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Retener y subir a Yasiel Puig es la mejor opción de los Dodgers

Retener a Yasiel Puig, llamarlo al equipo grande en el fin de semana y darle una última oportunidad de redención podría ser la mejor opción a corto plazo para los Dodgers de Los Angeles con el atribulado y mediático jardinero cubano.

Para los que estuvieron colgados de una palmera o meditando en el Tibet durante el verano, esta es, a grandes rasgos, la situación de Puig con su organización.

Durante la fecha límite de cambios, los Dodgers adquirieron al jardinero norteamericano Josh Reddick (.296 AVE/.368 OBP/.818 OPS y 8 jonrones en 272 apariciones) desde los Atléticos de Oakland y decidieron bajar a las ligas menores a Puig, quien bateaba .260/.320/.706 y 7 jonrones en 303 apariciones. A la baja producción en el campo de las últimas dos temporadas, Puig agregaba el conocido desprecio a las reglas establecidas, que ha exhibido desde su arribo a las Grandes Ligas en el 2013.

En el fin de semana, los Dodgers colocaron a Puig en lista de waivers revocables, un proceso que permite a las organizaciones conocer el verdadero mercado que tienen sus jugadores, pero conservando el derecho de retenerlos en caso de no conseguir el negocio que persiguen. El lunes se reportó que Puig fue reclamado, como era de esperarse, y que Los Angeles estudiaba el próximo paso, pero sin mucha prisa.

Desde hace dos semanas se ha especulado que los Dodgers no planean subir a Puig desde las ligas menores en septiembre, cuando podrán agregar 15 elementos a su nómina regular. Si yo fuera Andrew Friedman, el presidente de operaciones de béisbol de los Dodgers, esto es lo que yo haría:

Retiro a Puig del mercado, lo llamo a las Grandes Ligas el jueves cuando los rosters pueden ampliarse de 25 a 40 jugadores y, durante todo el mes de septiembre, lo alterno con Reddick en el jardín derecho. El bateador derecho Puig contra pitchers zurdos y el bateador zurdo Reddick contra pitchers derechos.

Un mes sería tiempo suficiente para determinar si Puig aprendió la lección de su degradación en la organización, corrigió algunos de sus huecos en el plato, comprendió la importancia de seguir las reglas en el funcionamiento de una institución y entendió que ser un "grandesligas" no se limita a batear o lanzar bien una pelota.

¿Qué pueden perder los Dodgers en el proceso? ¡Nada! Incluso si Puig fuera el ser humano más despreciable de la tierra -- lo que es poco probable -- sus compañeros estarían de acuerdo en que todos merecemos segundas y terceras oportunidades. Y si el jugador se quema en el examen, entonces se cambia durante el invierno. Punto.

Desde el punto de vista deportivo, Los Angeles estaría en una situación de ganar sí o sí. Resulta que mientras Puig batea .348/.400/.994 con ocho extraabases y 12 carreras impulsadas en 75 apariciones en Oklahoma City, la sucursal de los Dodgers en la Liga Costa del Pacífico (AAA), Reddick lo hace para .145/.202/.359 con un doble y CERO carreras impulsadas en 89 apariciones desde que se mudó a Chavez Ravine. Ni la peor versión de Puig podría hacerlo peor que Reddick.

Puig es un jugador de 25 años con herramientas físicas para jugar al béisbol que todos los evaluadores del mundo considerarían excepcionales. Un mes de probatoria para determinar que está listo para convivir en paz con el resto de la organización, es lo mínimo que podría intentar el club antes de cede un pelotero que estará bajo control hasta la temporada del 2018.

Es probable que para cuando ustedes lean esto, Friedman y Co. ya hayan tomando una decisión acerca del futuro de Puig, incluyendo la gran posibilidad de que tenerlo lejos sería lo más saludable para el club, pero viendo el cuadro amplio de la situación, retenerlo, al menos por el resto de la esta temporada, podría ser la mejor opción para los Dodgers.