¿Y después qué? ¿Volveremos a la práctica común de la Selección Mexicana de coleccionar nombres, desechar proyectos y acrecentar la inestabilidad del equipo y del futbolista? Lo más sencillo es lo que cierto sector de la gradería pidió la noche del martes en el Estadio Azteca. La “cabeza” del entrenador. ¿Y eso lo resuelve todo? ¿No es el momento apropiado, otra vez, para revisar por qué el futbol mexicano tiene en esta clase de crisis, por qué falta talento, por qué hay apatía y desgano en el futbolista que viene de Europa, por qué los clubes no producen más y mejores elementos, por qué? Los “por qué” sobran y se aplastan mientras aparecen el grito de “fuera Osorio...”
LOS ANGELES, CA.- Nada que el Estadio Azteca no haya conocido con anterioridad en el pasado reciente. Desde el “fuera Bora” de los años noventa y hasta el de “Fuera ‘Chepo’” del nuevo siglo. El aficionado tiene el derecho de expresarse. También, puede, en algunas ocasiones, estar equivocado.
México ha amanecido invicto, líder de su cuadrangular y clasificado para el Hexagonal final de la Concacaf que repartirá los boletos para el Mundial Rusia 2018. Pero está claro que la Selección Mexicana no ha encontrado un nivel futbolístico apropiado, ha jugado bien por algunos breves parajes de esta eliminatoria ante rivales de una cierta calidad, atraso y pobreza deportiva, que cuando fue probado en otro nivel competitivo, como ocurrió en la Copa América del Centenario, salió severamente lastimado con una goleada ante Chile. A ello, habrá que agregar, aunque se trata de una selección con límite de edad, el fracaso de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
En éste, para no variar, contaminado y afectado panorama, lo más fácil supone ser pedir “la cabeza” del entrenador Juan Carlos Osorio. Eso hizo cierto sector de los aficionados anoche en la cancha del Estadio Azteca.
No creo que todo la culpa de esta nueva crisis por la que atraviesa el futbol mexicano a nivel de selecciones se resuelva apartando a Osorio. Creo que los futbolistas también tienen una responsabilidad. Creo que hay mala memoria, porque desde el final del proceso de Miguel Herrera, hace un año tras la Copa América y la Copa Oro, ya el futbol mexicano arrastraba graves carencias de funcionamiento en la cancha. Creo que nadie se ha puesto a revisar el momento del futbolista mexicano, sus graves carencias, cómo le ha afectado las nuevas políticas de la Liga domestica de darle preferencia al elemento extranjero. Creo que no se ha analizado, profundamente, por qué el futbolista mexicano que ha logrado llegar a otros niveles de competencia, en Europa, o en alguna otra liga del extranjero, ve con desgano y apatía un llamado a la Selección Nacional. Creo que los aficionados que exigían ayer la salida de Osorio han vuelto a tomar un “camino fácil”, en el que el futbol mexicano no encontrará jamás su redención y su solución final.
Echar a Osorio no resuelve nada. Lo único que hace es complicar aún más el panorama y darle un nuevo fundamento a un futbol que nunca ha apostado por la continuidad como un ejercicio de sus funciones y de su vida misma. Desde que Ricardo La Volpe cumplió el proceso mundialista para el 2006 (4 años), ha sido un ir y venir, de nombres, de proyectos, de estilos, de condiciones, de temperamentos que sin duda ha afectado el desarrollo del futbol, de la selección y también del jugador mexicano. Hugo Sánchez, Jesús Ramírez, Sven Goran Eriksson, Efraín Flores, “El Chepo” de la Torre, Luis Fernando Tena, Víctor Vucetich, Miguel Herrera, Ricardo Ferretti, y hoy Osorio. ¿Quién sigue?
México amaneció más cerca de Rusia. Seguramente va a llegar al Mundial. La pregunta es: ¿Qué pasará después? Nada, con este nivel de juego, no le alcanza para nada.
@Faitelson_ESPN