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América enfrenta sus propias emboscadas

Mexsport

LOS ÁNGELES -- La Liguilla ya hace un lugar en su Nido para las Águilas. Es inevitable que se metan ahí. Pero eso no basta. La clasificación es una obligación, ni siquiera está a discusión. Y los americanistas de escritorio y vestuario lo saben, y los americanistas de tribuna lo asumen.

Lo malo de la realidad del América es el realismo de sus cifras: siete juegos de local, con cuatro derrotas y tres victorias. Nueve de 21 puntos posibles. Miserable porcentaje.

En el vulnerado Nido, las Águilas han recibido más goles que de visitantes. Y obviamente ha marcado más de huésped incómodo que como un anfitrión más abusado que aguzado.

¿Y con quién ha perdido en el Azteca? Con Atlas, Tigres, Chivas y Querétaro, de los cuatro, en este momento, sólo los regiomontanos están en Liguilla.

Antes de ultrajarlo este sábado, el Querétaro era el quinto peor equipo de visitante. Y llegaba sepultado de vergüenza: 11 goles en los últimos cuatro juegos de peregrino. Ese Querétaro sometió al América.

Es entendible, cierto, respetable, irrefutable, la apreciación de que los adversarios se subliman ante las Águilas. Muchos jugadores rescatan ante el América su contrato del próximo torneo. Es innegable ese cinismo.

Pero, si los adversarios se crecen en el Azteca, ¿qué ocurre con los jugadores americanistas que no respetan su propio club?

¿Acaso esa camiseta que enardece y enerva a los adversarios termina por reprimir y espantar a los que inmerecidamente la portan?

¿Recordarán y entenderán el sentimiento de los jugadores que llegan a México y los mismos nacionales que uno de sus anhelos es jugar con Chivas o América?

Pero, cuando finalmente llegan a el Nido, en lugar de aprovechar con dignidad y masculinidad esa oportunidad, se espantan, huyen, se inhiben, se cohíben.

En especial aquellos que llegan con la parafernalia majestuosa de contrataciones rimbombantes y salarios dispendiosos. Y la tribuna no perdona. La tribuna se indigna, más tal vez que en las mismísimas oficinas del club.

Y ve que Carlos Darwin 'Cuentero' dejó de ser el Quintero de Santos, con su futuro millonariamente garantizado.

¿Y el 'Rifle' Andrade, que hasta pide atención al seleccionador Pékerman, por qué súbitamente de una jornada a otra se convierte en La Carabina de Ambrosio?

¿Y Miky 'Arrullo' pasó de ser un caudal a un Arroyo de mediocridad? ¿O porque a Martínez la afición lo cuestiona como 'Osguanguito'? ¿Y Paolo 'AutoGoltz', cuándo dejará de perpetrar errores casi sospechosos?

A veces este América conmueve. Porque se asemeja más al que le tundió el Atlas 3-1 al inicio del torneo, o al timorato del Clásico ante Chivas, que al que de repente le tundió con vocación a -cierto, otro desahuciado- Cruz Azul.

¿Hay más preocupaciones? Sí. Estas Águilas cierran el torneo con enfrentamientos en los que hay rencillas envenenadas de por medio. Con sangre en los ojos y en el hígado de sus contendientes.

1. Visita al Toluca, que cierto, es un endeble local, pero ha sido mejor que las Águilas en el torneo, en futbol y en números.

2. Recibe, en esa casa del horror en que se ha convertido su propio Estadio Azteca, a un Mohamed que puede meterse a Liguilla causando un tropiezo a su aborrecido ex patrón.

3. Vaya cierre de temporada regular: Pumas, el dominante del torneo, que a pesar de esas inflexiones en su accionar, también sabe el perfecto cierre de torneo que podría tener, más el nutriente anímico para la Liguilla misma.

Sí, la situación del América ya se recrudece con esta cuarta derrota de local en siete juegos. Y encima encara a tres equipos en posiciones de Liguilla.

¿O descuidarán el torneo para enamorarse de la posibilidad de una improbable odisea ante el Barcelona?

Cargas extras de trabajo aguardan a Ambriz y Peláez para estremecer, para sacudir, a esos espíritus asustadizos de sus jugadores, para que reaccionen en el desenlace de la competencia.

Recordemos, por la aritmética de este torneo, ya no es posible pensar en que con 24 puntos se clasifique, por lo cerrado de los pelotones.

América pues, ante sus propias emboscadas.