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Cooperstown: Cambios en mentalidad de votantes

ORLANDO -- Comenzando con el casi 100% de Ken Griffey Junior y la eleción de Mike Piazza y terminando con los porcentajes obtenidos por Barry Bonds, Roger Clemens y Edgar Martínez, los resultados de la votación del Cooperstown de este año mostraron una tendencia significativa para el cambio en la mentalidad del jurado con relación a varios tópicos, incluyendo algunos tabúes ridículos que han rodeado el proceso de elección.

Es verdad que es risible que tres de los 440 periodistas que votaron este año no incluyeran a Griffey Junior, pero en el lado positivo es refrescante que el elegante jardinero/jonronero rozara la perfección con un 99.3% de aceptación, una marca de todos los tiempos en los 76 años de existencia del Salón de la Fama.

Tras la elección del año pasado, la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés) y la directiva del Salón de la Fama revisaron la lista de votantes, sacando una gran cantidad de periodistas que básicamente estaba retirado o dejaron de cubrir béisbol por una década, bajando el jurado de 575 a cerca de 450.

Estas son las señales más importantes que nos dejó la votación del 2016 para creer que muchas cosas cambiarán para mejor en el futuro, en lo que se refiere al Salón de la Fama. Veamos:

"Nadie debe entrar unánime": Desde su fundación en 1939, al Salón de la Fama no ha entrado nadie-- ni Hank Aaron, Willie Mays o San Babe Ruth-- con la aprobación de todos los votantes. Y las excusas son bien variadas, desde "nadie lo merece" y "de todos modos será electo y no necesita mi voto" hasta "planeaba votar por él en una segunda o tercera oportunidad", entre otras.

Por supuesto que sigue siendo incomprensible que un periodista especializado en béisbol ofrezca una excusa tonta para tratar de justificar no incluir en una lista de 10 candidatos a gigantes de este deporte como Aaron, Ruth, Mays, Ty Cobb, Nolan Ryan o Griffey, pero "de todo hay en la viña del señor", de acuerdo a un refrán popular.

Al menos Griffey Junior cerró la brecha de la insensatez con su votación casi unánime. Los grandes sí deberían entrar de forma unánime.

"El Bateador Designado es medio jugador de béisbol": Erróneamente, muchos creen que el puesto de Bateador Designado fue creado, y es ocupado, por jugadores que pueden batear y no tienen aptitudes para jugar a la defensa. Eso es media verdad.

El puesto de Bateador Designado fue creado por la Liga Americana en 1973 para sustituir el turno del lanzador, un out casi seguro, por una mejor opción ofensiva. La historia del béisbol está llena de grandes bateadores que no eran tan buenos a la defensa, antes y después de la era del designado, y muchos están en Cooperstown, incluyendo Piazza, uno de los peores catchers defensivos que he visto jugar a diario.

El puertorriqueño Edgar Martínez bateó .312 y tuvo un porcentaje de OBP de .418 con 309 jonrones, 514 dobles y 1,261 carreras impulsadas; ganó dos coronas de bateo y cinco Bates de Plata y fue electo a siete Juegos de Estrellas.

Muchos no mencionan que Martínez apareció en más de 500 partidos en 3B y 1B antes de que Marineros de Seattle decidiera que era mejor para los fines del equipo usarlo exclusivamente como Bateador Designado desde 1995, en su novena temporada en Grandes Ligas.

En su séptimo año en la boleta de Cooperstown, Martínez obtuvo un 43.4% de apoyo de los votantes, una ganancia muy importante con relación al 2015 (27% ) y 2014 (25.2%) y una buena señal para los próximos tres años, cuando tendrá sus últimas oportunidades de ser electo por los periodistas.

"El borrón y cuenta nueva": La elección de Mike Piazza con un 83% en su cuarta aparición en la boleta y el trato recibido por Barry Bonds, un siete veces Jugador Más Valioso, y Roger Clemens, ganador de siete premios Cy Young, significó un gran avance para los jugadores que en cierta forma han sido relacionados al uso de sustancias para mejorar el rendimiento.

Piazza, uno de los catchers más ofensivos de todos los tiempos, nunca ha sido acusado formalmente de usar sustancias, pero rumores de pasillo sobre el particular, tuvieron alguna incidencia para que no fuera electo en los tres años anteriores.
Clemens y Bonds, quienes han lidiado con acusaciones directas y hasta tuvieron que defenderse en cortes civiles por casos relacionados a sustancias, recibieron 45.2% y 44.3%, respectivamente, imponiendo marcas personales de apoyo.

En cierta forma, Clemens y Bonds, han sido tomados como "chivos expiatorio" para castigar una era en que el béisbol no castigaba-- y de hecho, exhortaba sin anunciarlo-- el uso de sustancias.
No es que los esteroides sean buenos, es que la misión de los periodistas no es tratar de determinar sin conocimiento de causa quienes usaron o no en una era en donde todos los peloteros tenían permitido usar lo que necesitaran para permanecer en la competencia.

Y mientras los casos de Piazza y de Bonds y Clemens podrían ser muy diferentes, en el fondo se trata de lo mismo. Piazza saltó de 57% a 62% a 69.9% a 83% en los últimos cuatro años, un aumento sostenido que lo metió a Cooperstown. Y ojalá que con Bonds y Clemens ocurra igual.