<
>

¿Cuál es el América? ¿Cuál es el verdadero América?

El sábado, entre la inoperancia de la primera mitad y la hazaña de la segunda, vimos dos equipos de futbol y un sólo club que intenta festejar bañado en gloria el Centenario. Lo que no nos queda muy claro es cual de los dos versiones corresponden hoy a este América. No hubo demasiados festejos tras la aparente gesta histórica ante Cruz Azuyl. Había cierto remordimiento por lo que el equipo dejó de hacer en la mayor parte de los 90 minutos y había cierta duda sobre si “la obra monumental”, el regreso de un 0-3, obedeció más a la capacidad propia o a la complicidad del rival. El América vive, por ahora, confundido.

LOS ANGELES, CA.- Entre el “Ángel” y el “Diablo” mismo, la consciencia del América se debate esta semana. ¿Es el equipo de la grana hazaña, que volvió desde “el más allá” para completar una voltereta histórica? ¿O acaso es el equipo sin rumbo, sin orden, sin concentración, sin idea de los primeros 45 minutos en el Estadio Azul? ¿Cuál es el América? ¿Cuál es el verdadero América?

No he alcanzado a notar un convencimiento exagerado del americanismo a partir de la hazaña o supuesta hazaña que logro el club el sábado pasado. Hay algo en el fondo de “la travesía” del equipo amarillo que no les otorga la seguridad absoluta y completa para gritar la gesta de un regreso que supone ser, insisto, histórico.

El América sabe, en su interior, cómo y por qué fue, sabe qué ingredientes se juntaron, que dejó de hacer, qué le faltó, qué le sobró y qué hizo por salvaguardar el partido y el resultado. En el fondo, el América no se fue totalmente convencido de que merecía los tres puntos, de que la voltereta excepcional y mágica que propuso y logro en los últimos minutos este amparada con la verdad de su actualidad futbolística.

El entrenador Ignacio Ambriz, cuya continuidad al medio tiempo del juego parecía encontrarse en predicamento, le ha agradecido el esfuerzo a sus futbolistas. Los jugadores dicen que hablaron fuerte entre ellos durante el entretiempo y la directiva ha guardado silencio, afirmando el lunes, durante una presentación fotográfica de los 100 años del club en el Estadio Azteca que el título es lo único que importa.

Total, que el América no se ha detenido mucho tiempo para celebrar el aparente acontecimiento que significó volver de un 0-3 adverso en el Estadio Azul. Pareciera que el América festejo tenuemente, calló sus pecados y empezó a concentrarse en la siguiente semana.

Atrás, en la, insisto supuesta épica jornada del sábado, quedó un sabor agridulce: un primer tiempo espantoso del América, con errores de concentración, de ubicación, de marcación, sin capacidad para generar futbol hacia el frente y con un equipo que parecía perdido en el campo, con un entrenador desesperado, y en ese momento, posiblemente sentenciado. Y luego, el sabor “dulce” de un equipo que supo reaccionar, que encontró los espacios, que tuvo la habilidad de atacar por las bandas, de meter los centros y de ser certeros ante la portería contraria. ¿Qué tanto conto la colaboración del rival? La misma pregunta que nos hacemos desde el silbatazo final del partido.

El América está al corriente de sus “pecados” y de sus “virtudes”. Sabe que lo del sábado se pintó como una “hazaña”, reconoce la valentía de sus futbolistas, pero en el fondo, muy en el fondo, explora y encuentra un equipo de futbol plagado de dudas, que no sabe expresar en el campo de juego. Y sabe que se América de los primeros 45 minutos en el Estadio Azul no va a ninguna parte...

@Faitelson_ESPN