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¿Obligación ganar a EE.UU.? ¡Asusta al Tri!

LOS ÁNGELES -- Obligación. A algunos técnicos les asusta jurar ante esa bandera.

Obligación. Parece un tabú. O pavor a una maldición. O pánico a consumar el reto.

"No estamos obligados ni prometemos nada. Sólo nos comprometemos", quiso escurrir en su momento Hugo Sánchez dirigiendo a la Selección Mexicana, y terminó siendo carnada y presa de sus propias palabras.

"No estamos obligados a ganar. Estamos obligados al mejor esfuerzo. Nadie está obligado a nada", defendía el Chepo de la Torre, ya con el freno de mano en la pendiente del declive de su gestión.

Acaso sólo Javier Aguirre se atrevió en su momento a asumir esa obligación, aunque declinó, en una teatralidad morbosa e innecesaria, en la conferencia previa al juego ante Argentina en el Mundial de Sudáfrica, cuando se ciñó bajo las cejas la gorra del Tri y firmó burlón el acta de defunción que se extendía de manera generalizada al equipo mexicana.

Al final, esa vez, Aguirre se equivoca encomendando al 'Bofo' Bautista la labor de ser Messi, cuando, entonces, Argentina ni siquiera necesitó de Messi, y le bastó un error de Osorio y una calamidad arbitral.

Pero, queda claro, asumir la obligación de ganar sabe a suicidio, a inmolación, a la verde hiel pastosa del miedo. Convierte a halcones en avestruces.

Algunos técnicos rehúyen agregar ese Onceavo Mandamiento a su liturgia táctica y motivacional. Creen que es una palabra maldita en el vestidor y que podría causar desazón en los espíritus frágiles de algunos jugadores.

Cierto que la obligación del esfuerzo extremo es incuestionable. Pero esa, es parte inalienable de un futbolista profesional. Ha sido su elección. Y su privilegio.

Pese incluso a que en México se pagan sueldos estratosféricos por perder, porque luego los jugadores reclaman primas especiales por empatar y por ganar. Son pues, visto así, asalariados del fracaso.

¿Y proclama el Tuca Ferretti la obligación como un credo supremo y absoluto de sus jugadores al salir a la cancha o basta con el arrabalero "échenle ganas por su mamacita"?

Porque Ferretti y el Tri, este sábado, ante Estados Unidos, recopilan una legado de pactos de sangre para puntualizar la obligación como un estimulante adictivo para saltar a la cancha. ¿O no?

Hagamos cuentas de esos motivos. Porque abundan. Desde los deportivos, hasta los sociales y los financieros. Sí, hay una obligación de ganar...

  • 1.- ...porque es Estados Unidos, y porque para el mexicano significa restablecer el control en el único deporte en el que aún habría fuero para superar al vecino.

  • 2.- ...porque es Estados Unidos, y porque la rebeldía de los antes esclavizados, les ha permitido llevar a desplantes de soberbia, como esa burla persistente y permisiva del "2-0" sobre el Tri.

  • 3.- ...porque es EE.UU., y algunos seleccionados lo saben por sus mismas familias, las secuelas de una derrota entregan a una humillación sin cuartel a los mexicanos en convivencia diaria con centroamericanos, y ahora, con los mismos estadounidenses.

  • 4.- ...porque si bien la Copa Confederaciones no es el circo supremo del futbol, México alguna vez ganó una versión más relajada de esta competencia, y EEUU se plantó en una Final, tras abofetear a España, y tener incluso 2-0 abajo a un Brasil que se levantó de la lona para coronarse.

  • 5.- ...porque después de un Mundial plausible ante Brasil, notable ante Croacia y, como siempre, #ConsuélameConElYaMerito ante Holanda, el Tri sumó un fracaso de espanto en Copa América, y porque su coronación en la Copa Oro, tiene dos asteriscos tras los penaltis creativamente perpetrados ante Panamá y Costa Rica por el terrorismo arbitral.

    Es el momento de lavarse la cara en la Concacaf, aunque la conciencia siga promiscuamente percudida.

  • 6.- ...porque si el Tuca Ferretti aceptó dirigir tres encuentros moleros y uno oficial por "agradecimiento a México", la única manera de ser agradecido es conquistar el boleto a la Copa Confederaciones. O de otra manera, ese agradecimiento no queda consumado.

  • 7.- ...porque para muchos seleccionados nacionales esta Copa Concacaf ante EE.UU., puede ser su última convocatoria y su último logro trascendente, con dificultades evidentes para llegar a la misma Confederaciones y al Mundial de Rusia.

  • 8.- ...porque enseguida, con un técnico nuevo, sin referencias anteriores, sería lamentable para muchos seleccionados cargar con el estigma de una eliminación ante EE.UU. este sábado, y enseguida sumergirse en el Azteca ante El Salvador y después en San Pedro Sula ante Honduras.

  • 9.- ...porque para eso aceptan vestirse de seleccionados nacionales, y por eso proclaman que es un Clásico ante EE.UU.

  • 10.- Porque con el ficticio proyecto de Jurgen Klinsmann, este es el momento paupérrimo del futbol estadounidense, y no sacudirse ese yugo esta vez, sería ceñirlo de manera más asfixiante.

  • 11.- Y porque como dice el necio, con argumentos más hormonales que neuronales: "pos porque sí".

Así que, más allá de que rehúsen y rehúyan jurar bajo ese estandarte, obligación debe ser la primera palabra de cualquier discurso de cualquier miembro de esta Selección Mexicana.

No hacerlo, no decirlo, no practicarlo, ya es un síntoma reprobable de deserción.