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Movimientos poco ortodoxos de los lanzadores: no todos son iguales

El dominicano Juan Marichal es uno de los lanzadores con movimiento más poco ortodoxo en la historia de las Grandes Ligas. AP Photo/Julian C. Wilson

Si pudieramos viajar atrás en el tiempo unos 150 años, casi al inicio del béisbol profesional, ¿cómo luciría el deporte?

Se podría reconocer, pero rápidamente veríamos algo marcadamente diferente: Los lanzadores tirando por debajo del brazo. Échenle una mirada a este escrito llamado "Grand Match for the Championship at the Elysian Fields, Hoboken, New Jersey (Gran Choque por el Campeonato en Elysian Fields, Hoboken, New Jersey)". La Biblioteca del Congreso lo tiene con fecha de 1866, cinco años antes de que la Asociación Nacional comenzara a jugar como la primera liga profesional en 1871. En particular, noten como el lanzador tira la pelota.

Como escribieron Rob Neyer y Bill James en su libro "The Neyer/James Guide to Pitching (La Guía Neyer/James del Pitcheo)" acerca de los primeros días del béisbol, "En los inicios del béisbol de Grandes Ligas en 1871, no se suponía que los lanzadores fueran el centro de atención del juego. El trabajo de un lanzador era tirar la pelota, comenzar la acción - pero no para sacar de out al bateador". Las primeras reglas requerían que el lanzador tirara la bola con la muñeca y el codo derechos. El historiador del béisbol John Thorn escribió sobre la evolución del pitcheo en su blog Our Game (Nuestro Juego):

Primero, vemos que el lanzador hace su movimiento por debajo del brazo, con el brazo rígido y la muñeca rigida, un movimiento que se tomó prestado de los primeros días del cricket - un modo de lanzar muy parecido al que vemos hoy en el juego del boliche. Segundo, vemos el desdén de los "caballerosos Knickerbockers de Nueva York para ese tipo de lanzamiento tosco, que caracterizó el tipo de béisbol que floreció en Nueva Inglaterra hasta la Guerra Civil. (De hecho, el término lanzador ha sido erroneo en el béisbol desde mediados de los 1860s, cuando el conocido modo - pero no legal - de lanzar torciendo la muñeca transformó el pitcheo respetable en un tiro bajo). Y tercero, vemos que el lanzador no estaba obligado a lanzar strikes en lugar de bolas (el primer término fue creado en 1858, el segundo en 1863), pero en cambio debía lanzar hacia el bate: En otras palabras, él y el bateador no eran adversarios sino casi aliados, cada uno haciendo todo lo posible para poner la pelota en juego hacia los valientes jardineros que jugaban con las manos vacías sin guantes. De todas las posiciones en el diseño original del juego en 1845, solo el jardinero derecho era menos exigente y menos prestigiosa que la del lanzador.

Como indica Thorn, pronto los lanzadores probaron los límites de las reglas hasta el límite. Ellos podían lanzar más duro torciendo sus muñecas y comenzaron a modificar el movimiento de ser uno estrictamente por debajo del brazo a uno más submarino: Un deporte lleno de jugadores como Brad Ziegler. Alegadamente los Brooklyn Excelsiors le pagaron por debajo de la mesa a un lanzador llamado Jim Creighton en la década de los 1860, convirtiéndolo en el primer jugador profesional y sugirieron que los lanzadores - o al menos alguno de ellos - no solo estaban poniendo la pelota para que el bateador la pudiese conectar. Sin embargo, al igual que en el softbol, los partidos en los primeros días del béisbol eran choques de alga anotación. En la primera temporada de la Asociación Nacional, los equipos anotaron un promedio de 10.3 carreras por juego.

Para el momento en el que comenzó a funcionar la Liga Nacional en 1876, los lanzadores - combinado con la baja calidad en la construcción de las pelotas - comenzaron a tener un mayor dominio y el promedio de carreras por juego descendió a 5.9. George Bradley de San Luis logró 16 blanqueadas, aunque parece ser que solía aplastar las pelotas en una prensa de carpinteros para suavizarlas. No está claro el tipo de envío que usaba Bradley, pero aparentemente él lanzaba duro y le gustaba intimidar a los bateadores con una "mueca" cuando lanzaba.

En ese entonces, no existía una goma de lanzar, sino una caja - la que le permitía a los lanzadores comenzar a correr para hacer sus envíos. Y los modos de lanzar por debajo y por el lado del brazo gradualmente fueron dándole paso al modo de lanzar por encima del brazo. A mediados de los 1870, según reporta Thorn, Tommy Bond comenzó a levantar su modo de lanzar por el lado del brazo ligeramente por encima de su cintura y "solo era cuestión de tiempo hasta que 'de cualquier modo' se convirtiera en el estándar. Los lanzadores comenzaron a utilizar el modo de lanzar a tres cuartos, 'desde el hombro' a principios de los 1880". Tony Mullane fue otro serpentinero que puso a prueba las reglas y que retó a los árbitros a que lo sancionaran. Para 1883 las reglas permitían que un lanzador tirara desde la altura del hombro. Charlie Sweeney de Providence poncharía a 19 contrarios en un juego ese año, record que se mantuvo hasta que Roger Clemens lo rompió en 1986.

Finalmente, en 1893, la caja de los lanzadores fue eliminada y se colocó un pedazo de goma a una distancia de 60 pies, 6 pulgadas. Había nacido el béisbol moderno.

Como se puede ver en este pietaje de Christy Mathewson, el mejor lanzador del béisbol en la primera década del siglo 20, su movimiento no era muy diferente a lo que vemos hoy en día:

Walter Johnson, catalogado por muchos como el que más duro ha tirado en la historia, tenía un modo de lanzar por el lado del brazo, parecido a una especie de látigo:

Yo no estoy seguro de que Johnson lanzara tan duro como los lanzadores de hoy en día; quizás sí lo hacía. James especuló que Johnson fue el primero en lanzar duro cada pitcheo, lo que tenía el efecto de que se viera más rápido que otros lanzadores. Mathewson, en su libro "Pitching in a Pinch", escribió sobre tener que ahorrar tu mejor repertorio para momentos importantes. En la era de la pelota muerta, antes de 1920, sin que existiera tanta amenaza de que un jugador te conectara un cuadrangular, eso era más posible.

Una vez la ofensiva comenzó a despertar en la década de los años 20, los lanzadores tuvieron que comenzar a tirar duro todo el tiempo. El modo de lanzar como un gran molino - vean a Bob Feller en acción - la teoría, supongo, es que le añadía más poder. Por supuesto, ese modo de lanzar conllevaba el uso de muchas partes movibles; quizás no por casualidad, Feller y los lanzadores de su era eran bastante salvajes. Feller llegó a otorgar 208 boletos en una temporada (aunque su control fue mejorando a medida que se hizo más viejo) y el promedio de boletos por juego llegó a un máximo de 4.04 por cada nueve entradas en 1949. Los Yankees de 1949 tuvieron a Tommy Byrne (179 boletos), Vic Raschi (138 boletos) y Allie Reynolds (123 boletos)... y ganaron la Serie Mundial.

Para la década de los 60, el movimiento de molino había desaparecido casi por completo. Sin embargo, por suerte, los movimientos únicos siguen existiendo en el juego. Desde la patada alta de Juan Marichal -- ¿cómo lograba mantener su balance? - a la mirada al cielo que echaba Fernando Valenzuela al movimiento inusual de detenerse de Carter Capps, inusual pero legal, podemos identificar a muchos lanzadores simplemente por la forma en que lanzan.

Sí, las formas de lanzar se han uniformado y limpiado bastante en estos días, sin demasiados movimientos excesivos, y esas mecánicas de lanzamiento ciertamente han llevado a tener mejor control y mejor pitcheo, lo que quizás haya ayudado a crear esta generación de lanzallamas. Por supuesto, si nos preocupáramos porque los lanzadores se hayan vuelto demasiado buenos, siempre podemos volver a las reglas en la década de los 1860: Lanzar por debajo del brazo con el brazo rígido.