SAN LUIS - En el pasado, habrían habido pocas dudas de que el primera base de los Cachorros de Chicago Anthony Rizzo habría ayudado en un momento clave en un partido. De hecho, temprano en la noche de lunes él pareció haber salido de su mala racha con una carrera impulsada mediante batazo al lado contrario para darle a los Cachorros la ventaja 3-1 ante los Cardenales de San Luis. Y la noche anterior recibió boleto en su turno final. Cosas buenas estaban comenzando a pasar nuevamente para él.
Pero vimos a Rizzo en la novena entrada con el partido empatado 3-3 y hombre en primera y tercera con un out. El mejor bateador del equipo con dos strikes necesitaba tomar un modo de batear en dos strikes y de algún modo, de alguna manera, traer esa carrera al plato desde la antesala. En cambio, conectó una línea suave hacia la tercera base, y su compañero Dexter Fowler fue atrapado fuera de base para una doble matanza. Pocos minutos más tarde los Cachorros perderían el partido 4-3, su octava derrota en sus pasados 12 juegos. Una mala racha de 26-2 en la carretera se convirtió en un 27-2 para Rizzo.
"Uno quiere que las pelotas caigan, pero ¿qué puede hacer uno?", dijo Rizzo antes del partido. "La ley de promedios hará lo suyo".
Quizás él tenga razón, pero una mirada cercana a su temporada revela un año muy extraño para el mejor bateador de los Cachorros hace un año. Están sus 11 jonrones y 35 impulsadas, buenos para estar en quinto y segundo puesto en la Liga Nacional, respectivamente. Eso ciertamente es impresionante. Pero entonces está su promedio de bateo de .239, el que baja a .231 en partidos cerrados esta campañana. Y sus números ante los zurdos se han desplomado. Batea .156 con porcentaje de embasamiento de .296, aunque la muestra sigue siendo pequeña.
"Me gustaría poder golpear la pelota un poco mejor, pero cuando golpeas duro las pelotas y estan no caen, a veces se mueven en espiral", dijo Rizzo.
Examinemos cuán duro Rizzo las ha estado bateando, porque aquí es donde el asunto se pone un poco extraño. Al entrar al partido del lunes, de acuerdo con ESPN Datos, el promedio de pelotas en juego (BABIP, por sus siglas en inglés) de Rizzo era de apenas .218, empatado en el puesto 172 entre 180 bateadores calificados. Eso podría indicar mucha mala suerte, aunque el BABIP no puede ser mirado en un vacío. Quizás las pelotas no están cayendo para Rizzo porque no ha estado bateando suficientes líneas: su porcentaje es de 16.2 por ciento este año, una baja en comparación con su número de por vida de 22.6 por ciento. El año pasado bateó líneas en el 29 por ciento del tiempo.
He aquí donde las cosas se ponen más difíciles, ya que el BABIP no incluye jonrones, que es donde Rizzo ha tenido su éxito este año, así que su porcentaje de slugging sigue siendo un decente .526 que es justo alrededor del mejor número de su carrera. Y más extraño aun es su porcentaje de pelotas "bien bateadas" que ronda el 23 por ciento, el más alto de su carrera.
¿Qué significa todo esto? Básicamente significa que cuando Rizzo no está bateando cuadrangulares él no está bateando bien la pelota con tanta autoridad como en el pasado, aunque cuando logra conectar una, la conecta con autoridad. Pero incluso esa conclusion no está dando exactamente en el blanco ya que está empatado con Ben Zobrist con la mayor cantidad de rodados conectados duro en el equipo, aunque Zobrist batea .556 con ese tipo de batazo mientras Rizzo batea .333. Por supuesto el cambio más dramático en Rizzo podría entrar en juego también con esta estadística. Podemos seguir dando vueltas y vueltas a los números, pero definitivamente hay buenas noticias.
La tasa de ponches a boletos de Rizzo se encuentra en el punto más bajo de su carrera, con 0.86. Y en el fin de semana estaba en ritmo de conseguir más de 100 boletos y menos de 100 ponches, algo que ningún Cachorro ha logrado desde Gary Matthews en 1984. Esa es una gran base para seguir trabajando.
"Rizz va a batear", dijo el manager Joe Maddon el lunes. "La temporada va a seguir progresando y él se va a calendar. Así son las cosas. Esto va y viene".
En discusiones con Rizzo, el manager de los Cachorros no cree que él necesite un día libre o que Rizzo piense que tenga que hacer cambios drásticos. Ya abrió un poco más su forma de batear temprano en la temporada, lo que le produjo buenos resultados. Solo está ansioso de volver a tener ese tipo de resultado, en especial ante lanzadores zurdos.
"Estoy haciendo lo mismo que siempre hago", dijo Rizzo. "No hay nada más que hacer, y nada menos que hacer. Solo seguir con el programa".