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Ortiz rompe estereotipos camino a la gloria

En esta contienda Luis Ortiz no expondrá su cinturón interino de la AMB. Alex Menendez/Hoganphotos/Golden Boy

Que Luis Ortiz sea ponderado por personalidades y los medios más importantes de los Estados Unidos destroza cualquier "teoría conspirativa" -especie de fobia de la que padecen(mos) inconscientemente muchos cubanos nacidos después de 1959- de que la escuela boxística de la mayor de las Antillas solo oferta técnica y un pasaje expedito a los brazos de Morfeo.

Un botón de muestra: "Ortiz (24-0-0, 21 KOs) puede ser el peleador más evitado en el deporte ahora mismo porque tiene grandes oportunidades de vencer a cualquier oponente, causarle daños significativos en ese proceso y todavía no proporciona la gran recompensa monetaria para hacer que valga la pena enfrentarle" (Dan Rafael, ESPN).

"Lo llaman 'la pesadilla'. No me gustaría pelear con él en sueños. Él es zurdo y puede pegar (...) y no le gusta retroceder. Pones esa combinación junta y encontrarás un largo reinado si realmente quieres. Por los próximos 4-5 años. Se tarda unos cinco años antes de que alguien pueda encontrar la manera de luchar contra un pegador y zurdo". (Dijo a USA Today George Foreman, excampeón mundial de peso pesado.)

Pero dejemos las linduras y elogios al margen, ya es hecho consumado -lo avala su título interino de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y su espectacular y categórico triunfo por la vía del nocaut sobre el estadounidense Bryant Jennings, que venía de ganarse el derecho de retar al entonces campeón unificado Wladimir Klistchko-- que 'The Real King Kong' tiene las herramientas para llegar lejos en una división donde los talentos no abundan.

Este sábado Ortiz afrontará un combate especial contra el norteamericano Tony Thompson (40-6-0, 27 KOs). Será en el DC Armory de Washington contra el mismo hombre que se encargó de "retirar" a su compatriota Odlanier Solís (20-3-0, 13 KOs), quien fuera una especie de verdugo suyo en la etapa amateur.

También será particular porque Ortiz podrá pelear finalmente. Varios púgiles simplemente declinaron enfrentarlo y parecía que no aparecería un "salvador".

Algunas fuentes, en correspondencia con el argumento de Dan Rafael, aseguran que el excampeón mundial del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el haitiano Bermane Stiverne (25-2-1, 21 KOs), fue uno de los que prefirió evitar el riesgo, al igual que el ruso Alexander Dimitrenko (38-2-0, 24 KOs). Mientras que el colega Jorge Ebro publicó que el también ruso Alexander Ustinov, su rival mandatorio para junio, "está desaparecido y no se le pudo entregar el documento que le notifica su encuentro con el pesado cubano".

Resuelto el entuerto, ¿qué encontrará Ortiz en Thompson?

Thompson es un peleador zurdo sumamente estático. Le cuesta desplazar con fluidez su anatomía de 6'5". En ese sentido está en franca desventaja ante Ortiz, quien sin ser un superdotado al estilo de Guillermo Rigondeaux, sí absorbió los fundamentos técnicos de la escuela cubana.

En estas divisiones grandes la estatura y el tonelaje pueden convertirse en factor, esta vez no creo que lo sea. Hay similitud en peso y estatura. Thompson mide 6'5" y Ortiz (6'4"). La mayor diferencia está en el alcance, en ese parámetro el caribeño supera al norteño a razón de 84" por 81 ½".

Si bien la tendencia del estadounidense es pelear con la cabeza erguida y la guardia abajo, su pegada provoca preocupación. Está lejos de infundir el respeto de Mike Tyson, pero aun así ha puesto a dormir a 27 adversarios en 46 presentaciones profesionales, lo que le coloca con un 59 por ciento de efectividad.

Ortiz deberá mantenerse cerca para aprovechar su mayor velocidad de golpeo y, sobre todo, para desembarcar su temible upper, la misma arma con la que puso a dormir a Jennings. Los volados y las combinaciones de golpes también se convertirán en herramientas útiles contra un blanco bastante estático y que debe estar extremadamente preocupado defensivamente con la estadística de Ortiz de 21 nocauts en 24 peleas para un 89% de efectividad.

Thompson, de 44 años, acostumbra a mejorar en la medida que avanza la contienda. Su jab de derecha no suele ser potente pero es útil para preocupar y alejar al contrario, además de servir para iniciar combinaciones. En este punto el cubano, de 36 abriles, tiene que ser cuidadoso y evitar que su oponente gane en confianza. Esa será una de las claves del éxito.

Mi veredicto: Gana Ortiz por nocaut.