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México, la Copa América y sus contradicciones...

+ Jugará en casa, con el calor y cobijo de su gente, pero ello no significa forzosamente que la selección mexicana aproveche todo ello para ganar un evento con el que ha "coqueteado" en los últimos 20 años. México será tan favorito como lo establezca y marque su futbol y no por las condiciones que podrían encontrar a su alrededor en la Copa América del Centenario.

LOS ANGELES -- ¿Favorito? Cuidado porque ese traje suele quedarle "apretado" a la Selección Mexicana. México promete ser tan favorito como lo establezcan sus condiciones en la cancha y no en la tribuna.

Una cosa es ser "el favorito" en las tribunas, en las calles, del entorno y otra más es confirmarlo en la cancha de futbol. Históricamente, el futbol mexicano sabe muy bien a lo que me refiero.

No es el gran favorito, pero tampoco se trata una de misión imposible. Digamos que nunca antes había tenido el privilegio y la oportunidad de jugar la Copa América tan cerca del "calor" de casa. México saldrá, a partir del domingo, como el dueño emocional o pasional de la Copa América del Centenario. La pregunta es: ¿Puede ser también el dueño futbolístico?

Ganar la Copa América no sólo parece ser una asignatura pendiente, también, se trata un sueño largamente añorado por el futbol mexicano. Desde que lo hizo por primera ocasión, hace ya más de 20 años, la selección mexicana casi siempre encontró la manera de mostrar una faceta ampliamente competitiva en el torneo. Cuando México ha ido a competir ante las grandes selecciones sudamericanas sin las ataduras de la CONCACAF, lo ha hecho de manera digna y substanciosa en lo deportivo. Hoy, el olfato por el negocio, por el dinero, ha atraído a históricos del futbol mundial --Brasil, Argentina, Uruguay-- hasta un territorio que futbolísticamente, en temas pasionales y por ende económicos, le favorece a México. Pero conociendo la historia misma del futbol mexicano, su comportamiento en torneos realizados bajo el cobijo emocional de su gran afición y cuando el jugador se siente de algún modo protegido y al mismo tiempo presionado, aparecen las dudas y las debilidades históricas de nuestro futbol.

México está amparado, esta vez, por un grupo de futbolistas que actúan con regularidad y prestancia en las competitivas ligas europeas. Algunos expertos creen que se trata de la mejor generación en la historia. Esa hipótesis sólo será confirmada el día en que ganen algo de relevancia en el futbol internacional. Lo cierto es que Andrés Guardado, Héctor Herrera, Miguel Layún, Raúl Jiménez, Javier "El Chicharito" Hernández, "El Tecatito" Corona, Diego Reyes, Héctor Moreno y hasta el veterano Rafael Márquez le dan una solidez mental y futbolística que podría garantizar resultados. A la par de ellos, y tras una nueva "tormenta" el verano anterior que termino con el fin de la era de Miguel Herrera, el futbol mexicano ha descubierto en su nuevo entrenador, el colombiano Juan Carlos Osorio, a un hombre serio, trabajador y que puede entregar resultados a largo plazo. He ahí las bondades con las que cuenta el futbol mexicano para afrontar este torneo.

Pero la historia en la cancha promete ser más complicado de lo que pinta en el papel. México debe empezar este domingo ante histórico y competitivo Uruguay, que si bien no tiene a su máxima figura, el delantero del Barcelona, Luis Suárez, es siempre un futbol que encuentra los motivos para arrancarle a sus rivales los mayores defectos. México tendrá que sortear un grupo complicado que además incluye a Jamaica y a Venezuela para después, en la ronda de eliminación directa, afrontar a Chile o a Argentina en partidos de carácter definitivo. No hay mucho margen para el error.

Se trata de una Copa América donde si bien la mayor parte de las figuras de los equipos sudamericanos parecen cansadas físicamente y agobiadas mentalmente por la larga competición europea de clubes, prometen defender, "a capa y espada", su reputación en el futbol continental y mundial. Enfrentar a una Brasil sin Neymar y a una Brasil más preocupada por el certamen futbolístico de Rio de Janeiro 2016, podría no ser tan sencillo como parece. Lo mismo sucederá con Argentina, que mantenía dudas sobre el estado físico de su gran figura Lionel Messi y lo mismo podría suceder con Uruguay --ya hablábamos de la ausencia de Suárez. Pero esas tres selecciones suelen esconder o suplir sus carencias como lo hacen "los grandes": con la camiseta y la historia por delante. Habrá que sumar a Chile, el campeón de la última Copa America, que tiene excelente futbolistas --Arturo Vidal y Alexis Sánchez, entre ellos-- y a Colombia, que también viene amparada por una generación de grandes figuras. Ecuador promete ser competitivo y lo mismo Estados Unidos, Costa Rica y la propia Jamaica por el área de la CONCACAF.

Ganar la Copa América no es un misión imposible, pero tampoco se ve como algo muy posible por ahora. Por delante de los intereses deportivos de México, yo coloco a potencias del futbol sudamericano, plagados de figuras que actúan en algunos de los mejores clubes y de las mejores ligas del futbol europeo. Ganarles a ellos, aunque sea cerca de casa, bajo el cobijo de tu maravillosa afición y con ciertas ventajas que podrían brindarte los intereses apegados al futbol, no será una tarea sencilla.

México no es favorito pero es el favorito. Que contradicción. Pero al final del día, los cimientos y hasta los sueños de desarrollo del futbol mexicano están siempre bajo la imagen de una contradicción. No sería nada raro que México protagonizará la Copa América del Centenario, como tampoco sería nada raro que terminará siendo un fracaso.