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Rob Manfred manejó bien el caso Chapman

El comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred, actuó de acuerdo a las circunstancias en su sentencia inaugural de la nueva política del béisbol contra la violencia doméstica.

El gobierno de las ligas mayores anunció el martes una suspensión de 30 juegos contra el cerrador cubano Aroldis Chapman, de los Yankees de Nueva York, por un incidente en el que presuntamente golpeó a su novia y realizó ocho disparos al aire con un arma de fuego en diciembre. Como en la mayoría de los casos de este tipo, la víctima no colaboró y las autoridades no levantaron cargos.

Pero el acuerdo que firmaron los dueños de equipos y el sindicato de peloteros en agosto del año pasado da poder a Manfred para proceder y castigar a involucrados en episodios de violencia doméstica, después de una investigación del béisbol, incluso cuando las leyes regulares no encuentren argumentos para un juicio formal.

La suspensión contra Chapman es la primera, pero no la única que seguramente emanará de Park Avenue en los próximos días y semanas. El jardinero cubano Yasiel Puig, de los Dodgers de Los Angeles, también estuvo involucrado en una situación pública con su hermana, aunque al igual que Chapman no enfrenta cargos en Miami, mientras que el torpedero dominicano José Reyes, de los Rockies de Colorado, tiene pendiente un juicio en Hawaii por una pelea con su esposa en octubre pasado.

Para entender la situación de Manfred como juez en estos casos, hay que recordar, primero, que está estrenando una política nueva; segundo, que está bregando con el sindicato más poderoso del mundo, y tercero, que el tema de violencia doméstica está sobre el tapete en la sociedad norteamericana por recientes episodios en otras ligas.

Manfred tenía que encontrar una forma de mandar un mensaje a los jugadores y al resto de la sociedad, sin hacer enojar a la Asociación de Peloteros -- con la que debe sentarse en un par de meses a discutir un nuevo Pacto Colectivo Laboral -- y sin excederse en los poderes que tiene como comisionado y los que le confiere el acuerdo sobre violencia doméstica.

El hecho de que Chapman, quien será agente libre al final de la temporada, no planee apelar la sentencia es el mejor ejemplo de que Manfred logró la mayoría de sus objetivos con una sanción que básicamente sentará por el primer mes de la temporada al cerrador más efectivo que tiene el béisbol actualmente.

Una sanción de 30 juegos es lo suficientemente fuerte como para poner a MLB por encima de las otras ligas profesionales en el manejo de la violencia doméstica -- y restará $1,85 millones de dólares en salarios al lanzador cubano -- pero al mismo tiempo es suficientemente benigna para no impedir que Chapman acumule el tiempo de servicio necesario para ser agente libre al final de la serie regular.

En resumen, desde el punto de vista de los resultados, Manfred actuó magistralmente en su primera decisión importante desde que sustituyó a Bud Selig en la oficina del comisionado de Grandes Ligas hace un año.