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Ambriz sigue porque no hay otro...

Esa parece ser la realidad de la "defensa" que el América planteó 72 horas después de su vergonzosa actuación en el Clásico. Peláez habla de un club serio que respeta tiempo y proyectos, pero la realidad es otra. Ellos saben bien que la forma Ambriz está agotada y que están lejos, pero muy lejos, de la certeza con la que necesita vivir un club como este cuando está celebrando un acontecimiento tan especial como sus 100 años de vida. La decisión de confirmar a Ambriz es una "salida falsa". La verdad es que no tiene con quien suplirlo.

LOS ANGELES, CA.- Un martes por la mañana, con el sol abnegado sobre Coapa, el América decidió defenderse. Y trato de hacer justamente lo que no hizo 72 horas antes en la cancha. Ricardo Peláez salvaguardó la idea de un club serio que respeta sus proyectos. Ignacio Ambriz "se calentó", estaba fuera de su zona de confort y comenzó a lanzar amenazas y a colocarse uno que otro ultimátum. Y los jugadores estuvieron tranquilos, casi tan ausentes como en el Clásico ante Chivas, con Moisés Muñoz siendo el más brillante de todos.

Los americanistas suelen ser orgullosos hasta el último momento. Y aunque sabe que "la nave se hunde", ellos ven hacia otro horizonte y casi declaman: "Este club es grande. Nada ni nadie puede hacerle daño. Saldremos adelante amparados en la grandeza de nuestros colores y nuestro espíritu".

Pero, al mismo tiempo en que aplaudo la seriedad, el respeto por los proyectos y los tiempos, yo le preguntó a Ricardo Peláez: ¿Qué pasa si dentro de una semana, el América pierde el partido --otro Clásico-- ante Cruz Azul? ¿Habrá más tiempo para Ambriz? ¿Se le respetarán las condiciones que él mismo ha puesto de terminar siendo campeón del futbol mexicano? Yo no apostaría por ello.

En su cocina, el América es una "olla express". Su entorno adquiere tal presión y tal temperatura de esa presión, que puede estallar en cualquier momento. Los que han dirigido y tomado decisiones en el América saben que lo que hoy es "blanco" mañana puede ser "negro". El clima en el club cambia repentinamente. Ambriz está bajo una tormenta. La forma de salir de esa "tormenta", por ahora, es con resultados, pero a veces ni siquiera eso mitiga la ausencia de confianza y de certidumbre.

La realidad, o mi realidad, es esta: el América no ha cambiado de entrenador porque no tiene un "candidato" que reúna las condiciones para tomar el puesto. En estos tiempos, el entrenador del América debe ser un tipo con la personalidad adecuada para aceptar las maneras y las formas del presidente deportivo. Tiene que ser un hombre que acepte el temperamento y la injerencia de Peláez en la cancha y en el vestidor. El América probó con dos entrenadores ganadores y experimentados. Ustedes conocen lo que sucedió con Antonio Mohamed y con Gustavo Matosas. Esos dos ejemplos cunden y pesan al momento de tomar una decisión.

En plena crisis, porque perder 0-3 el Clásico ante las Chivas en el Azteca y justo cuando estas celebrando tu Centenario significa "crisis", el América se defiende como "gato bocarriba". La realidad, es que Ambriz sigue porque no hay otro.

@Faitelson_ESPN