Cada uno de los más de 24 millones de dólares que el Benfica pagará por Raúl Jiménez podrían ser un paliativo para el alicaído panorama que envuelve al futbolista mexicano.
Hacia el interior, el sitio donde debe desarrollar sus cualidades primarias, esta "jodido" por una regla y por casi una cultura futbolística que con la bandera de la globalización en un mano y la otra bien puesta en la cartera, favorece la presencia cada día de más y más jugadores extranjeros. Y también esta "jodido" hacia el exterior, donde los dirigentes creen que su producto debe cotizarse mejor y entonces retrasan o de plano traicionan el proceso de exportación que debe conducir a más futbolistas mexicanos a jugar en las ligas más desarrolladas del mundo. .
LOS ANGELES, CA.- "Jodido" por dentro y "jodido" por fuera, el futbolista mexicano lucha por sobrevivir.
¿Por qué si la mayor parte de los equipos dependen en un 95 por ciento del futbolista extranjeros no favorecen y apresuran la exportación de los pocos jugadores que logran salir de su sistema de desarrollo? Para ser más claro: ¿Por qué elementos como Jurguen Damm, Hirving Lozano o Rodolfo Pizarro no están ya en el futbol europeo? ¿Por qué no enviarlos para que terminen de ser buenos futbolistas y que luego entreguen esos resultados directamente a la selección nacional y que ello sea un reflejo global del futbol mexicano?
No, la cultura de vender casi no existe en los clubes mexicanos. Cuentos como lo de Javier "El Chicharito" Hernández y Raúl Jiménez se dan de vez en cuando y abundan "historias de terror", como la que protagonizaron Alan Pulido y Jesús "El Tacatito" Corona, casos dramáticos donde prácticamente los jugadores han salido huyendo, por las malas, bajo amenazas y el cumplimiento de sanciones, vetos y venganzas de sus equipos de origen. Y después, cuando finalmente el futbolista pudo "romper las cadenas" y cruzar "el charco", enseguida, esos mismos equipos que los vendieron, aparecen desesperados, dispuestos a pagar lo que sea para repatriaros.
"Jodido". Así está el futbolista mexicano. Primero, porque a su interior, no se le da la oportunidad y segundo porque aquellos que logran establecerse y tener una carrera que apunta para seguir creciendo, enseguida son "frenados" por la voracidad del dirigente mexicano y en la necesidad propia de consumir a esos futbolistas. Pobre futbolista mexicano.