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Se llena de nubarrones el futuro de Aroldis Chapman

Aroldis Chapman no sabe con qué equipo lanzará en el 2016. De hecho, no sabe si lanzará en el 2016.

El lanzallamas cubano ya estaba haciendo las maletas para irse a los Dodgers de Los Angeles, cuando la transacción con los Rojos de Cincinnati se cayó como un piano, tras salir a la luz un reporte de un supuesto incidente de violencia doméstica.

Chapman, el pitcher más intimidante de todo el béisbol, de pronto pasó de ser el cerrador más codiciado por todos los equipos a un elemento tóxico, nocivo, de quien muchos prefieren tomar distancia.

Las Grandes Ligas han adoptado una nueva política ante casos de violencia doméstica, por lo que se inició una investigación del incidente, que habría ocurrido en octubre pasado.

De hecho, ese caso parece haber sido la causa por la que los Medias Rojas de Boston bloquearon un eventual canje por el serpentinero que más duro tira la bola en todo el béisbol.

Pero la policía de Davie, la ciudad de la Florida donde vive Chapman, ya cerró el caso, al encontrar demasiadas incongruencias en las declaraciones del pitcher, su presunta víctima y otros testigos.

No se presentaron acusaciones y desde el punto de vista penal, ahí murió todo.

A diferencia del caso del dominicano José Reyes, contra quien sí se presentó una denuncia y llegó a ser hasta arrestado el mes pasado, o de jugadores de la NFL, cuyos maltratos han quedado captados en imágenes, MLB parece tener muy poco contra Chapman.

Una eventual sanción sin una base sólida sería un acto tan hipócrita como la política de castigos que ha adoptado la oficina del comisionado a los infractores en el uso de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento deportivo.

Por lo pronto, Chapman se ha quedado calentando en el bullpen, pero el frenazo de los Dodgers, que ya tienen otro problema con el también cubano Yasiel Puig, puede terminar siendo aprovechado por otros equipos.

Por cierto que la inclusión de Puig en la delegación de alto nivel de las Grandes Ligas que viajará a Cuba la próxima semana viene a reafirmar la hipocresía con que la jerarquía del béisbol.

En medio de una investigación por protagonizar un hecho violento en un bar de Miami y rodeado cada vez más por una aureola de indeseable dentro de su propio equipo, lo premian con este viaje en el que lo colocan a la par de José Abreu, quien ha sido un modelo ejemplar dentro y fuera del terreno.

Volviendo a Chapman, ya los Nacionales de Washington han mostrado su interés en adquirir los servicios del zurdo, para que asegure las victorias en el 2016, algo que no pudo hacer en el 2015 Jonathan Papelbon, uno de los principales responsables del descalabro de un equipo construido para ganarlo todo y que ni siquiera avanzó a los playoffs.

En la capital, Chapman se reencontraría con Dusty Baker, su primer manager en los Rojos, cuando llegó a las Mayores en el 2010.

Cuando salió a la luz el presunto hecho de violencia doméstica, Baker fue el primero en saltar en defensa de su ex cerrador y reitero que le gustaría tenerlo nuevamente bajo su mando.

Entonces, los Nacionales serían los pescadores que obtendrían la clásica ganancia en río revuelto, como reza el refrán y en futuro de Chapman no sería tan incierto como parece ahora.