ejemplos de rendimientos individuales distintos y lejanos a sus mejores versiones. La producción colectiva es un vínculo directo de los rendimientos individuales. Ahí la pequeña distancia que les separa en la tabla. Existe un antes y un después de Anoeta para el Barcelona, de lo que se dice a lo que pasó en el interior del vestuario existe un confuso torbellino de versiones. Lo que en el campo queda como evidencia es la mejor relación entre el juego y los jugadores. Recuperación de rasgos que lo hacían contundente, la última línea adelantada para empezar a atacar bien arriba, la apertura de los extremos, Messi es extremo porque a Suárez no le corresponde serlo. Messi es más Messi, más completo. Hay comunión.

Estos caminos recorridos a distinta velocidad y desde diferentes puntos de partida se cruzan en este campo gigantesco, hoy en silencio. Porque ambos han hecho escala en puntos opuestos al actual, no parece que la Liga se defina por lo que acá pase. Será un partido aparte, pero el resto de equipos metidos en puestos europeos hacen posibles los tropiezos de los grandes. Los Cuartos de Final de la Champions que minimizan el margen de error y reclaman atención especial. Será interesante, pero no parece determinante para la lucha por el título. Por ahora, descansan las máquinas. Se encenderán temprano el domingo para el último repaso de la verde alfombra que espera su noche de gala.