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River se reencuentra a sí mismo

BUENOS AIRES -- De a poco River va optimizando su rendimiento. Se está reencontrando a sí mismo y día a día exhibe más similitudes con aquel equipo que logró revolucionar el fútbol argentino con su estilo de juego. Seguramente que en esa búsqueda de volver a ser, una camino que aún sigue transitando, tienen mucho que ver los jugadores, porque muchos de ellos están elevando su nivel, pero sin dudas que también la mano del entrenador se está haciendo notar. Por un factor fundamental: cuando los demás equipos le fueron tomando la mano a su sistema, cambió.

Reconoció en la intimidad, y varió. Hoy puede jugar con tres o cuatro en el fondo, atacar por cualquiera de las bandas en forma indistinta, suplir a un hombre decisivo como Rodrigo Mora con un Fernando Cavenaghi que no se estaciona en el área esperando que le llegue un balón de gol, sino que se tira atrás y por momento hace casi de enganche, pero además convierte, y porque el equipo tiene temperamento. No se viene abajo desde lo anímico ni siquiera aún cuando se enfrenta cara a cara con la adversidad. Lo mostró en la copa Libertadores e hizo algo parecido en el certamen doméstico cuando la historia no era la de hoy, que está en la punta del campeonato. En síntesis, ha sabido reinventarse.

Es cierto que esta vez la goleada lo consiguió ante un equipo que permite jugar, que es casi naif, que no mide consecuencias y que, por lo general, pierde los partidos ante los rivales de riesgo porque confunde osadía con ingenuidad, pero no deja de ser meritorio sacarse de encima a oponentes con contundencia aunque se trate del Banfield de Matías Almeyda (el propio Walter Erviti reconoció las falencias del Taladro). Y volver a ganar, gustar y golear le sirve para fortalecer su espíritu de cara a la Supercopa que disputará ante Huracán el próximo sábado, pero por sobre todas las cosas porque necesita estar bien arriba desde lo mental y desde lo futbolístico para que trilogía con Boca que se le avecina.

Y en estas semanas cruciales es bueno para Gallardo saber que el recambio también le funciona. A tal punto que en algunos casos hasta lo hacen dudar al técnico sobre si algunos futbolistas deben o no ser titulares. Sale Gabriel Mercado y Camilo Mayada rinde; ingresa Sebastián Driussi y demuestra que está en un gran nivel; lo expresado de Fernando Cavenaghi; destellos interesante del Pity Martínez, reemplazante de Leonardo Pisculichi, en fin, variantes para una plantilla que el semestre pasado padecía por ser muy corta.

Va de menor a mayor. Con vaivenes aún, eso no se puede negar, porque existe mucha diferencia de funcionamiento entre un partido y otro, pero de a poquito se va mostrando más confiable. Huracán es el primer objetivo, aunque sin dudas que siempre con la cabeza puesta en esos tres Superclásicos, porque, como se sabe, son esos compromisos que representan un mojón: según el resultado que se obtenga puede modificar o no el futuro. River ya lo vivió en la Sudamericana, ahora quiere repetir aquello en la Libertadores...