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Real Madrid y la tontería de hacerse el listo

LOS ÁNGELES -- Woody Allen no sabía que algún día describiría al Real Madrid cuando dijo: "La ventaja de ser inteligente es que se puede hacer el imbécil, mientras que al revés es imposible".

Y la comunidad merengue, la oficial, la institucional, la florentinamente florentinesca, quiso hacerle al vivo y terminó haciéndole al tonto.

La Real Federación Española de Futbol giró el documento en el cual oficializa dos situaciones lamentables para la Casa Blanca.

1.- La eliminación de la Copa del Rey.

2.- La estulticia de la actual comuna blanca.

En el comunicado, además, la RFEF humilla una vez más al Madrid, cuando con lujo de argumentos desmenuza por qué es imposible que el Club no se enterara de que la alineación de Cheryshev era ilegítima.

Había tantas formas, conforme enumera la RFEF, de que el Real Madrid se enterara de la inhabilitación de Cheryshev, que la única manera de no saberlo era hacerse el tonto. Y, nuevamente, Woody Allen tiene razón.

Y tras pasar por tonto, se quiso hacer el listo, para quedar nuevamente como tonto. Woody Allen podría montar un argumento desquiciadamente cómico del actual madridismo.

¿Responsables? Todos. Ninguno puede escapar ni ser exculpado. Todos, en una época, en la que el Real Madrid naufraga en la cancha, en los escritorios, en la legalidad de los estatutos, aunque, eso sí, siga protagonizando escalafones de glamour inútil, peligroso, fatuo, narcisista, y se preocupa más por cotizar, como su jugador, entre los más ricos, los más famosos, los más guapos, los más envidiados.

Sí: el Real Madrid se ha obsesionado tanto con la imagen en deterioro de Cristiano Ronaldo, que ahora parece ser su propio retrato de Dorian Gray.

Está tan ocupado de verse guapo en su propio espejo, que no se da cuenta que por embellecerse por fuera, se pudre por dentro. Y, ojo, es lamentable, porque es el club más grande de la historia.

1.- ¿Quién puede exculpar a Florentino Pérez? Con su listado de obligaciones más lleno de bluff que de eficiencia, se ha rodeado de adoradores en lugar de cuestionadores. Tiene una corte de idolatría, no de eficiencias.

2.- ¿Y Rafa Benítez? Un técnico tiene la obligación de conocer vida y milagros de cada uno de sus jugadores. Y como el mismo Florentino, requiere rodearse de gente astuta a detalles. Desconocer la disponibilidad de Cheryshev equivale a desinteresarse en uno de sus jugadores.

3.- El mismo Cheryshev. Desde el momento mismo de la convocatoria debió estar consciente del riesgo. Su silencio es un acto de traición. Otro más para el diván sardónico de Woody Allen, otro tonto que quiso jugar al listo y terminó consagrándose como tonto.

Pero, lo pero ocurre en la cancha. Quedar fuera de la Copa del Rey no es lo más grave. Lo grave es que el equipo juega de manera miserable, con sus estrellas hechas una miseria, y con un futuro igualmente mísero en la Liga y en la Champions.

El final del camino está cerca para muchos. Porque además han perdido la capacidad de liderazgo. Y hay una terna en desgracia: Florentino, Benítez... y Cristiano Ronaldo.

No necesita saber de futbol, entonces, Mr. Woody Allen: ¿Le interesaría presidir al Real Madrid? Necesitan de manera urgente a un hombre que entienda la ventaja de ser inteligente para que se pueda hacer pasar por un imbécil, porque de los otros, de los que imbécilmente se quieren hacer pasar por listos, de esos, ya tiene suficientes.