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El reto de Orlando Arcia en las Grandes Ligas

Orlando Arcia acaba de cumplir 22 años de nacido y está a búsqueda del secreto para descifrar el pitcheo de las Grandes Ligas. AP Photo/Ross D. Franklin

Orlando Arcia es un predestinado. Así lo piensan los Cerveceros de Milwaukee, la organización que decidió hace algunos días entregarle las paradas cortas, a pesar de su corta edad.

Arcia acaba de cumplir 22 años de nacido y está a búsqueda del secreto para descifrar el pitcheo de las Grandes Ligas. En sus primeros 60 turnos al bate bateó para .167, con .470 de OPS, aunque en las menores y en la pelota invernal ha demostrado que puede ser un bateador de peligro.

Las publicaciones especializadas le otorgan el estatus de prospecto número uno de Venezuela en 2016. No puede perder, aseguran.

Pero el camino de los grandes prospectos a veces es difícil. Su inicio arriba lo demuestra. Y hasta tiene una historia familiar que refuerza esa idea.

Al shortstop de los lupulosos le toca mirarse en el espejo de aquellos otros venezolanos que fueron considerados como los mejores talentos de sus promociones, a lo largo de la década actual.

No todos han triunfado, como se esperaba. ¿Qué le aguarda al más joven de los Arcia?

2010, ALCIDES ESCOBAR

Tiene un Guante de Oro y fue el shortstop abridor del Juego de Estrellas de 2015 por Liga Americana.

No puede discutirse el papel protógonico que el campocorto varguense ha jugado en Kansas City, su segunda organización, a la que le enviaron los Cerveceros en diciembre de 2010.

Todavía tiene deudas pendientes. Mientras crecía en las menores llegó a ser una promesa del bateo y hasta un título consiguió en la pelota invernal, con casi .400 de average.

Fue, en un momento, un habilidoso robador de bases, pero ha mermado en sus cosechas y su promedio de embasado de .289 aún resulta francamente bajo.

Dicho eso, es uno los paracortos más reputadas de su generación, fue el Jugador Más Valioso de la última Serie de Campeonato en la Liga Americana y resultó una pieza clave en la conquista de la última Serie Mundial.

2011 y 2012, JESÚS MONTERO

Pocos venezolanos han crecido con mayores expectativas y pocos han hecho esperar más a sus parciales.

Montero llegó a las Grandes Ligas en 2011, entre batazos de largo metraje. Poco duró el ensueño con los Yankees de Nueva York. Fue cambiado a los Marineros unos meses después y cayó en un marasmo desde entonces.

Su primer torneo con los occidentales no fue un total desastre. Hay muchas cosas rescatables en un muchacho que a los 22 años de edad da 15 jonrones, empuja 62 carreras y cierra con .260 de average, jugando la mitad del tiempo en el Safeco Field.

Entonces comenzó el espiral descendente. Abrió 2013 con un severo slump. Fue enviado a Triple A. Recibió un llamado de atención por tener sobrepeso. Dejó de ser receptor y tuvo que aprender una nueva posición, la inicial. Apenas tomó 17 turnos arriba en 2014. Fue centro de un escándalo en Triple A y le suspendieron sin paga. Bateó para .235 sin boletos en 2015 y fue dejado ir en 2016.

El joven que tanto prometía no ha podido conseguir un OPS cercano a aquel .685 de 2012, que ya era escaso. Aunque aún espera saldar la deuda, ahora en las granjas de los Azulejos de Toronto.

2013, OSWALDO ARCIA

Hubo un tiempo en que la familia aplaudía a Oswaldo y le recomendaba a su hermano Orlando que siguiera el ejemplo del mayor.

El jardinero y designado sacó 14 cuadrangulares en 2013 y agregó 20 en 2014. Tenía 23 años de edad, patrullaba el outfield de los Mellizos de Minnesota Twins y, aunque le sobraban ponches y le faltaban bases por bolas, mostró sin ambages el poder legítimo que le convirtió en prospecto.

El promedio no levantó. La paciencia de la gerencia se agotó y, según analistas de la prensa regional, eso desorientó al patrullero, desatando una crisis de confianza.

Sea cierto o no, el hermano mayor terminó sin lugar en el lineup y, finalmente, pasó a los Rays de Tampa Bay, donde sufrió el mismo destino, al ser sacado del roster y puesto en asignación.

2014, ROUGNED ODOR

No se suponía que Odor comenzara tan pronto su recorrido en las mayores, pero la lesión de Jurickson Profar cambió los planes de los Texas Rangers de Texas y quizás haya cambiado también la vida del zuliano.

El entonces veinteañero defendió con éxito la intermedia de los Vigilantes y formó una adecuada llave de dobleplays con su compatriota Elvis Andrus. A los 21, sacó 16 pelotas del parque y consiguió un OPS de .781, a pesar de un pavoroso slump entre abril y mayo.

Pero lo de 2016 ha sido clamoroso. Su tercera justa en la MLB ha sido la de la consagración, con una línea de .274/.296/.489. Mejor todavía, alcanzó el récord de 22 vuelacercas que impuso Bobby Doerr en 1940 para intermedistas con 22 años de nacido.

El futuro pertenece al zuliano. Los texanos quieren firmarlo a largo plazo y sus agentes prefieren esperar.

2015, JOSÉ PERAZA

Peraza parecía indetenible tiempo atrás, con dos torneos seguidos sobre 60 bases robadas y averages consistentemente por arriba de los .300 puntos.

La inestabilidad asaltó al barinés últimamente, a pesar de sus notables cosechas.

Los Bravos de Atlanta decidieron convertirlo de torpedero en camarero, pensando en Andrelton Simmons como el campocorto de largo plazo. Luego lo enviaron a los Dodgers de Los Angeles, que finalmente lo embarcaron con destino a los Rojos de Cincinnati.

En el ínterin, debutó en la gran carpa y fue señalado como el inminente segunda base de los escarlatas, hasta que el veterano Brandon Phillips vetó un cambio casi consumado y Peraza quedó en el aire.

Todavía le ven como el camarero del futuro en el Great American Ballpark y ha recibido el chance de mostrarse como utility, incluyendo varios encuentros en el outfield. Pero su nueva organización prefiere que actúe a diario en las menores, antes que tenerle en la banca en la MLB. Habrá que esperar.