En 22 temporadas que llevamos en la era del comodín, esto nunca ha ocurrido. En 48 años que llevamos en la era divisional, llena de finales épicos y finales alocados, esto nunca ha ocurrido. Nunca, nunca, en todo ese tiempo, el béisbol ha tenido que lidiar con un triple empate por un puesto a la postemporada. Y mucho menos dos.
Pero ¿será este el año? Los Mets de Nueva York, los Gigantes de San Francisco y los Cardenales de San Luis llegaron a sus partidos del miércoles con exactamente la misma marca (80-71). Tres equipos. Dos puestos. Once juegos restantes en cada calendario.
Así que si este es el año, ¿cómo romperá el béisbol ese triple empate? Gracias por preguntar. He aquí cómo:
Primero, déjenme decirles, con una certeza del 99.9 por ciento, quién jugará con quién y cuándo. Y entonces les explicaremos cómo y por qué.
Lunes 3 de octubre: Mets en Cardenales. El ganador se quedaría con el primer boleto de comodín y será el anfitrión del juego entre comodines de la Liga Nacional el 5 de octubre.
Martes 4 de octubre: El perdedor del juego entre Mets y Cardenales jugará ante los Gigantes en San Francisco. El ganador de ese partido se encaminará a Nueva York o San Luis para jugar el juego entre comodines al día siguiente. El perdedor se encaminará hacia su lago o su campo de golf más cercano, o posiblemente ambos.
Miércoles 5 de octubre: Los sobrevivientes jugarán el partido entre comodines de la Liga Nacional. El ganador viajará a Chicago para jugar ante los Cachorros en la Serie Divisional de la Liga Nacional. Y en cuanto al perdedor, ver más arriba.
Cómo y por qué
Las siembras se deciden por las series particulares entre ellos. Los Cardenales (gracias a dos grandes victorias en San Francisco el sábado y el domingo) ganaron la serie de temporada ante los Gigantes, cuatro juegos a tres. Y los Mets también ganaron su serie de temporada ante los Gigantes, 4-3. Mientras tanto, los Cardenales y los Mets dividieron su serie de temporada 3-3, pero los Cardenales tendrían la ventaja de desempate debido a su mejor record en su propia división.
Así que los Cardenales tienen la primera oportunidad de escoger el escenario. Y sí bien puede ser cierto que nunca se ha llegado a esto antes, han habido varias situaciones cercanas a lo largo de los años en las que los equipos han tenido por lo menos la oportunidad de escoger su camino. Así que sabemos que cada equipo que ha estado en la posición de los Cardenales ha optado por un calendario como el que les acabamos de mostrar: Dos oportunidades de entrar. Ser anfitrión del primer juego. Jugar el segundo partido como visitantes si pierden.
Entonces los Mets tendrían la segunda selección - la cuál se reducirá a sí prefieren dos juegos como visitantes, solo necesitando ganar uno, o un juego local donde se jugarían la vida. Así que ¿es posible en teoría que ellos decidan que su rotación es tan débil que ellos preferirían jugar un solo partido de desempate en vez de gastar a Noah Syndergaard y Bartolo Colón antes de que lleguen al juego de comodín? Seguro. En teoría. Pero ningún equipo ha hecho jamás una elección como esa. Así que es altamente improbable.
Planes de viajero frecuente
¿Podría esto crear todo tipo de estragos de viajes si realmente ocurre? Por supuesto que es así. Esa es parte de la diversión. Pero no tanto para los Cardenales y los Gigantes. Ambos terminan sus temporadas en casa, así que están bien. Pero por otro lado, los Mets pasarán la última semana de la temporada en la carretera. Y solo les decimos esto: Esperamos que disfruten la comida de los aviones.
Es posible que tengan que jugar el domingo (2 octubre) en Filadelfia, el lunes en San Luis, martes en San Francisco, miércoles en San Luis y viernes en Chicago. Eso significa cinco juegos en cuatro ciudades, y ninguno de ellos en el mismo sitio dos días seguidos.
¿Y si ocurre todo esto? Eso resultaría en un total aproximado de 3,264 millas de vuelo en tres días y medio. O si quieren contar el viaje de los Mets de su serie en Miami a Filadelfia, antes de siquiera llegar a su fin de semana final de la temporada, estamos hablando de 4,287 millas en seis o siete días.
Así que, sí, eso es algo bien loco. Pero como dijo alguna vez Betty White (sobre un tema ligeramente diferente), ¡seguro que supera la alternativa!