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La Estrella de la Muerte no pudo ser destruída

En "Episodio 2: El Retorno de Price" la alianza rebelde se prepara para destruir la estrella de la muerte a base de rectas y cambios. David Price llegó a la ciudad de Toronto con la tarea de liderar esa misión pero su récord en postemporada y una actuación mediocre como relevista ante Texas generó preocupación en mucha gente. ¿Podrá el zurdo rescatar su forma? ¿Se quitará ese malefició que se activa solo cuando finaliza la temporada regular? ¿Logrará el objetivo?

El segundo juego de la Serie de Campeonato de la Liga Americana era de suma importancia para ambos equipos. Los Reales de Kansas City buscaban preservar la ventaja de ser sede poniendo en la lomita a Yordano Ventura, un lanzador con todo el talento del mundo pero algo inconsistente en su corta carrera. Los Azulejos de Toronto trataban de robar un encuentro como visitante y para ello usaron a David Price, adquirido precisamente para tardes como esta.

El dominicano comenzó la faena lanzando rectas de 98 millas en la esquina externa con un absoluto control, parecida a la fórmula utilizada por Edinson Vólquez en el día anterior. Por su parte, Price se vio menos espectacular pero igual de efectivo a las primeras de cambio. A ambos los ayudaba una hora del juego en donde las sombras del estadio saboteaban la trayectoria de cada lanzamiento.

Los canadienses amenazaron en el segundo inning con dos en bases sin outs, tras sencillos consecutivos de Edwin Encarnación y Chris Colabello, pero Tulowitzki se ponchó con tres lanzamiento. Russell Martin conectó una línea salvaje atrapada por Alcides Escobar en gran forma, quien luego aprovechó que Encarnación había dado varios pasos hacia la tercera base para completar la doble matanza.

La primera carrera de los Azulejos llegó temprano y de la parte del lineup que cuando produce le complica la vida a cualquier equipo. En el inicio del tercero, Pillar conectó doble por el jardín derecho y Goins lo imitó pero por el otro lado del campo. Ben Revere, Josh Donaldson y José Bautista fallaron sucesivamente en aumentar la ventaja. Hasta ese momento los bateadores de Toronto solo habían conectado para .190 (de 58-11) con corredores en posición anotadora en la postemporada.

En el sexto inning Edwin Encarnacion, a pesar de resentirse de una vieja lesión en uno de sus dedos de la mano izquierda que incluso requirió de una inyección de cortisona, trajo la segunda carrera con su segundo inatrapable de la jornada. Tulowitzki conectó doble al jardín derecho para poner el marcador 3-0 y exorcizar un poco esos espíritus malignos que lo han venido acompañando al plato en la postemporada.

Yordano Ventura duró hasta la sexta entrada luego de perder un poco el control y meterse en problemas. Su línea de trabajo no reflejó adecuadamente como lanzó, pero en este caso el mérito se lo llevan los bateadores de Toronto que supieron esperar. Ese es uno de los brazos más eléctricos de las mayores.

En el cierre del séptimo los Reales emboscaron a Price luego que la falta de comunicación entre Goins y Bautista permitiera que cayera un fly inofensivo de Zobrist entre los dos. Lo que vimos a continuación fue simplemente el estilo característico de Kansas City: buenos turnos, hits por todos lados, agresividad en las bases y presión sobre el lanzador, que les dio como resultado 4 carreras.

Mucho se criticó en las redes sociales al manager John Gibbons por dejar demasiado al abridor y no recurrir a su bullpen pero venía un grupo de zurdos y la alternativa era traer a Aaron Loup o Aaron Sánchez (que ha sido inefectivo contra los bateadores del lado prohibido). Ante esa realidad el dejar a Price, quien venía dominando y tenía muy pocos lanzamientos, no era descabellado en lo absoluto. Los bateadores de los Reales hicieron un trabajo extraordinario al conectar pitcheos difíciles y realizar ajustes.

La decisión del manager hay que evaluarla con las alternativas que tenía y no había ninguna otra que dejar a Price en esa situación. Evidentemente que no funcionó pero si Gibbons saca a Price para traer a Loup o Sanchez y el resultado es el mismo lo más seguro que la crítica sería aun peor. En el mundo de las probabilidades en el que se manejan los dirigentes la opción de morir con Price era lo indicado.

David Price lanzó 5 veces en la temporada regular luego de una derrota de los Azulejos y su récord fue 5-0. Es lo que llaman en el argot de la pelota un 'stopper': ese brazo que evita caer en rachas negativas y mantiene la intensidad del equipo. En el segundo juego de la Serie de Campeonato el zurdo parecía destinado a otra victoria pero un inning le cortó la oportunidad. El maleficio continúa y la estrella de la muerte sigue viva.