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David Ortiz de villano -- y héroe -- en su última noche en Yankee Stadium

NEW YORK - Una cosa es conectar 632 dobles y 540 cuadrangulares, para ser el mejor en tu posición (sí, el designado es una posición en la Liga Americana), para ganar tres Series Mundiales y ser la cara de la franquicia. Pero otra cosa es hacerlo bajo la rivalidad más encarnizada en los deportes.

Y David Ortiz lo sabe.

Ortiz todavía seguiría siendo considerado entre los bateadores más temidos de su generación si hubiese jugado las últimas 14 temporadas en Cleveland o Milwaukee, Atlanta o Arizona - ciudades donde el equipo local de béisbol no es medido constantemente ante un ardiente rival que juega a 200 millas de distancia. Pero para convertirse en el Big Papi, él tuvo que levantarse hasta el nivel de héroe en Boston y villano en Nueva York, ícono para los Medias Rojas y enemigo público No. 1 para los Yankees.

Ortiz hizo eso como uno de los jugadores más reconocidos de esta rivalidad. La misma comenzó con Babe Ruth, avanzó con Ted Williams y Joe DiMaggio, y fue impulsada por Bucky Dent y Aaron Boone, Pedro Martínez y Roger Clemens y el guante de Jason Varitek en la cara de Alex Rodríguez. Pero Ortiz atormentó a los Yankees como pocos mientras se convirtió en un ganador constante con una organización de los Medias Rojas que se había acostumbrado solo a perder.

"Esto es algo especial", dijo Ortiz, reflexionando sobre su lugar en el juego de moralidad Medias Rojas-Yankees. "Eres un héroe o un villano. En esta rivalidad, uno tiene que ser un poco de ambos. Uno hace algunas cosas buenas para alguna gente. Uno causa algo de daño para otras. No vas a lograr que todo el mundo te apoye. No vas a hacer que todo el mundo sea feliz".

Por ahora, con la cortina pautada para descender sobre su carrera ante los Yankees, hay demasiados momentos que Ortiz recuerda. Al pedírsele esta semana que escogiera su momento favorito en el Yankee Stadium, se echó a reir y dijo, "Hombre, no sé. Esa es una buena pregunta. He conectado muchos hits aquí".

De hecho, su hoja de trabajo es impresionante. Ortiz ha logrado 53 cuadrangulares en temporada regular ante los Yankees, 9.8 por ciento de su total general y empatado con Hank Greenberg con la cuarta mayor cantidad para un jugador ante los Yankees detrás de Jimmie Foxx (70), Williams (62) y su ex compañero Manny Ramírez (55). Solo Williams logró más cuadrangulares ante los Yankees en uniforme de los Medias Rojas.

Ortiz siempre encontró la forma de llegar hasta el predio corto del jardín derecho en el Yankee Stadium, el viejo y el nuevo. Jugó 56 partidos en el estadio viejo y bateó .316con 19 dobles, 16 cuadrangulares, 35 impulsadas y un OPS de 1.025 en 212 turnos. Al llegar al partido del miércoles en la noche, él había participado en 59 juegos en el estadio nuevo. Aunque solo batea .229 (¡gracias, formaciones especiales!), de todos modos ha logrado 12 dobles, 15 cuadrangulares, 32 impulsadas y OPS de .806 en 227 turnos.

"Definitivamente me gusta jugar aquí", dijo Ortiz. "Es posible que independientemente de los problemas, el Yankee Stadium sea mi lugar favorito para batear. Las dimensiones son perfectas para un bateador zurdo de poder. Todas las emociones, toda la adrenalina. El Yankee Stadium siempre va a ser parte de mi éxito. Es un lugar en el que siempre me encantó jugar".

Como se pueden imaginar, la relación de Ortiz con los fanáticos aquí siempre ha sido, bueno, complicada. Pero, ¿no siempre es de esa forma con los superheroes y los villanos?

En las calles de Nueva York, Ortiz insiste que "la gente es súper amable", una reacción que él atribuye a la gran población dominicana que vive en la ciudad. Él dice que siempre es tratado con respeto, incluso con reverencia. Pero cuando se para en el plato ante un lanzador de los Yankees, usualmente es abucheado, incluso con saña. Pero no como que quiera que sea de otra forma.

"El abucheo es como que, yo soy un fanático de los Yankees, y te voy a abuchear porque tú juegas para los Medias Rojas, juegas para los Dodgers, o juegas para cualquier otro. Así es como es", dijo Ortiz. "Eso no me afecta. Me motiva. En serio. Hay atletas, que cuando son abucheados, algunos de ellos se apagan. Otros, eso les saca lo mejor de ellos".

Los Yankees solo han recibido lo mejor de Ortiz desde el 2003, su primera temporada con los Medias Rojas, la que también coincidió con el pico de la rivalidad. Los Yankees y los Medias Rojas chocaron en la SCLA de 2003 y 2004 - ambas series se fueron a siete juegos, ambos equipos ganaron una de las series en forma épica. Si buscan cuál es el hit de Ortiz con mayor significado en el Yankee Stadium, es difícil superar su cuadrangular de dos carreras que estableció la pauta en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2004 ante Kevin Brown.

"Desde nuestro punto de vista, él ha jugado el papel del villano - sin duda alguna - extremadamente bien desde que llegó aquí", dijo temprano en esta temporada el gerente de los Yankees Brian Cashman.

Sin embargo, desde 2004 esa rivalidad se ha enfriado, en parte porque los equipos han llegado a la misma postemporada en solo tres de los últimos 11 años. Pero Ortiz ha sido la constante, acumulando enormes cantidades de hits ante los Yankees, elevando su estatus al máximo héroe/villano.

El jueves, los Yankees reconocerán a Ortiz en una ceremonia pre juego, justo como los Medias Rojas hicieron con Mariano Rivera en 2013 y Derek Jeter en 2014. Se espera que Rivera, considerado por Ortiz como uno de los dos lanzadores más difíciles que ha enfrentado (Martínez es el otro), esté presente para participar en la ceremonia.

Como cualquier otro, Ortiz se pregunta cómo será recibido. Él bromeó en los entrenamientos primaverales de que los fanáticos de los Yankees podrían darle el regalo de una ovación de pie. Pero él está preparado para un recibimiento algo más brusco. Un portal de internet fue creado para pedirle a los fanáticos que asistan esta noche al Yankee Stadium que le muestren su trasero a Ortiz antes de su último turno en el estadio.

"¿Se lo imaginan? Yo tampoco", dijo Ortiz con una sonrisa. "Si ocurre, me tengo que asegurar que tengo a la mano mi celular para poder fotografiarlo".

Independientemente de lo que ocurra, se espera que la noche sea eléctrica, tal y como suele ocurrir en cada aparición de Ortiz en el Bronx.

"Uno entra a esta rivalidad y se puede ver cuán intenso es todo lo que ocurre en ella", dijo Ortiz. "Uno ve la intensidad en los jugadores, la intensidad en los reporteros en sus preguntas. Es una serie muy intensa cuando jugamos contra los Yankees. Y uno vuelve atrás en el tiempo y revisa la historia y se puede ver todo lo que lograron jugadores como el Sr. Ted Williams antes. Es algo que, uno sabe que está entrando a algo especial".

Para Ortiz, además representa la diferencia entre ser un toletero histórico y la leyenda del Big Papi.