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Tuzos y León... ¿El Castillo de la Pureza?

Imago 7

LEÓN, Guanajuato -- Fue el turno de Mauro Boselli. Este martes, en las entrañas del Estadio León. La Multipropiedad. La multisospecha. El multimorbo. El multicontubernio.

Una familia, dos equipos y un boleto a la Final del Clausura 2016. León frente a Pachuca. Semifinales con suspicacia. Un hijo que ha sido bicampeón. Un padre que peina más canas sin el engomado de títulos recientes en Liga MX.

¿Quién lo necesita más? ¿Un León que regresó de la muerte del ascenso a enseñorear la Liga MX? ¿O un Pachuca que se ostenta como el equipo de México con 11 no nacidos en el país en su listado? En el nombre del padre, quiere ganar el hijo. En el nombre del hijo, quiere ganar el padre.

¿Quién lo necesita más? Sin duda el Pachuca. Más allá de que la selección mexicana agradece a los sobresalientes Herrera, Pizarro, Lozano y Gutiérrez, el ayuno mata, especialmente a los estómagos ulcerados de la soberbia. La egolatría muere en Cuaresma.

Y Boselli, este martes, sin Biblia para juramentar, rechaza las leyendas urbanas que nacieron, crecieron y se desarrollaron, en los feudos patriarcales de América, Necaxa y San Luis o Atlante. Para el que juega al ajedrez contra sí mismo, de alguna manera, es tan amarga la victoria como la derrota. Es un fraude ante el espejo. Un adulterio a solas.

Y tras los cuchicheos en torno a los juguetes de Televisa, prosiguieron Morelia y Veracruz, jugueteando con la moral, con el futbol y con la ética de sus soldaditos. Sí, aquéllos que tiraban la primera piedra...

Valientemente, David Faitelson ha relatado en Raza Deportiva de ESPNDeportes, como fue testigo de la indecencia. Las cabezas de Tiburones y Monarcas determinaban el marcador de un duelo crucial entre ellos, antes de que salieran a la venta los boletos.

Los tahúres indecorosos --¿hay de otros?-- juegan con cartas marcadas. ¿Tanto en Chapultepec como en el Ajusco? ¿O en Chiapas y Puebla? ¿O, entonces, en León y Pachuca, en la mesa familiar de los Martínez?

Como tantos otros antes, y como tantos otros en el futuro, Boselli esgrimía su verdad, que no necesariamente sería la verdad absoluta. Nadie se ha acercado. Nadie le ha insinuado. Nadie le ha ordenado detener su saña asesina ante 'El Conejo' Pérez este jueves. Ni hoy, ni antes.

Ojo: no hay motivos para dudar de Boselli. Pero, tampoco hay suficientes motivos para creer que no ocurre lo que dice Boselli. ¿Cuántas veces astros italianos negaron que sus mocasines de 2 mil dólares no fueron lustrados con dólares de corrupción?

Y al final, la justicia italiana descubrió componendas impresionantes. El futbol italiano sufrió un cataclismo por partidos amañados, que hasta en El Vaticano se cimbraron los altares.

Y si Italia tembló haciendo que la sonrisa de la Gioconda se tornara más tétricamente sarcástica, qué pasa en otros mundos. ¿Y en España? ¿Y Alemania? ¿Y Centroamérica? ¿Y Sudamérica?

¿Será acaso entonces que el futbol mexicano es el único Castillo de la Pureza, blindado, impenetrable, ante la marabunta de podredumbre que repta desde FIFA?

¿Será acaso que las últimas conciencias virginales del universo del futbol habitan ya sólo en México, uno de los paraísos majestuosos de la corrupción? ¿Será que la Liga MX es el Oasis que sobreviviría hasta a los mastines desalmados de Loretta Lynch?

Al final, no son los Martínez los únicos responsables del hedor a inescrupulosos contubernios, con el que olisquean los maliciosos esta Semifinal.

Hay un organismo que rige. Y antes como hoy, Decio de María defiende el ejercicio de la multipropiedad. Para él no ocurre nada malo en la Liga, ni la discriminación, ni las hordas en los estadios, ni los atropellos arbitrales. De María es el dueño de Hamelín... en todos los sentidos.

Y claro, los otros 12 dueños de clubes, quienes fingen que no ven, es decir, son cómplices, ejercen de compinches, y de timoratos, porque entonces, el amplio rango de sospechas, no sólo enjaula a los Martínez y a De María, sino a ellos también.

¿Podemos creer plenamente en Boselli cuando recordamos cómo algunos refuerzos que Gustavo Matosas sugería para el León, aparecían súbitamente en Pachuca? ¿Ejemplos? El más poderoso de todos: el ecuatoriano Enner Valencia.

No hagas cosas malas que parezcan buenas. Ni multipropiedades buenas, que parezcan malas.