MÉXICO -- Este sábado es un día muy especial para uno de los mejores jugadores que han pisado un campo de la NFL.
Hace 60 años, un 11 de junio en New Eagle, Pennsylvania, nació el legendario mariscal de campo Joe Montana, quien dejó una huella imborrable en los San Francisco 49ers y posteriormente en los Kansas City Chiefs.
Así que en un día tan especial, es justo rendirle un pequeño homenaje en este espacio.
Montana llegó a la NFL luego de ganar el campeonato colegial con Notre Dame y luchar contra la hipotermia en el Cotton Bowl en 1979, donde recibió inyecciones para regular su temperatura y fue captado por las cámaras comiendo sopa de pollo para guiar una remontada histórica en la victoria de Notre Dame, 35-34, sobre Houston.
Sin embargo, el inicio de la carrera de Joe Cool no fue tan bueno, tuvo que esperar su turno detrás de Steve DeBerg, a quien reemplazó a mitad de la temporada de 1980, comenzando su camino hacia el estrellato.
En 1981, ya como titular de tiempo completo, Montana guió a los 49ers a su primer título de Super Bowl al derrotar 26-21 a los Cincinnati Bengals.
En total, Montana ganó cuatro títulos de Super Bowl con San Francisco, siendo nombrado Jugador Más Valioso del partido en tres ocasiones.
En la edición XVI, Montana logró montar la serie anotadora más larga en la historia del Super Bowl, hasta el momento, cuando movieron el ovoide 92 yardas que fue redondeada con un pase en las diagonales para el corredor Earl Cooper. En el XIX, lanzó dos pases de touchdown en la primera mitad, dando una cómoda ventaja a su equipo en camino a la victoria, completando 24 de 35 pases para tres touchdowns y sumó cinco acarreos para 59 yardas y una anotación en el triunfo, 38-16, sobre Miami Dolphins. Finalmente, en la edición XXIV, Montana se llevó el galardón con una actuación perfecta, con cinco pases de touchdown y series anotadoras en cuatro de sus primeras seis apariciones a la ofensiva.
Además, en el Super Bowl XXIII, Montana completó 23 pases para 357 yardas y dos touchdowns y dirigió la serie de la victoria con la presión encima y el marcador en contra frente a Cincinnati con 34 segundos por jugar para ganar 20-16, aunque el Jugador Más Valioso fue el receptor abierto Jerry Rice.
Sin embargo, todo cambió durante el el Juego por el Campeonato de la NFC de 1990 contra los New York Giants, luego de recibir un golpe terrible de Leonard Marshall que le dejó con dos fracturas de costilla, un hueso roto en la mano, entre otras lesiones, lo que marginó al pasador no sólo por el resto del partido, sino que lo obligó a perderse toda la campaña de 1991 y lo relegó a la banca en 1992.
Los 49ers encontraron al reemplazo ideal para Montana en Steve Young, quien tuvo marca combinada 24-8 en los dos años que Montana estuvo relegado de la titularidad.
A sus 37 años de edad, luego de 14 exitosas campañas con San Francisco, parecía evidente que el siguiente paso en la carrera de Montana sería el retiro, pero aparecieron en el paisaje los Chiefs, que le brindaron la oportunidad de ser su titular y demostrar que aún le quedaba gasolina en el tanque.
Montana guió a los Chiefs a su primera final de conferencia desde 1969 y durante la temporada regular de 1994 se dio el lujo de derrotar a los 49ers de Young en camino a su segundo viaje consecutivo a los playoffs, donde cayeron frente a los Dolphins, rival ante el que tomó la titularidad en 1980 para no volver a soltar el puesto.
El 18 de abril de 1995, Montana decidió poner fin a su carrera profesional con 3,409 pases completos para 40,551 yardas y 273 touchdowns, también fue seleccionado a 8 Pro Bowls, tres veces fue elegido al primer equipo All-Pro, dos veces fue nombrado Jugador Más Valioso de la NFL, también fue elegido Jugador Ofensivo del Año en 1989 y fue parte del equipo de la década de 1990.
Montana, quien es miembro del Salón de la Fama desde el 2000, vio su jersey N° 16 retirado por los 49ers el 15 de diciembre de 1997.
Afortunadamente pude disfrutar de la carrera de Montana en su esplendor y puedo decir que la gran mayoría de los aficionados que apoyaron a los 49ers el 2 de octubre del 2005 en el Estadio Azteca contra los Arizona Cardinals están orgullosos de sus colores gracias al gran Joe Cool.