Guillermo Rigondeaux (16-0-0, 10 KOs) no siente respeto por aquellos boxeadores que evadieron confrontarlo con burdos subterfugios. Los llama "gallinas", "yeguas" o "cobardes". Queda claro que en su escuela, allá en la caliente ciudad Santiago de Cuba, no aprendió de metáforas ni eufemismos. Pero sí que aprendió a boxear. Y también, a admirar a quienes no huyen y dan la cara a los retos.
Quizás ahí está la razón por la que en cada entrevista reserva una frase elogiosa para el inglés James Dickens (22-1-0, 7 KOs), quien el 16 de julio peleará contra él por su cinturón supergallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), en la Arena Ice de Cardiff, en Gales .
"A Dickens le doy el 100 por ciento del crédito. Fue uno de los boxeadores que dio el paso al frente para pelear conmigo. Le agradezco que haya aceptado pelear", dijo en la previa del combate. "Para mí es uno de los mejores boxeadores de las 122 libras porque tuvo el coraje de dar el paso al frente".
Desde que Rigondeaux pasó por encima -decisión unánime- del filipino Nonito Donaire (37-3-0, 24 KOs) en abril de 2013, apenas 24 horas después de que el asiático recibiera la distinción de Mejor Peleador del Año 2012, además de perder el apoyo de su entonces promotor Bob Arum (Top Rank) se convirtió en el púgil más evitado del boxeo.
Contrario a la lógica, tras el gran triunfo, el cubano de 35 años apenas ha peleado cuatro veces y perdió momentáneamente los cinturones, no en el ring...y si en oficinas climatizadas.
Ahora vuelve a aparecer Dickens en su camino. Ellos debieron pelear el 12 de marzo en la Echo Arena de Liverpool, pero pocas horas antes del viaje del cubano desde Rusia, donde realizaba una base de entrenamiento, afrontó problemas con el visado provocando la cancelación del pleito.
Meses después todo parece listo y el boxeador cubano, monarca olímpico en Sídney 2000 y Atenas 2004, vuelve a toparse con los demonios de siempre. Mantener su devoción al estilo elusivo o renegar. Ser hereje. Ir contra la filosofía que, según la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA), lo llevó estar entre los cuatro mejores pugilistas aficionados de la historia, junto al húngaro Lazlo Papp y sus compatriotas Teófilo Stevenson y Félix Savón, y ser campeón mundial profesional con apenas nueve peleas.
Dijo su entrenador, el doctor en ciencias pedagógicas Pedro Luis Díaz, que en los últimos tiempos son tres los "monstruos" del boxeo: Floyd Mayweather Jr., Guillermo Rigondeaux y Andre Ward. El resto son estrellas, pero bien alejados de ellos tres.
"En este momento hay tres grandes luchadores en el boxeo: Floyd Mayweather Jr., Guillermo Rigondeaux y Andre Ward", comentó el experimentado adiestrador. "El que habla mal de Rigondeaux, lo invito a estudiar el boxeo, estudiar a Mayweather, estudiar a Rigo, estudiar a Ward. No estoy diciendo que no hay otros grandes luchadores. Hay un montón de grandes luchadores, pero, para mí, si Rigo no es el mejor, es el más completo".
Rigondeaux es como la opera. Maravilla verlo danzar, mover los pies, el torso, usar las cuerdas para evitar los golpes, contraatacar con una velocidad y precisión poco común. Él es la exquisitez personificada. Es una obra de arte; es alta cultura.
Pero la opera no apasiona a las mayorías. La creen aburrida. Las mayorías prefieren el boxeo agresivo, la sangre, el circo romano, o sea, el "reguetón".
Así de complejo es el panorama del Chacal en su aventura en Gales. Allá deberá encontrar de una vez por todas ese punto intermedio que acabe de sacarlo del ostracismo y lo lance al estrellato al que pertenece. No le quedan muchas balas. A punto de cumplir 36 años (30 de septiembre) está en la fase del ahora o nunca.
El peligro de Liverpool
RESPECT 👊
— BoxNation (@boxnationtv) 13 de julio de 2016
This man is running towards the fire everyone else is running away from. ⚠️🔥🏃🏻#RigoJazza pic.twitter.com/ZvAOmRYOJM
En la esquina opuesta Rigondeaux encontrará a un guerrero de respeto y en franco ascenso. Dickens tomó la pelea porque cree en sus posibilidades de triunfo y sabe que una victoria le daría el crédito que necesita para convertirse en estrella en su nación y en el mundillo del boxeo.
"No soy el favorito, pero sólo me gustaría decir a todos los jóvenes por ahí que no tengan miedo de perseguir sus sueños", escribió en un tuit el peleador de 25 años natural de la ciudad de Los Beatles.
Dickens ha tomado la confrontación muy en serio. Aunque en los medios de Liverpool no han dado mucha cobertura a la pelea, algunos fanáticos de aquella latitud aseguran que la contienda ante el cubano será la más importante para un boxeador de Liverpool desde que Andy Holligan enfrentó al mexicano Julio César Chavez en 1993.
Su estrategia de combate está bien definida. Incluso la ha revelado en los medios: no dejar respirar al Chacal, que todo el tiempo se sienta incómodo con la presión. No dejarlo pensar, que se salga de su plan de combate. Decirlo luce más fácil que hacerlo, pero a los 25 años Dickens debe tener suficiente combustible para asediar a su oponente durante 12 asaltos. Lograr ser eficiente son otros 20 pesos.
Mi pronóstico: Gana Rigondeaux por decisión unánime