MIAMI - Dee Gordon finalmente enfrentó a la prensa a su regreso al Marlins Park, tras cumplir una suspensión de 80 juegos por uso de sustancias prohibidas.
Gordon, quien no podrá participar en los playoffs si los Marlins de Miami avanzan, fue colocado en el primer turno del orden al bate de los peces en el inicio de una serie de cuatro juegos ante los Cardenales de San Luis.
Al llegar al terreno, un enjambre de reporteros lo esperaba para ver qué tenía que decir el ídolo caído, el energético intermedista que enamoró a la afición de Miami con sus fildeos espectaculares y su velocidad.
Pero más que un Marlin, el jugador se mostró como una anguila, esquivo y resbaladizo. En términos beisboleros, tiró curva cuando todos esperaban respuestas directas como rectas.
"He aprendido a ser menos autocomplaciente, bajé la guardia y cometí un error. Uno no puede bajar la guardia. Creí que esto nunca me pasaría y esto me ha costado mucho'', señaló el pelotero, que ganó en el 2015 la corona de bateo de la Liga Nacional con average de .333, además de liderar el circuito en hits (205) y bases robadas (58).
Ese rendimiento llevó a la gerencia a apostar en grande por él y le concedió una extensión contractual por cinco años y 50 millones.
Pero menos de un mes después de iniciada la actual contienda, lo echó todo a perder.
¿Qué quiso decir con eso de "bajar la guardia y cometer un error"? ¿Qué es "error"? ¿Usar esteroides o dejarse sorprender en la trampa?
"Vamos Dee, este es el momento perfecto para decirlo todo'', le pidió un reportero.
"No voy a responder eso. Una vez que me puse el uniforme del equipo, ya todo eso quedó atrás. Cometí un error, ya me disculpé con mis compañeros y estoy listo para jugar béisbol''.
Gordon no soltó prenda y dejó demasiadas interrogantes en el aire.
¿Cómo y cuándo se decidió a apelar al engaño para mejorar sus números?
¿Qué Gordon veremos en este regreso: el que bateó .333 en el 2015 o el que promediaba .266 al momento de la suspensión?
¿Fue ese liderazgo de bateo ya ayudado por los esteroides?
Es posible que el tiempo nos de las respuestas a algunas de esas preguntas, aunque quizás otras queden sin contestación.