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Bajo "la magia" de los aros olímpicos...

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¿…O quizá bajo "la magia" del "contrato" olímpico? Nos esperan dos semanas maravillosas de un espectáculo televisivo, con los grandes atletas del mundo como el centro de atención y donde los aficionados disfrutarán de los mejores eventos deportivos en majestuosos escenarios construidos exprofeso para los Juegos, pero el verdadero riesgo lo corre, como siempre, el país, la nación, los habitantes y miembros de una sociedad a los que supuestamente les prometieron que los Juegos cambiarían su vida para bien, cuando realmente, los transforman para mal. Río de Janeiro está tomada por los aros olímpicos, unos aros que amparados bajo los ideales olímpicos, llevan tristeza y atrasos en lugar de sus promesas de felicidad y desarrollo.

LOS ANGELES -- El problema de fondo no es que a la villa de atletas de Río 2016 le falten algunos detalles de plomería, de electricidad o de conductos de gas. El problema de fondo es saber cómo están los hospitales, las escuelas y los servicios públicos en el Brasil de hoy.

Los Juegos Olímpicos están por comenzar. Un maravilloso espectáculo de televisión que comenzará la noche del viernes 5 de agosto, seguramente, con juegos pirotécnicos sobre el Estadio Maracaná y que se prolongará por dos semanas en los nuevos escenarios deportivos que el país y que la ciudad han construido para los Juegos. Cuando toda esta fascinante aventura -- fascinante para el atleta y para el aficionado-- termine, el Comité Olímpico hará las cuentas, bajará la cortina, empaquetará sus aros y se marchará a sus castillos y mansiones a las orillas de Lago de Ginebra en Suiza dejando atrás una ola de atrasos y destrucción económica y social tal y como ocurrió hace algunos años en Atenas.

Los Juegos Olímpicos son un contrato: el Comité Olímpico Internacional realiza todo un negocio. La mayor parte de las ganancias son para ellos, para sus arcas, para sus federaciones deportivas, para seguir promoviendo sus ideales y mantener su vida al estilo de la realeza europea. El mayor riesgo sigue siendo el del país anfitrión, el de sus habitantes, que arriesgan todo, muchas veces, por nada.

Hay dos reportes periodísticos espeluznantes a sólo días de la inauguración olímpica. Uno es del New York Times, donde relata que las aguas de la bahía de Guanabara y del mar frente a la costa de Copacabana, dos sitios donde se competirá en los Juegos Olímpicos, tienen un alto índice de contaminación. “Son aguas negras”, dice el informe, aguas que no son filtradas ni tratadas y que descienden desde las favelas directamente al océano. En esas aguas nadarán y competirán los mejores atletas del mundo y esas condiciones se mantendrán en la vida de todos los días del brasileño. "Los atletas extranjeros nadarán, literalmente, en mierda humana y estarán en riesgo de sufrir alguna enfermedad provocada por todos esos microorganismos".

El otro reporte, este de “Real Sports” de HBO, destaca los pasillos de un hospital público en Rio de Janeiro con pacientes colocados en el piso de los pasillos del edificio. “No hay camas. Estamos desbordados”, dice el director del hospital. “Nos dijeron que no había dinero para mejoras en salud. Todo el presupuesto está enfocado en los Juegos”.

Sin duda, nos esperan dos semanas maravillosas, porque el Comité Olímpico Internacional ha firmado un contrato, un negocio y al precio que sea, sacará adelante el espectáculo, su espectáculo, sin importare demasiado que quede y que no quede de Brasil tras el mes de agosto. ¿Bajo “la magia” de los aros olímpicos?

@Faitelson_ESPN