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El día que Tigres resucitó al América

Los cargos azuzan especialmente a dos portentosos: Carlos Darwin Quintero y Oribe Peralta. Mexsport

LOS ÁNGELES -- ¿Redimidos? ¿Resucitados? ¿Sermoneados? ¿Avergonzados? ¿Contritos? ¿Humillados? ¿Dignificados? ¿Cínicos?

Sólo ellos lo saben. Habló de todo el América, pero particularmente de dos de sus mejores futbolistas: los dos más caros, los dos que mejor cobran, los dos que llegaron a despedazar trincheras.

De los cargos del primer párrafo, todos los americanistas son confesos y condenados. Pero, los cargos azuzan especialmente a dos portentosos: Oribe Peralta y Carlos Darwin Quintero, alguna vez socios, cómplices, con el Santos de mejores recuerdos.

El río suena, y no porque se haya ahogado una orquesta, sino por los signos irrefutables: tras el 4-1 con el que humilló y ultrajó Tigres al América, en 'El Nido' hubo una sublevación, una rebelión: los que apestaban a muertos, hoy son sublíderes.

Cinco victorias al hilo; 16 goles marcados y sólo cuatro recibidos en esos cinco juegos; sublíderes; clasificados virtualmente a la Liguilla, y, en otro territorio, finalistas de la Concachampions, aunque muchos intrigados se preguntan aún a qué juegan las Águilas.

Pero es necesario enfocarse en dos de los que salieron de esas catacumbas de ineficiencia asombrosa y preocupante; Carlos Darwin Quintero y Oribe Peralta.

De esos 16 goles que ha marcado en cinco partidos el América, para cinco triunfos, esta pareja tan dispareja en funciones en la cancha, ha marcado once tantos, seis para el colombiano y cinco para el mexicano.

Oribe Peralta llegó a sumar entre el cierre del torneo anterior y el inicio de este, nueve fechas sin anotar, incluyendo esa dramática semifinal ante Pumas. En ese divorcio con el gol, consiguió cuatro en 16 encuentros.

¿Dónde estaba el mejor goleador mexicano de los últimos tiempos? En esa catarsis que significó la vapuleada ante Tigres, cuando el equipo, tras el ultimátum colectivo que llegó del "Salón Oval de Televisa", Oribe ha mantenido una racha de cinco goles anotando, y alcanzó a Gignac en el liderato con nueve anotaciones por cabeza.

Si mantiene esa media de productividad, Oribe tendrá su mejor temporada en América, y puede acercarse a los tiempos apoteósicos con Santos, cuando llegó a marcar 15 y 13.

Por cierto que hay un detalle relevante: cuando Peralta terminó como líder de goleo, Santos fue finalista del torneo, en una de ellas, ante Tigres, los arbitrajes jugaron de regios, y en la otra, superaron a Monterrey.

¿Carlos Darwin? Estaba desahuciado. Apenas era contemplado para la banca o Concachampions, y cargaba esa famita vergonzosa, impúdica de bravuconcito callejonero, como el episodio en la Copa Mundial de Clubes.

El genial jugador de Santos sólo se hacía presente en la tesorería de 'El Nido', a cobrar por méritos ajenos y primas de carambola, cerca de tres millones de dólares por año. Pero, el futbolista, seguía en el mundo de babia.

Y después de la vejación ante Tigres, con el ultimátum a cuestas, Quintero ha sido el delantero más productivo, porcentual y proporcionalmente de México.

En esos cinco juegos victoriosos del América, Carlos Darwin suma seis anotaciones de las 16 de las Águilas.

Entre el colombiano y Oribe presentan un 68.75 por cierto de la productividad de goles del plantel entero. Entre los dos, suman dos goles menos en cinco juegos que tres equipos en todo el torneo: Chiapas, Veracruz y Toluca, que suma 13 cada uno.

América suma dos derrotas en todo el torneo, ambas por 4-1, ante Pachuca y ante Tigres. Pero, fue seguramente ésa en Monterrey, la de la zarandeada, la del ultimátum, la de la intimidación e intimación, la que provocó el pavor absoluto en el seno del equipo.

Habría entonces que pensar que después del bochorno ante Tigres, y con el método jurásico de que "la letra con sangre entra", bajo coacción, bajo amenaza, América vivió su Juicio Final en el Universitario.

Y a partir de ahí todo cambió, porque lo único que no ha cambiado, es la obligación de presentarse como campeón el 12 de octubre en el Estadio Azteca.