<
>

FIFA agoniza; el futbol se quita los grilletes

LOS ÁNGELES -- La FIFA se colapsa. La cimbraron el FBI y la justicia en Suiza. Y el síncope moral de la organización, en el desplome inevitable, sepultará a algunos de sus saqueadores con licencia. El sismo y el cisma en Zurich.

¿Es el fin del futbol? No. La FIFA organiza un poderoso sistema financiero para globalizar este deporte. Pero la FIFA no es dueña del futbol.

Ojo: puede caer la FIFA, pueden escurrirse bribones, pero en el desplome, en el tsunami implacable, irán siendo arrastrados los que untaron y fueron untados con los casos de cohecho.

Por eso, es un día de parabienes para el futbol mundial. Es la única oportunidad de que hecha ruinas, la misma FIFA se reconstruya a si misma. Pero, ¿habrá acaso suficientes manos limpias para ponerla de nuevo de pie y sin los mismos cánceres y corruptelas? ¿Alguien se atreve siquiera a deslizar nombres?

En conferencia de prensa del Departamento de Justicia de Estados Unidos, la palabra soborno fue repetida más de 50 veces. Perdí la cuenta. Y el soborno tiene dos actores: el que prostituye y el que es prostituido, en un acto de desleal felicidad mutua.

La FIFA, pomposamente, mientras nueve oficiales y cinco funcionarios fueron detenidos en Zurich, enuncia que está dispuesta a colaborar con las investigaciones, y asegura que Joseph Blatter será reelecto este viernes y que no corre peligro ninguno de sus torneos oficiales, especialmente los Mundiales de 2018 en Rusia y 2022 en Catar.

Como sea, parece olvidar la FIFA que diez involucrados directamente en la elección de estas sedes, algunos aún miembros activos del organismo, deberán comparecer ante la justicia de Estados Unidos y la de Suiza. Y en la catadura de sus confesiones, se sabrá el destino de Catar.

¿Está tranquilo Blatter? Sabe que la trampa, por sus trampas, se cierra en torno a él. ¿Se atreverá a reelegirse? Lo hará, porque no hacerlo lo dejaría más expuesto no sólo a procesos judiciales, sino a que sus socios, cómplices, alcahuetes o amigos, lo vendan para salvar su pellejo.

Dentro de FIFA, Blatter podrá protegerse, defenderse, negociar. Fuera de FIFA, estaría indefenso, más allá de que la justicia de Suiza ya levantó los cerrojos de invulnerabilidad que tenía el organismo.

El suizo sabe que todos los que le rodean y han rodeado, son Judas ansiosos de venderlo por 30 monedas o por el indulto.

Blatter, fuera de FIFA, sería rapiña de los mismos buitres que él creó y procreó.

¿Es Blatter inocente? Esa seguramente será su explicación. Para lavarse las manos, dirá que delegó funciones y tareas, y que de buena fe, creía en los quehaceres de sus subalternos. Y como la FIFA es una empresa privada, multinacional, con una sede, y una base jurídica y financiera, Blatter aparece con funciones únicamente de coordinador.

En otro modelo de empresas, el presidente, el CEO de una empresa, es inculpado directamente. En un monstruo como FIFA, con 209 federaciones afiliadas, y donde presuntamente el enriquecimiento no es un fin sino un medio, estatutariamente ¡y estatuariamente!, Blatter puede lavarse las manos, y con ellas limpias de escrúpulos, puede ensuciar al resto, incluso de Jerome Balcke, el secretario general, hacia abajo.

¿Se atreverán el FBI, la Justicia de EE.UU. y la de Suiza, llegado el momento, a forzar bloqueos e impedir la realización de competencias inmediatas?

Vayamos a casos específicos. La sede de la Concacaf ha sido intervenida. No hay acceso de nadie que no sea el FBI a fondos, archivos, cuentas bancarias. En este momento nadie puede autorizar un cheque. Y a nadie le interesa recibir un cheque de Concacaf.

Entonces, ¿quién garantiza que se dispute la Copa Oro a partir de julio si además, según el FBI y el Departamento de Justicia, investigan y persiguen a empresas vinculadas con promociones, patrocinios y derechos financieros de los torneos de Concacaf?

Y lo mismo ocurrirá con la Conmebol, cuando llegue la colaboración de las autoridades en Paraguay y pueda rescatar archivos de la sede en Luque. ¿Qué ocurrirá con la Copa América si tres de los más poderosos de sus directivos han sido detenidos y varios más han sido citados?

Seguramente los torneos nacionales seguirán, pero, advertidos de que las justicias de sus propias jurisdicciones, pueden ser solicitadas para investigar.

Pero los torneos regionales como Copa Oro y Copa América, específicamente donde se vinculan varios de los detenidos en Zurich, ¿encontrarán la placidez festiva y necesaria para desarrollarse?

¿Y quién será el mesías, el redentor, el hombre probo y limpio que reorganice a la FIFA, para que no muera y no arrastre en su caída las competencias importantes?

En ese escenario hay demasiado poder, como para no abusar de él. Hay demasiadas fortunas, para no corromperse con ellas. Y hay tanta fama, que la vanidad es el menor de los actos delictivos, pero es el que lleva a abusar del poder y el dinero.

La única solución real es que se consolide un comité de vigilancia de FIFA, un comité genuinamente ejecutivo, y no un montón de serviles, y rastreros lamebotas, como pasa actualmente. Este comité debería estar por encima del presidente y de su corte de bufones. Pero, ¿hay alguna mano limpia para lanzar la primera piedra?

Y no olvidar que a mar abierto y convulsionado, los tiburones no perdonan. Porque saltarán advenedizos, oportunistas, los cómplices silenciosos que sabían lo que ocurría y callaron. El silencio, por ejemplo, de Platini y Figo, no los hace mejores que los perpetradores.

Ah, y para algunos mexicanos que inocentes, ilusos, casi bobalicones preguntaban en redes sociales, si un sismo y un cisma similar podría vivirse en México, al investigar las relaciones FMF con sus televisoras de cabecera, o con los pactos generosos con los patrocinadores, o con el tráfico de futbolistas, entre directivos y promotores, puedo asegurarles que no, que como el país mismo, el futbol mexicano es el paraíso de la impunidad.

Para que me entiendan, si el FBI perteneciera a México, con unos boletitos o un palco para la Final de la Copa del Mundo, se habría arreglado todo. Afortunadamente no es así.

Pero el futbol mexicano se privilegia de la impunidad que otorga el saber que si van todos presos, no hay quien cierre la puerta por fuera.