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La Ciudad Gótica del norte a punto de la eliminación

Si había un lanzador que reflejaba la realidad de los Azulejos de Toronto en el segundo juego de la Serie Divisional contra los Vigilantes de Texas era Marcus Stroman. Al derecho lo daban por descartado este año debido a una lesión en la rodilla sufrida en los campos de entrenamiento. Sin embargo, luego de un trabajo arduo resucitó con el equipo en el mes de septiembre y dominó. El encuentro del viernes tenía esa sensación a la distancia, Toronto podía colocarse a un paso de fallecer o volver a la vida.

Stroman se monta en la lomita con resentimiento y odio en su corazón, tal como el mismo lo declaró el día jueves, debido a que toda su vida ha sido menospreciado por distintos factores incluyendo su tamaño. Eso le da fuerza y motivación para lanzar, además de hacerlo ante un estadio que básicamente lo aplaudió constantemente desde que se paró a calentar.

Uno puede decir que Cole Hamels es lo opuesto a Stroman en términos emocionales. El zurdo es frio, calculado y premeditado. Eso le dio un detalle adicional a un encuentro que ya tenía varios. Algo así como ver luchar a Hulk contra Batman (pero no la versión de Matt Harvey debido al límite de pitcheos).

El juego estaba pautado para las 12:45 pm pero los Azulejos saltaron antes y hubo que esperar unos 3 minutos con todos los peloteros listos incluyendo Stroman. Una señal del desespero interno producto de esa primera derrota.

El primer inning fue algo extraño. En el inicio vimos jugadas que normalmente se hacen pero que esta vez no, malas decisiones a la hora de correr las bases y a Chris Colabello como la estrella defensiva (por cierto, Colabello y defensa nunca se utilizan en la misma oración). Texas anotó dos carreras pero desperdició algunas más. En el cierre de la entrada, Josh Donaldson recortó la ventaja con un cuadrangular de línea por el jardín central que levantó a los fanáticos tal como si le hubieran dado una descarga eléctrica de cien millones de voltios.

En el segundo Rougned Odor (que en canadiense significa pesadilla) anotó una carrera con maña caribeña. Boleto, una base adicional tras un roletazo y un deslizamiento en el plato estilo hombre elástico a pesar que la pelota ya le había ganado. Toronto empató el partido en el cierre de esa misma entrada de una manera más fácil, a fuerza de palos.

Luego hubo paz en la Ciudad Gótica del norte por unas entradas, quitando los 49.716 mil fanáticos que no paraban de gritar.

En el quinto Toronto se fue arriba con la combinación Pillar, Goins y Revere. Luis Rivera, boricua y coach de tercera de Toronto, me comentó antes del juego sobre la importancia de esa parte del lineup, especialmente considerando que deberían ver buenos pitcheos.

Texas empató en el octavo con hit del emergente Mike Napoli aprovechando un "shift' de Toronto que no funcionó esta vez. Adicionalmente teniendo a Mark Lowe listo en el bullpen, John Gibbons prefirió dejarle a Brett Cecil quien, en su defensa, ha sido uno de los relevistas más efectivos en las mayores desde el juego de las estrellas y también domina a los derechos. Pero Napoli le batea mucho mejor a los zurdos. "Decisiones", diría Rubén Blades.

Nota especial para el bullpen de ambos equipos pero en especial a Roberto Osuna (Toronto) y Jake Diekman (Texas) por su actuación en el día de hoy. Básicamente apagaron las ofensivas sin consideración de nadie. Impresionante.

Adelantemos la historia hasta el inning 14...

La pesadilla se embasa con un infield hit para luego anotar con un hit del dominicano Hanser Alberto a un LaTroy Hawkins un poco franco. Antes de la carrera Toronto apeló una decisión de quieto en segunda que parecía out debido a que el zapato de Odor dejó la base por milésimas de segundos pero en Nueva York no vieron lo mismo. Luego Texas anotó de nuevo con otro infield hit ahora de Delino DeShields. En fin, un inning productivo de eso que llaman beisbol pequeño que le dio números definitivos al juego.

Nota aparte para el umpire principal Vic Carapazza al verse involucrado en una gran cantidad de protestas de bolas y strikes, sobre todo de Russell Martin, a quien particularmente nunca había visto con esa actitud. Realmente Toronto no perdió por eso pero fue algo notable en el juego.

Al final, los Azulejos se acercan peligrosamente a la eliminación al perder sus dos juegos en casa de una manera dramática. Pero ese mismo equipo tuvo dos rachas de 11 juegos ganados seguidos en la temporada así que todavía falta pelota.