ORLANDO -- El cubano José Fernández falleció la madrugada del domingo en un accidente de bote, dejando a los Marlins de Miami sin su principal lanzador, a Grandes Ligas sin una de las estrellas jóvenes de mayor carisma de estos tiempos y al béisbol latinoamericano sin uno de sus mejores representantes de la actualidad y los años por venir.
Con 24 años recién cumplidos en julio y apenas cuatro en Grandes Ligas -- dos de ellos recortados por una operación "Tommy John" -- Fernández se había establecido como uno de los ases del juego. En 76 apariciones monticulares, tuvo récord de 38-17 (.667), efectividad de .258 y 589 ponches en 471.1 entradas. Promedió 11.2 ponches y 2.8 boletos por cada nueve entradas lanzadas.
Lanzando en Miami fue aún mucho mejor, con marca de 29-2 y efectividad de 1.49 en 42 aperturas. Su efectividad en casa es la más baja desde que la estadística fue hecha oficial, en 1913, entre los lanzadores que tuvieron al menos de 40 salidas. Los Marlins promediaron 1,127 fanáticos más en los juegos de Fernández que en el resto del calendario desde el 2011.
Reclutado en el sorteo colegial del 2011, Fernández fue el Novato del Año y tercero en la carrera por el Cy Young de la Liga Nacional dos años después y en esta temporada, su segunda completa después de completar la recuperación de una operación de codo que lo marginó por 14 meses, es uno de los buenos candidatos al premio de mejor lanzador de su liga nuevamente.
Fernández, quien el pasado martes lanzó ocho entradas en blanco con 12 ponches sin boletos ni carreras a los Nacionales de Washington, tenía foja de 16-8, efectividad de 2.86 y 253 ponches en 182.1 innings este año con los Marlins. Iba quinto en triunfos, segundo en ponches y noveno en efectividad del viejo circuito y había establecido marcas personales en salidas (29), triunfos, innings y ponches.
De acuerdo a Brooksbaseball.net, Fernández realizó 7,404 lanzamientos en Grandes Ligas, incluyendo la temporada de exhibición de marzo. Utilizó mayormente su recta de cuatro costuras y curva, dejando el cambio en un tercer plano. También podía lanzar la recta en sinker y un cambio súper lento.
De todas formas, su mejor arma en el montículo era una capacidad de competir que lo convertía en fiera cuando subía al montículo.
También era un bateador por encima del promedio entre los lanzadores. Esta temporada bateó .250 con seis carreras impulsadas y en 136 turnos en las ligas mayores conectó 29 hits, incluyendo siete extrabases -- dos jonrones --, y empujó 14 carreras.
Fernández, un nativo de la provincia de Villa Clara, abandonó Cuba de manera ilegal en 2008, jugó en una secundaria de Tampa y fue la selección de primera ronda (pick #14) del draft del 2011. Una cosecha que también produjo a los lanzadores Gerrit Cole, Sonny Gray, Dylan Bundy, Michael Fulmer y Trevor Bauer; los puertorriqueños Francisco Lindor, Javier Báez y George Springer; Trevor Story, Joe Panik y Kolten Wong, entre otros.
Fernández se hizo ciudadano de Estados Unidos en abril del año pasado y abandona este mundo con el mejor promedio de efectividad entre todos los lanzadores cubanos que tuvieron al menos 25 salidas en las Grandes Ligas. Ahora será imposible saber exactamente como terminaría su carrera, pero por la edad y talento, Fernández tenía una proyección para, posiblemente, ser el primer lanzador de su país en el Salón de la Fama de Cooperstown.
La violenta muerte de Fernández enluta a todo el mundo del béisbol, especialmente a Miami, Cuba y toda Latinoamerica.