En el frío de octubre, ocurren cosas sorprendentes. Pero algunas veces, en el momento, no nos damos cuenta de cuán increíbles fueron.
Así que echemos para atrás nuestro cerebro al martes en la noche en San Francisco. Valdrá la pena - a menos que seas fanático de los Gigantes -- porque lo Cachorros hicieron algo en el Juego en el Juego 4 de la Serie Divisional de la liga Nacional, en ese momento, que nos ha llevado algo de tiempo poder procesar. Pero ahora sabemos exactamente lo que vimos.
Y con esto, quiero decir, ¡vimos algo que nadie antes había visto! Por lo menos, no en un juego de postemporada.
Ah, y una cosa más. Vimos además algo que no había ocurrido en un juego de los Cachorros en mucho, mucho, mucho tiempo. También hablaremos de eso en breve.
Revisemos lo que hizo el Juego 4 tan único e inolvidable:
Ese juego de Cachorros-Gigantes fue el juego de postemporada No. 1,490 de la historia. Así que piensen en las posibilidades que ocurriese algo en ese juego que no hubiese pasado en los anteriores 1,489 partidos. Ya les parece divertido, ¿cierto?
Como computó el Elias Sports Bureau el martes, los Cachorros fueron el 828º equipo en la historia en llegar a batear, en la novena entrada o más tarde, en desventaja de tres carreras en un juego de postemporada. Solo tres de esos equipos habían encontrado la forma de ganar. (De hecho, sigue siendo incomprensible que los tres lo hicieran en la misma semana de 1986. Pero ese es un tema para un blog completamente diferente para otro día). Así que los equipos en la posición de los Cachorros habían jugado para 3-824 en esos anteriores 827 partidos. Y cada equipo en esa posición en los últimos 30 años había terminado perdiendo. Algo loco. Así que las posibilidades van siendo más lejanas con cada párrafo, ¿no es así?
Pero ahora aquí es donde los Cachorros se separan de esos tres equipos que alguna vez ganaron un juego como este. Esos tres equipos remontaron en la parte final del juego pero tuvieron que irse a entradas extras para completar el trabajo. Los Cachorros no solo empataron este partido en la novena entrada. Sino que tomaron la delantera y ganaron el juego en la novena entrada. Y eso es algo que ningún equipo en la historia había hecho - en un juego de postemporada, en donde chocan los mejores equipos y los mejores lanzadores del deporte. Una vez más, la palabra mágica es "jamás".
OK, ahora que hemos puesto este juego en perspectiva de postemporada, ya es lo suficientemente bueno. Pero hay más. Mi primera pregunta, luego de pensar en lo que ocurrió durante la noche: ¿Acaso los Cachorros ganaron un partido como este durante toda la temporada regular? Y la respuesta, cortesía de Sarah Lang, de ESPN Datos, es: Algo así. ¿Recuerdan el partido de Domingo de Grandes Ligas entre los Cachorros y los Marineros el 31 de julio? Los Cachorros entraron a la novena entrada en desventaja 6-3. Entonces se recuperaron con tres carreras para empatarlo. Y lo ganaron en 12 entradas. Así que lo hicieron, de hecho, el ganar un juego en el que estuvieron en desventaja en el marcador en la novena entrada por tres carreras.
Pero si han estado prestando atención, deberían haber notado algo sobre ese juego. Correcto. Necesitaron entradas extras para ganarlo. Así que ¿qué significa esto? Repitan conmigo: Ellos no ganaron ningún partido en la temporada de forma parecida al que ganaron el pasado martes en la postemporada. Así que eso solamente convierte a este en uno muy especial.
Sin embargo, eso también significa que nuestro trabajo no había concluido. Fue entonces el momento de averiguar cuánto tiempo había pasado desde que los Cachorros habían ganado CUALQUIER partido de la forma en que ganaron este. Para ayudarme con esto, recurrimos una vez más al Elias Sports Bureau. Y he aquí lo que descubrieron: La última vez que los Cachorros se encontraron a sí mismos atrás por tres carreras en la novena entrada o más tarde y se recuperaron para anotar cuatro (o más) para ganar fue. ... allá por el 10 de abril de 2000. Cuando se encontraban a sí mismos abajo 3-0, en la parte baja de la novena entrada ante los Bravos, entonces remontaron para anotar cuatro veces ante Mike Remlinger, Kerry Ligtenberg y Luis Rivera. El final: Cachorros 4, Bravos 3 - en nueve entradas. Y ¿por qué tengo la sensación de que nadie allí en aquella tarde - que de hecho era el primer partido local de la temporada - sospechó que estaríamos hablando sobre ese juego en el medio de un caliente mes de octubre más de una década y media más tarde?
Pero aquí está lo que estábamos hablando. Y aquí está lo que hemos encontrado. Desde ese día, los Cachorros han jugado en 2,743 partidos de temporada regular. Más 31 juegos en postemporada. Lo que significa que jugaron 2,773 partidos de béisbol en fila sin hacer lo que lograron hacer el martes en la noche en el AT&T Park:
Encontrarse a sí mismos atrás en el marcador por tres carreras luego de ocho entradas. Entonces remontar para anotar cuatro veces. Y ganar el juego en nueve entradas. Gracias por su asistencia.
Así que ahí lo tienen. Ahora lo saben. Algo ocurrió el martes en San Francisco que simplemente no suele ocurrir. No había ocurrido en ninguno de los cerca de 1,500 partidos de postemporada en la historia de Grandes Ligas. Y no había ocurrido en ninguno de los anteriores 2,773 juegos en los que participaron los Cachorros en un periodo de 17 temporadas.
Y entonces ocurrió. En uno de los juegos más importantes en la historia moderna de los Cachorros.
El béisbol algunas veces es sorprendente. Pero ¿lo que pasó esa noche en el AT&T Park? Resulta que fue mucho más sorprendente que lo que incluso nos imaginábamos.