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Scherzer se levantó del caos y mostró que sigue siendo uno de los mejores

WASHINGTON - Dado todo el alboroto que ha habido en D.C. en estos últimos días, habría sido fácil olvidarse de Max Scherzer. Pero en cambio, él nos recordó el miércoles que sigue siendo uno de los mejores lanzadores en el deporte.

Enfrentándose a su ex equipo, los Tigres de Detroit, y el único que no había podido vencer, Scherzer ponchó a 20 contrarios, empatando el record de Grandes Ligas para más ponches en un partido de nueve entradas.

Esta actuación prolífica viene luego de una de las peores salidas de Scherzer en su carrera en las mayores, en la que permitió cuatro jonrones y siete carreras limpias a los Cachorros de Chicago. Además viene en medio de una tormenta de ruido blanco en Washington.

El lunes, el actual JMV Bryce Harper fue expulsado en el partido inicial de la serie ante Detroit por discutir con el oficial del plato Brian Knight,y luego le gritó algunas palabrotas a Knight mientras celebraba el cuadrangular conectado por su compañero Clint Robinson para dejar tendido al rival. Al día siguiente, los Nacionales anunciaron una extensión de contrato por siete años y $175 millones al lanzador Stephen Strasburg. Entonces el miércoles, poco antes del partido final de la serie, MLB anunció que Harper había sido suspendido por sus acciones el lunes.

Dos horas más tarde, Scherzer se trepó en el montículo y de alguna forma hizo que todo el mundo se olvidara de eso. Cada persona. Porque eso es lo que hacen los ponches.

"Poder ponchar a 20 rivales", dijo Scherzer luego de la victoria, "es algo sexy."

Es además algo histórico.

El derecho de 31 años se convirtió en apenas el cuarto serpentinero en la historia en retirar 20 bateadores por la vía del ponche en un juego de nueve entradas, uniéndose a Roger Clemens, Kerry Wood y Randy Johnson. Él es el primer lanzador en lograr dicha hazaña desde Johnson, miembro del Salón de la Fama, que lo hizo en 2001.

"Ese es un grupo muy exclusivo", dijo Scherzer, quien además se unió a John Lackey como los únicos lanzadores activos en haber vencido a los 30 equipos de MLB. Portando una camiseta gris y roja de los Nacionales, el as de Washington habló con los medios luego del partido desde el mismo podio en el que, un día antes, Strasburg habló sobre su acuerdo de $175 millones. "Todavía no lo registro, pero es un logro asombroso".

¿Cuán asombroso?

Desde que Johnson lo lograra, hace casi 15 años exactos (8 de mayo de 2001), han ocurrido 46 partidos sin hits. Dos de ellos fueron de la autoría de Scherzer, quien logró un par de partidos sin imparables la pasada temporada, su primera con Washington luego de firmar un acuerdo de siete añs y $210 millones en enero de 2015. A pesar de eso, Scherzer pareció estar en estado de asombro luego de su actuación el miércoles.

"Porque el 20 es un número increíble", dijo Scherzer, cuya cifra máxima anterior en su carrera fueron los 17 que logró en su partido sin hits ante los Mets de Nueva York en octubre pasado. "Hay algo sobre el 20 en este juego. Veinte ponches, 20 victorias - esos son números grandes. El poder salir allá afuera esta noche y lograr uno de esos números, es una hazaña grande".

Y fue más grande aun por el rival que enfrentó.

"Esta noche fue un juego emocional", dijo Scherzer, quien pasó cinco temporadas en Detroit, incluyendo la del 2013, en la que ganó el Cy Young de la Liga Americana. "El poder enfrentar a un ex equipo y a todos esos chicos a quienes respeto mucho por la forma en que juegan y que compiten. Realmente pienso que la forma en que ellos salen allá afuera y juegan el juego, y tener un juego como este ante el calibre de bateadores en ese lado, realmente le pone la cereza al pastel".

Además le pone una carga de electricidad adicional a una multitud de más de 35,000 fanáticos - la segunda más grande en D.C. desde el Día Inaugural - que pasó la mayor parte de las últimas tres entradas de pie, vitoreando cada lanzamiento de Scherzer.

En la séptima entrada, con Washington en ventaja 2-1 y un out y corredores en segunda y tercera leugo de imparables consecutivos, y con la canción del grupo Rush "Tom Sawyer" sonando a todo volume en los altoparlantes del estadio entre cada lanzamiento, el Nationals Park vibró cuando Scherzer ponchó a James McCann y Anthony Gose para cerrar la amenaza y llegar a 15 K's.

En la octava, cuando Scherzer sacó los tres outs por la vía del ponche por tercera ocasión en la noche para llegar a los 18, el nivel de decibeles del estadio aumentó un par de peldaños.

En la novena, cuando Scherzer ya tenía 19 K luego de ponchar a Miguel Cabrera, cuando el primera base Ryan Zimmerman se quedó sin espacio en terreno de foul y falló por poco el atrapar un batazo de Justin Upton que aterrizó en las gradas para poner el conteo en 0-2, la concurrencia pareció alegrarse, sabiendo que el 20 seguía a su alcance. Un pitcheo más tarde, cuando Upton falló en alcanzar un slider de 85 mph, la capital de la nación tembló d emoción.

Para el momento en que todo estaba dicho y hecho, habían muchas K en el pizarrón del estadio, y parecía como si el operador de la misma se hubiese quedado dormido encima de la letra "K" en el teclado.

Luego de eso, Scherzer estaba tan eufórico que pudo bromear sobre permitir otro par de cuadrangulares, elevando su total permitido en la temporada a 11, cifra máxima en la Liga Nacional.

"Pienso que esta será la única vez en la que pueda hablar sobre haber permitido dos jonrones y que tenga una sonrisa tan grande en mi rostro", dijo.

Porque eso es lo que hacen los ponches. Especialmente cuando logras 20 de ellos.