GAP -- Las oportunidades de asalto se han reducido en el Tour de France. Son 4 etapas porque la última (21) no
cuenta para la clasificación general. Tres llegadas en alto y una bajando. Solo un premio de categoría
especial para rematar una de las 4 etapas, la que todos esperamos sea la más dura en la cima de Alpe
d'Huez. No quiere decir que tengamos que aguardar hasta la etapa 20 para ver cambios, claro que las
escaramuzas las esperamos más temprano.
Si algo nos demostró la primera etapa con remate en la alta montaña en Pirineos fue que todo se puede
esperar después de un día de descanso. Que hubo un equipo que trató de poner la presión al maillot
Jaune pero no pudo doblegar a Chris Froome. Pero eso fue la segunda semana, cuando a muchos el
golpe de la subida final los dejó medio noqueados y con ausencia de ritmo además del calor. Durante las
próximas jornadas se tiene pronosticado que un clima menos caluroso que los Pirineos pero una
constante de lluvia durante toda la estancia del pelotón en los Alpes. Eso le da otro toque de
dramatismo a la definición del título porque la elección de equipo en carrera y la resistencia física a este
cambio de clima pondrá a prueba a los de por sí ya cansados protagonistas de la Ronda Gala.
Algunos decidieron hacer su tarea en competencia hace unas semanas y participaron en el Critérium
Dauphiné, que tuvo la calca de la etapa 17 con llegada a Pra Loup, un premio corto (6.2km a 6.5%) pero
precedido de un premio de 1ª categoría (Col d' Allos 14km a 5.5%). En Dauphiné Romain Bardet (AG2)
atacó desde lejos, mientras atrás Tejay van Garderen (BMC) superaba por segundos a Chris Froome
(SKY) para vestirse por primera vez en amarillo en su carrera en Dauphiné. Alejandro Valverde (MOV)
corrió el Critérium y tiene una noción perfecta de dónde podrían tratar de hacer algo. La táctica de
Bardet probó tener éxito para la victoria de etapa, pero en el Tour puede ser más difícil dejar atrás a
Froome y compañía. Si no hay posibilidad de ataque en el cierre de Col d'Allos el Par Loup le dio a van
Garderen el rimo para alcanzar a Froome. Pero la forma de ambos estaba en otro tenor. Ahora todo el
pelotón estará rodando en al límite casi todos los días. En esa etapa 5 de la Dauphiné Vincenzo Nibali
(AST) tuvo un mal día, pero esperamos que ahora el italiano demuestre la honra deportiva de un
campeón defensor que ha tenido muy poco que aportar al espectáculo de este Tour.
Todos esperamos que Nairo Quintana (MOV) tenga una semana para recordar, porque ser segundo ya lo
hizo en 2013 y ahora con más experiencia y mejor forma puso sus ojos desde el principio de la
temporada en la posibilidad de un título. El tropiezo que tuvo el equipo desde la misma etapa 2 con un
corte de 1:28" pesa como una losa, porque en las jornadas de montaña solo un día el colombiano sufrió
ante Froome. Pero Nairo también ha sido listo y aún no ha explotado su tanque al máximo, ha tratado
de regular sus reservas porque en la tercera semana cualquiera puede estallar en los Alpes. La atractiva
posibilidad de que el Movistar Team también pueda ocupar dos cajones en el podio es algo que estará
flotando en el ambiente pero, según dijo el mismo Alejandro Valverde en el día de descanso, las
intenciones son que el equipo ponga todo su arsenal para que Nairo pueda vestirse de amarillo en París.
No es que el boyacense no tenga más años para ser primero en el Tour y no segundo como en 2013,
pero el recorrido de este año no se puede desperdiciar con tan pocos kilómetros de contrarreloj que
pudiera no repetirse en 2016.
Chris Froome puede haber dormido relativamente a gusto en la segunda semana, con un colchón sobre
su más duro rival. Pero los alegatos de la data revelada sobre si es posible que el británico este en malos
pasos le dieron a su conferencia de prensa en el día de descanso un tinte más de defensa científica que
de análisis sobre lo que esperamos de él esta semana. Ver a Froome subir con un plato ovalado
(Osymetic) con cadencia de 90 revoluciones por minuto en las más duras rampas de la montaña es algo
totalmente opuesto a lo que otros escaladores utilizan como técnica en la subidas. Algunos como
Alberto Contador (TCS) explotan en pedales con cadencias también altas pero no por mucho tiempo, y lo
que vimos de Froome en La Pierre Saint Martin fue un esfuerzo sostenido por más de 6 y medio
kilómetros casi al mismo ritmo. Pero más allá de las mediciones y aproximados científicos, las mejores
armas que ha tenido a su disposición el ciclista nacido en Kenia son sus gregarios. Richie Porte ha tenido
sin embargo algunos momentos de flaqueza por el cansancio acumulado y Geraint Thomas -tras la caída
en el descenso de la Manse-podría estar pagando el precio en el primer día de regreso a la carretera.
En la segunda semana también se notó la mano de Wout Poels, pero el holandés no es el hombre más
regular en el equipo.
Creemos que igual que se intentó en la etapa 10, Froome tendrá que enfrentar los ataques del MOV y
de otros equipos que aún conservan la esperanza de que sus fichas sigan subiendo en la general como el
Tinkoff Saxo y el Lotto Jumbo. Los jóvenes franceses también están urgidos de victorias pero a sus
ataques no habrá mucha respuesta porque están lejos de la clasificación general. El líder del SKY tiene
muy claro que a los ataques tendrá que enfocarse solamente son a los de Quintana porque si quiere
cargar con más la carrera se le puede salir de las manos. Tejay van Garderen (BMC) es una ficha que aún
puede estar viva, pero su apoyo se acaba regularmente más rápido que a los otros candidatos en la
montaña. Sin embargo al de los Estados Unidos, igual que a Nairo, los Alpes le viene mejor. Y más allá de
lo que pueda beneficiar estas subidas más largas y con superficie menos pesadas a su forma de subir,
ambos llegan con esa sicología positiva de que este terreno tiene más que darles que quitarles.
Como ustedes no puedo esperar a ver ese duelo que ya no se puede reservar, porque está en juego el
título en tan solo 4 días. Dejar pasar las oportunidades está prohibido en este Tour de France.