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La extraña metamorfosis del futbolista que se viste de verde

ESPN.com.mx

Y eso de "vestirse de verde" es un decir porque creo que ya no hay camisetas de ese color para la Selección Mexicana de futbol. Lo que sí existe es la esperanza de que futbolistas que no tienen un gran presente de regularidad con sus clubes de origen terminen emergiendo con las grandes condiciones que alguna vez les condujeron a las mejores ligas del mundo. Chicharito, Ochoa, Jiménez y otro más buscaran un cambio 'casi mágico' en el Tri que a partir de este sábado comienza su aventura del 2015. El entrenador ha vuelto a pisotear aquel axioma que, en la época de depresión futbolística, indicaba no llamar más a jugadores que no tuvieran un gran nivel competitivo. Y la razón, en sencilla: lo ha hecho porque no tiene un gran universo de donde escoger.

LOS ANGELES -- México espera que la extraña metamorfosis que algunos de sus futbolistas sufren cuando se "visten de verde" vuelva a aparecer a partir de este sábado en el Coliseo de Los Ángeles.

El Chicharito ha jugado poco más de 150 minutos en lo que va del año con el Real Madrid. Guillermo Ochoa no ha debutado aún en la Liga española con el Málaga y el Raúl Jiménez ha tenido apariciones fugaces en el Atlético de Madrid. Pero hay una extraña hipótesis que señala que ciertos futbolistas responden de una manera distinta cuando están defendiendo la camiseta del futbol de su país. Hernández ha logrado, en poco tiempo, una presencia de gol innegable con la selección nacional. Ochoa viene de un gran Mundial y Jiménez respondió con hechos y goles trascendentes en la precaria etapa de la selección antes de la Copa del Mundo.

"Yo no le llamaría magia", dijo Miguel Herrera durante una charla con el programa Raza Deportiva de ESPN. "Ellos son buenos jugadores que están tratando de competir en un nivel superlativo. Por algo están en Europa".

La selección puede y debe lograr ese nivel de motivación para tratar de encontrar el rendimiento que por ahora esos futbolistas no han logrado con sus clubes.

Pero Miguel Herrera tiene, por otra parte, noticias alentadoras sobre otros nombres que son parte del inicio del año futbolístico: Andrés Guardado, Héctor Herrera, los hermanos Dos Santos y el joven Jesús Corona atraviesan por momentos muy interesantes y regulares en sus trayectorias europeas. A partir de ellos, puede terminar fincando la base de un equipo competitivo para la escena del verano. El resto está repartido en jugadores del medio domestico encabezados por el portero José de Jesús Corona (quien será titular este sábado ante Ecuador), el veterano americanista Paul Aguilar, el joven del Pachuca Jurguen Damm, el goleador de Pumas Eduardo Herrera y los futbolistas de Tigres Ayala, Torres Nilo y Dueñas que han mostrado condiciones interesantes en el torneo local y en la Copa Libertadores.

Es obvio que aquí ocurre extraño. El plan original, en cualquier selección del mundo, es que el futbolista rinda en sus clubes y que a partir de ahí, de lo que muestre semana con semana, se gane un llamado a la selección. Algunas viejas promesas, la mayor parte de ellas rescatadas de aquella amarga época de depresión del futbol mexicano en plena eliminatoria mundialista, indicaban que los entrenadores no volverían a cometer el mismo error de traer a la selección a futbolistas que no estuvieran en ritmo y en condiciones apropiadas para jugar. Ese axioma ha vuelto a ser pisoteado por la necesidad urgente de tener jugadores de peso, de experiencia, de solvencia en una selección.

El universo de elección del entrenador del Tri no es el más amplio del mundo futbolístico. Cada día cuesta más trabajo producir futbolista en México y México no tiene, por otra parte, una gran presencia en las mejores ligas del mundo como ocurre con otras naciones latinoamericanas como Colombia, Brasil, Argentina, Chile y la propia Ecuador.

Los futbolistas son seres humanos, que corren y le pegan al balón con las piernas, pero que piensan con la cabeza y muchas veces actúan de acuerdo a las pulsaciones de su corazón. Un entorno diferente y hay que decirlo, un nivel también distinto de competencia, puede terminar dándoles la confianza que no han logrado en sus clubes de origen. La extraña metamorfosis debe ocurrir a partir de este sábado cuando suene el silbatazo del 2015 en el Coliseo de Los Ángeles.

@Faitelson_ESPN