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¿Los nuevos Yankees? Les presento a los Mets

Los Mets han demostrado agallas en este invierno, mientras que los Yankees han jugado pelota pequeña. En el despiadado mundo del béisbol en NY, los Mets ganaron la temporada regular y la postemporada del 2015. Y han ganado la temporada baja del 2016. Getty Images

NUEVA YORK - Entre el final de su temporada 2015 - un festival de dominio por parte de Dallas Keuchel y los Astros de Houston en el juego entre comodines de la Liga Americana - y hoy, los Yankees de Nueva York han firmado 14 agentes libres, conseguido en cambio 7 jugadores, han comprado uno y han reclamado uno de waivers.

Mientras tanto, los Mets de Nueva York, que se quedaron a tres victorias de su primer campeonato de Serie Mundial en 30 años, firmaron a Yoenis Céspedes.

Deslicen todas las cuentas hasta Flushing y acumúlenlas.

En el despiadado mundo del béisbol en Nueva York, los Mets, quienes ganaron la temporada regular y la postemporada en el 2016, han ganado también la temporada baja en el 2016.

Será interesante ver como los fanáticos del béisbol en Nueva York responder a esos eventos, y el cambio sísmico evidente en el equilibrio de poder entre los otrora todopoderosos Yankees ante sus hermanos menores los Mets.

Es obvio al ver sus respectivas temporadas bajas que las dos organizaciones han cambiado de puesto. Los Yankees, cuyas firmas de agentes libres fueron todas de jugadores crudos con acuerdos de liga menor, están claramente intentando ponerse más jóvenes y más baratos - su enfoque principal de cara al futuro.

Los Mets - quienes además firmaron a los jugadores de Grandes Ligas Asdrúbal Cabrera, Alejandro De Aza y Antonio Bastardo mientras conseguían en cambio a Neil Walker y firmaban de vuelta a Bartolo Colón para juntarlos con Céspedes - no están mirando más allá de la próxima temporada.

Son ellos, y no los Yankees, los que están echando a rodar los dados en el 2016 en búsqueda de ganar ahora.

Y aunque los Yankees esperan que su espectacular bullpen - una seguidilla de ponchadores como Dellin Betances, Andrew Miller y el recién adquirido Aroldis Chapman -- les ayude a recortar sus partidos y le quite algo de carga de trabajo a su sospechoso cuerpo de abridores, ellos definitivamente esperan tener un futuro más económico.

Un cambio de fortuna como ese habría provocado en George M. Steinbrenner III un ataque de rabia, compras al por mayor y despidos. Y eso no necesariamente habría sido algo bueno.

Su heredero, Hal Steinbrenner, ha optado por un modo de operación más paciente y cauteloso para construir su equipo, aunque hace apenas dos años gastó casi $250 millones en cuatro jugadores.

Queda por ver si alguno de los 14 agentes libres de los Yankees -- Pete Kozma, Vinnie Pestano, Donovan Solano, Anthony Swarzak, Francisco Díaz, César Puello, Juan Silva, Sebastián Valle, José Rosario, Jhony Brito, Spencer Mahoney, Daniel Marten, Tyler Jones o Kyle Higashioka (un firmado de vuelta) - tendrán la oportunidad de ver el interior del Yankee Stadium sin comprar un boleto de entrada.

Y de los tres principales jugadores adquiridos en cambio, uno de ellos, Chapman, todavía no está seguro de poder comenzar la temporada con el equipo. Las Grandes Ligas siguen investigando el episodio de violencia doméstica entre Chapman y su novia, y podrían imponerle un castigo bajo la nueva política de violencia doméstica.

A Starlin Castro, adquirido también vía cambio, se le está pidiendo que juegue una posición (segunda base) que apenas comenzó a aprender la temporada pasada, mientras que Aaron Hicks está pautado para ser el cuarto jardinero.

El lanzador Kirby Yates (traído de los Indios de Cleveland), el jardinero central Lane Adams (reclamado en waivers) y el lanzador derecho Chad Green (adquirido en cambio por Justin Wilson) podría convertirse en jugadores útiles, pero no se espera que ninguno de ellos convierta a los Yankees en contendientes a la Serie Mundial.

De hecho, de acuerdo con algunos analistas, los Yankees son el único equipo entre los 30 de las Grandes Ligas que no ha firmado un agente libre de importancia en esta temporada baja, y aunque ciertamente la frase "de importancia" es subjetiva, el punto no lo es. Luego de apenas mojarse los pies en la postemporada del 2015, los Yankees básicamente se han sentado a ver a los otros equipos moverse en la temporada baja del 2016.

Los Mets, quienes jugaron en la temporada hasta noviembre, hicieron el tipo de movida que nadie pensaba que tenían las agallas, o la chequera, para hacer. El tipo de movida que los Yankees solían hacer todo el tiempo.

En su corto tiempo en las Grandes Ligas, Céspedes ha rebotado en varios lugares - los Mets fueron su cuarto equipo en dos años - y ha alcanzado una reputación que puede o no ser válida.

Pero no hay duda que cuando llegó a los Mets en la fecha límite de cambios directos la pasada temporada, los ayudó a transformarse de un pequeño buen equipo a una verdadera potencia ofensiva. Y no es una exageración decir que sin él - junto con su gran y dinámico cuerpo de abridores - probablemente los Mets no estarían ni cerca de los playoffs, y mucho menos la Serie Mundial.

Los Yankees pasaron con Céspedes en la primera oportunidad, cuando salió de Cuba en un bote de motor en el 2011 solo con una cinta de video y un apodo ("La Potencia"). En su segunda oportunidad, en este invierno, volvieron a pasar, lo que es indicativo de su nuevo modo de operar su negocio y del hecho de que ahora mismo no tienen espacio para él en el terreno o en su plantilla.

En el pasado, nada de esto hubiese importado. Los Yankees habrían encontrado espacio para Céspedes, incluso si eso significaba inflar demasiado su nómina y causar que tuviesen que salir de un jugador - en este caso, probablemente Brett Gardner -- que es a la vez bien considerado en el camerino y relativamente asequible.

Pero esa ya no es la forma en que los Yankees hacen sus negocios.

Ellos dejan los contratos caros a largo plazo a otras organizaciones, equipos tales como los Medias Rojas de Boston, los Dodgers de Los Angeles, y sí, los Mets de Nueva York.

Es el tipo de curso de acción prudente que hubiese parecido impensable para ellos hace apenas unos años, y al igual que todos los planes a largo plazo, pasará un tiempo antes de poder emitir un veredicto de si realmente era la mejor forma de actuar o no.

Pero por ahora, los dos equipos de béisbol de Nueva York han intercambiado identidades, y para al menos una de esas bases de fanáticos, les tomará algo de tiempo acostumbrarse a ella.

¿Se quieren aventurar a adivinar cuál?