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La redención de Rick Porcello con los Medias Rojas

Rick Porcello allude a eso, pero realmente no habla de eso. Él pisa esa línea, pero no la cruza. Después de todo, eso está en el pasado, y el derecho de los Medias Rojas de Boston no siente que haga sentido seguir hablando de eso.

Pero al contar la historia de cómo Porcello llegó aquí - a tener un record de 16-3 y efectividad de 3.30 al llegar a su apertura del viernes en la noche en Detroit ante su antiguo equipo - es imposible ignorar lo que ocurrió la temporada pasada.

Por lo menos, en el papel, el 2015 era la primera temporada de Porcello con los Medias Rojas. Llegó a la organización en un cambio en la temporada baja que envió al jardinero Yoenis Céspedes a los Tigres de Detroit y firmó una extensión de contrato por cuatro años y $82.5 millones antes de hacer un lanzamiento en temporada regular. Pero el real Rick Porcello no se apareció en Boston hasta septiembre, cuando los Medias Rojas ya estaban fuera de competencia por un boleto a la postemporada.

No es que querramos ponernos demasiado existenciales sobre ello, pero Porcello tuvo que sobreponerse a una crisis de identidad de lanzador. Luego de años de vivir a la sombra de Justin Verlander, Max Scherzer, Aníbal Sánchez, Doug Fister y David Price en la rotación de abridores de los Tigres repleta de estrellas, Porcello dio un paso adelante hacia el sol con los Medias Rojas y se olvidó de todo lo que le había llevado aquí. El resultado: marca de 9-15 y efectividad de 4.92 que igualaron sus peores números desde 2010, cuado estaba en su segunda temporada en Grandes Ligas a los 21 años.

"Realmente no puedo apuntar a una razón", dijo Porcello. "Hay muchas razones obvias de por qué hay chicos que llegan a Boston y tienen problemas al tener que lidiar con las cosas que tienes que lidiar al jugar aquí. Pero al llegar a los entrenamientos primaverales este año, me sentí mucho más cómodo, fue más fácil para mí enfocarme en lo que tenía que hacer día tras día. Así es como yo hago mis cosas. Fue mucho más fácil para mí eliminar cualquier distracción external y las cosas que yo quizás estaba haciendo que no eran comunes en mí".

Cosas como por ejemplo, intentar cambiar su estilo completo de pitcheo.

En seis temporadas con los Tigres, Porcello dependía de un sinker pesado que causaba que los bateadores conectaran rodados débiles. Cuando el sinker de Porcello funciona bien, típicamente tiene éxito. La razón por la que decidió alejarse del lanzamiento estelar la pasada temporada en favor de superar a los bateadores con su recta ordinaria sigue siendo un misterio que podría servir de tema principal para una novela de Agatha Christie.

Porcello ha dejado entrever que es posible que haya estado intentando demasiado duro de impresionar a su nuevo equipo para cumplir con las expectativas de su primer gran contrato. O quizás haya sentido que necesitaba ponchar más bateadores para tener éxito en los estadios del Este de la Liga Americana que tienden a ser menos tolerantes que los de la División Central LA. En cualquier caso, en sus primeras 20 aperturas con los Medias Rojas, él lanzó su sinker en el 28 por ciento del tiempo a los bateadores zurdos y en el 41 por ciento del tiempo a los derechos, una baja respecto a los promedios de su carrera, 41 y 51 por ciento, respectivamente. En esas aperturas, permitió al menos cuatro carreras en nueve ocasiones y tuvo efectividad de 5.87.

Para el momento en que Dave Dombrowski asumió el puesto de presidente de operaciones deportivas de los Medias Rojas en agosto pasado, Porcello era apenas reconocible.

"Pienso que esa es una de las dificultades que algunas veces llegan cuando firmas un gran contrato como ese. Uno trata de hacer demasiado en ciertos momentos", dijo Dombrowski, quien seleccionó a Porcello para Detroit en el sorteo del 2007, ascendiéndolo a Grandes Ligas menos de dos años después y cambiándolo a los Medias Rojas porque él dudaba que los Tigres fueran a poder firmarlo, para luego reunirse con él cuando Dombrowski se unió a los Medias Rojas. "Él siempre ha sido un lanzador exitoso cuando utiliza principalmente el sinker. Dejó de ser el lanzador exitoso que fue en el pasado".

Y así fue por cuatro meses, ya que Porcello lanzó como si fuera algún impostor. No fue hasta finales de agosto, cuando volvió de una estancia de un mes en la lista de lesionados por un desgarre en el tríceps derecho y su confianza golpeada. Y voila, permitió más de tres carreras en solo dos de sus últimas ocho aperturas.

Eso nos trae a esta temporada. Porcello ha completado seis entradas en todas menos tres de sus 24 aperturas. Tiene marca de 12-0 con efectividad de 2.96 en el Fenway Park, donde de forma rutinaria sale de juego con ovaciones de pie de muchos de los mismos fanáticos que lo abucheaban el año pasado. Ha sido tan consistente que si los Medias Rojas tuvieran que decidir a quién recurrir en un juego de vida o muerte entre comodines, ellos tendrían que considerar grandemente a Porcello, incluso por encima de Price, su as de $217 millones.

"De seguro era difícil para Rick". Él pasó seis años en Detroit. Eso era lo único que él conocía. Esa primera vez en que eres cambiado, es algo completamente diferente. No creo que los fanáticos entiendan eso. Y entonces firmó su extensión, y eran muchas las expectativas sobre él. Es algo duro. Uno tiene que poder seguir adelante, y él ha hecho eso extremadamente bien. No ha insistido en pensar en lo que pasó el año pasado. Le dio vuelta a la página y buscó maneras de mejorar." David Price sobre Rick Porcello

"Logré recuperar mi modo de lanzar y mi plan de juego. Eso fue realmente lo más grande que había perdido", dijo Porcello. "Hablando con [el coach de pitcheo] Carl [Willis] y [el manager] John [Farrell], pudimos hacer un gran compromiso de ejecutar el sinker bajito en la zona y utilizar la recta elevada en un puñado de ocasiones cuando sea necesario. Pero al recuperar mi plan de juego y entender cómo voy a sacar a los rivales de out, cómo voy a prepararlos, cómo voy a limitar el daño que me hagan, volver al camino del éxito, tuve algo de lo que me pude agarrar para seguir construyendo mi carrera".

Farrell dijo: "Se siente más cómodo. Solo pienso en el ambiente, la expectativa, es más un producto conocido para él este año que lo que fue hace un año. Esa relajación natural es lo que ha permitido que salgan sus habilidades naturales. Y eso se filtra a su ejecución".

Porcello no sería el primer lanzador en tener una difícil primera temporada en Boston. En 2006, Josh Beckett tuvo efectividad de 5.01, muy por encima de su marca de por vida de 3.88. Cuatro años más tarde, John Lackey tuvo efectividad de 4.40 que no estaba cerca de su promedio de por vida de 3.89 en 14 temporadas. Y Price se ha quedado corto en cumplir con las expectativas esta temporada con su porcentaje de carreras limpias de 4.19 en 26 aperturas.

Seguramente Porcello puede relacionarse con esos eventos.

"Hemos hablado sobre eso un poco", dijo Porcello. "Cuando yo veo lanzar a David, hay muchas cosas que son parecidas, pero también hay cosas que son diferentes. Según sus estándares, no está teniendo un muy buen año. Pero para el Este de la LA, lo está haciendo bien. Lidera nuestro equipo en entradas, lidera nuestro equipo en ponches. En mi mente, para mí llegar y tocar ese tema con él, sería como quitarle mérito a lo que está haciendo allá afuera. Es algo duro".

Price recuerda haber llegado a Boston en septiembre pasado cuando estaba con los Azulejos de Toronto y conversar con Porcello sobre los retos de lanzar en lo que Price cataloga como el "lugar más difícil para jugar en las Grandes Ligas".

"De seguro era difícil para Rick", dijo Price. "Él pasó seis años en Detroit. Eso era lo único que él conocía. Esa primera vez en que eres cambiado, es algo completamente diferente. No creo que los fanáticos entiendan eso. Y entonces firmó su extensión, y eran muchas las expectativas sobre él. Es algo duro. Uno tiene que poder seguir adelante, y él ha hecho eso extremadamente bien. No ha insistido en pensar en lo que pasó el año pasado. Le dio vuelta a la página y buscó maneras de mejorar".

Porcello mejoró simplemente al volver a ser él mismo. Y con cada apertura que ha hecho en esta temporada, se ha acercado a ser el lanzador que los Medias Rojas siempre creyeron que él puede ser.