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"Abrazados por las contradicciones..."

+ Hace unos meses, la campaña se llamaba: “Abrazados por el futbol...”. Los futbolistas de México pedían al aficionado que moderaran su comportamiento en el graderío y evitarán el grito de carácter homofóbico que hacen ciertos aficionados cuando el portero visitante despeja el balón. Hoy, los dirigentes dicen e insisten que esa expresión tiene una connotación distinta en México. Y puede que en el fondo sí que la tenga, pero los señores De María y Cantú deben entender que con una persona que se sienta lastimada o afectada por ese grito, es suficiente para que sea inapropiada en una cancha de futbol. No hay más. En medio de las contradicciones, de un país donde los derechos y las libertades para las personas de una orientación sexual diferente no son totalmente claras, el futbol se debate en un tema que ye le ha costado mucho dinero en multas y que puede ser aún peor en el futuro inmediato.

Por David Faitelson

LOS ANGELES, CA.- Para no variar, el futbol mexicano está en plena contradicción.

Hace algunos meses, lanzó una campaña (“Abrazados por el futbol”) que incluía a sus más celebres e influyentes futbolistas para tratar de mitigar el grito homofóbico que cierto sector de los aficionados realiza cuando el portero visitante despeja el balón. Hoy, sus dirigentes, empezando por Guillermo Cantú, defienden que ese grito o esa expresión no tienen ningún carácter homofóbico. ¿Alguien me puede explicar donde quedo la pelota?

Para empezar, ya es esta tarde para meterse en el tema de que si es no un grito o una expresión que daña o lastima a personas que puedan tener una orientación sexual diferente. La FMF tiene que entender que aunque para ellos, o quizá para usted o para mí, el “ehhh...puto” no es dañino, puede que a alguien le termine lastimando o afectando y eso basta para que sea totalmente inapropiado en un estadio de futbol.

Ni en el mundo ni en México vivimos en tiempos de opresión ++eso creo++. Hay que educar, convencer, comunicar y hacerle entender a ese sector de aficionados que esa manifestación en las graderías puede terminar afectando a un tercero y que ese tercero tiene los mismos derechos que tenemos todos de ser respetados. Entiendo también que la irreverencia del aficionado podría ser una respuesta al momento en que vivimos en México. La tribuna de futbol es la última frontera entre lo que quieres y puedes decir, es un sitio donde, se supone, existe una expresión libre y autentica de decir las cosas. Yo creo que los mexicanos decimos o nos manifestamos a través del futbol como quisiéramos hacerlos en otros muchos rubros que nos lastiman y que son parte de nuestra vida. Puede ser, aunque al final, el fin, no justifica los medios. El grito puede, insisto, afectar a una persona para la cual no se trata de una expresión folklórica o tradicional, en un país donde todavía existen altos índices de machismo y donde la iniciativa presidencial lanzada apenas en mayo para un cambio en la ley que elimina los términos y preceptos discriminatorios que definen al matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer ha sido detenida, en el senado, por grupos, organización, políticas y religiosas que ven un mundo distinto al que vemos la mayoría.

El tema es delicado, más delicado que lo que significa “un pinche” ++ya que estamos en términos folklóricos++ partido de futbol.

La FIFA, supongo, no se detendrá. Después de las multas, vendrá el veto al estadio, luego, quizá, jugar partidos sin publico y después, el despojo de los puntos.

Lo más preocupante es la Federación Mexicana que, desde un inicio, defendió “el grito” como algo nuestro, tradicional, folklórico, cotidiano, cuando no lo es, porque después de todo, yo no sé si en casa del señor De María o del señor Cantú se expresan así, en la mía no, definitivamente, no.

@Faitelson_ESPN