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El América en los tiempos y caprichos de Peláez

Y ahora, justo a media temporada y muy cerca del Centenario, busca un nuevo entrenador para un proyecto que tendría que haberse desvanecido en diciembre en Japón tras el fracaso del Mundial de Clubes. El América está desesperado y buscando algo que no existe. Un mago, un entrenador capaz, serio, solvente, que se identifique con sus colores y espíritu y que además permita la injerencia de su omnipresente presidente deportivo.

LOS ANGELES, CA --Y el América amaneció sin entrenador y sin rumbo más allá de la mitad del torneo, justo en una fecha doble y a días de festejar su Centenario.

Lo más increíble del escenario es que sus dirigentes no parecen listos para afrontar la situación. Parece que ellos no veían, o no creían lo que la mayor parte de sus aficionados olían y presagiaban desde hace algunos meses: Ignacio Ambriz no reunía las características para ser el entrenador del América.

Buscar un nuevo director técnico no es el problema. El América es un club al que muchos quieren y aspiran dirigir. El problema sigue siendo la convivencia, la relación y las condiciones que el Presidente Deportivo ejerce sobre el entrenador del América.

Ricardo Peláez es un tipo competitivo, nadie tiene duda de ello, pero también es un personaje al que le gusta interferir y meterse en decisiones que le competen al entrenador. Tiene, además, un carácter complicado. Aquel que acepte dirigir al América en este momento tiene que admitir también la omnipresencia de Peláez en el América. Los mejores ejemplos de ello se llaman Gustavo Matosas y Antonio Mohamed.

Quien mejor funcionó en el América de Peláez fue Miguel Herrera, pero su final se precipitó por el asunto de la selección nacional. Nunca lo vimos y probamos en momentos de alta tensión.

Estos son, nos gusten o no, los tiempos de Peláez en el América. Él manda, dicta y ejerce su poder, con eficacia --la ha tenido-- con crisis --he aquí una de ellas-- y con su carácter, para muchos, prepotencia que hemos probado y comprobado desde su carrera en las canchas. A mi Peláez no me cae ni bien ni mal, simplemente no me cae.

El América está apesadumbrado. Hurgando entre nombres y nombres Romano, Lavolpe, Lapuente, Carrillo, Pasarella, Bielsa, Martino y hasta el de su gran sueño Javier Aguirre. La realidad es que no estaba listo para esto y la otra realidad, es que el entrenador que llegue, porque finalmente llegará alguien, tendrá que admitir las imposiciones de Ricardo Peláez.

El América vive en los tiempos de Peláez. Nos guste o no. Él tiene el balón en sus pies.

@Faitelson_ESPN