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Gio, Vela y Jonathan... ¿solidarios u oportunistas?

LOS ÁNGELES -- Exiliados. Condicionados. Rebeldes. Subversivos. Insolentes. Selectivos. Ellos, los tres alegres compadres levantan la mano para regresar a un Tri, que naufraga con lastres de escepticismo y pesimismo, tras las actuaciones desilusionantemente azarosas ante Venezuela, Jamaica, Chile, El Salvador y Honduras.

Giovani dos Santos, con hechos y palabras, cierto en la MLS, pero ha proclamado que quiere regresar a la selección mexicana. El mensaje es directo a Juan Carlos Osorio. Su relación genuina es con el colombiano. Con él consensuaron una pausa, entre ellos deben concertar un regreso.

Carlos Vela, en esa incierta, vacilante, poco seria y socarrona forma de conducirse, ha dicho también que quiere regresar con el Tri, más allá de que en su club le han cuestionado su compromiso y devoción hacia el futbol y hacia la misma Real Sociedad.

Y Jonathan dos Santos, recibe con un trino de Twitter, el empujoncito de su hermano Gio, al pedir que se valore en el futbol mexicano, especialmente al jubiloso y generoso amparo del magnífico gol que marcó con el Villarreal en la Liga de Europa, además de su quehacer en la cancha.

Socios de verano, bohemios de oficio, y dos de ellos artesanos del México campeón en el Sub 17 de Perú, saltan con la mano en alto, en el momento más inoportuno, pero, también en el momento más oportuno... ¿u oportunista?

Han jugueteado Gio y Vela con ese desdén para jugar por el Tri, mientras que, irónicamente, Jonathan ha sido más víctima de maltratos penosos por parte de los diferentes dictadorcillos en los escritorios de las selecciones mexicanas.

Que agiten banderas Gio y Vela para llamar la atención y quieran subir al buque guardacostas, especialista en naufragios, a labores de rescate, ha sido interpretado de diferentes maneras, en estos tiempos, en que los sudores de histeria invaden a los mercenarios que administran al Tri en su ruta al Hexagonal Final, Copa Confederaciones, y, posiblemente a la Copa del Mundo de Rusia.

¿Son advenedizos los tres? ¿Son oportunistas? ¿O son solidarios? ¿O Gio y Vela, agregando a las filas a Jonathan, entienden que es el momento de sumarse a la famélica legión de los que sufren por las grises actuaciones en los últimos cinco juegos de México?

El momento parece poco adecuado. Hoy, cuando en el paredón les castañean las rodillas y los dientes a jugadores -especialmente los "europeos"--, cuerpo técnico y directivos, parecería que los tres ejercen de trepadores, de aves de rapiña, que hurgan entre los escombros.

No falta quienes interpreten estas manifestaciones de Gio, Vela y la invitación a Jonathan, como un acto malicioso, para exonerarse a sí mismos y condenar al resto, y claro, obsequiosamente, postularse como los mesías.

Creo todo lo contrario. Preferiría creer que Gio, Vela y Jonathan, entienden que más allá de los fariseos directivos, de los centaveros federativos, es urgente la solidaridad hacia el Tri, para una travesía mundialista que entra a un pantano de misterio y suspenso en la fase tortuosa del Hexagonal Final.

Además, levantar la mano en estos instantes, lejos de investirlos como salvadores o redentores, los coloca en una tesitura compleja: quedan obligados a ser factor de solución y cambio. Y de no serlo, podrían terminar como patéticos mártires.

Creo, preferiría creer, en el caso de los dos referidos y del hermano que agregan como parte de la cruzada, que es un genuino acto de madurez, y de que finalmente, entendieron que a los momentos de bonanza financiera, como futbolistas, deben agregarle, ya, la consumación de sus obligaciones de jugadores profesionales.

Gio se refugió en la MLS y seguramente ha percibido que es una Liga que está por debajo de sus virtudes, y más allá de si piensa regresar o no a Europa, algo cada vez más complicado, parece haber entendido que asistir a un Mundial no es lo mismo que competir en un Mundial.

Hoy, Dos Santos y Vela, lo saben, han asistido a copas del mundo, pero no han competido, y menos aún claro, han sido protagonistas memorables, ni siquiera para su terruño.

Estarán ambos en el montón que dirán que no fueron del montón de los que se quedaron sin ir a un mundial, pero sólo serán parte del apéndice, del discreto y sobrepoblado índice, más que convertirse en protagonistas de la historia.

Tal vez, y sólo tal vez, con riesgo de pecar de inocente e ingenuo, creo que Gio y Vela quieren dejar de ser de ese montón de ya meritos sin méritos del futbol mexicano, para que su nombre, al menos en los salones de la Conkakafkiana zona, alguien ponga su nombre en letras de bronce y no en la fosa común de la intrascendencia.