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Sin garantías...

La noche en Columbus promete ponerse "fea" para México en la cancha. A pesar de que Juan Carlos Osorio ha llamado a lo mejor que tiene disponible y a un grupo de futbolistas que atraviesan por un buen momento en ligas de alta competencia, el choque ante Estados Unidos es todo un Clásico, donde, muchas veces, lo futbolístico pasa a segundo orden y se imponen otros factores como el carácter y la personalidad de los que juegan. Lamentablemente, la última vez que esta selección fue conducida a esos terrenos, donde requería algo más que futbol, el marcador en Silicon Valley indicaba de manera clara, contundente y desgraciada: "México 0, Chile 7"...

LOS ANGELES, CA.- "Duos a zeero...". Nunca antes los aficionados al llamado "soccer" en este país habían pronunciado tan bien el español. Tal parece que han aprendido y que han gozado de cada episodio de los últimos 30 años. De una paridad que no existía a una hegemonía, a una jetatura, a una marca, a un "maleficio" o, como le llaman otros, cierta clase de "embrujo". Las cosas, en la cancha, entre Estados Unidos y México se ha vuelto demasiado parejas con el pasar del tiempo.

Aún con lo mejor que tiene disponible, no hay garantía de nada. La noche en Columbus promete ser intensa, competitiva y al mismo tiempo desafiante para el futbol mexicano.

El Estados Unidos-México ha atravesado ya ese umbral que separa a un simple o gran partido de futbol con un "Clásico" y en un "Clásico" hay otros muchos factores que deberán ser tomados en cuenta. Uno de ellos, en anímico, el mental, donde a lo largo de su historial futbolístico, México jamás ha tenido un nivel y una regularidad. En el grupo que ha llamado Juan Carlos Osorio hay 14 futbolistas que proceden de Ligas europeas y por ende, de categorías más desarrolladas del juego. En ellos, y en futbolistas veteranos como Rafael Márquez y oribe Peralta recaerá el peso emocional del equipo mexicano.

Futbolísticamente hablando, México podría tener algunas ventajas: Jugadores como Carlos Vela, Marco Fabián de la Mora, Giovanni Dos Santos y Javier "El Chicharito" Hernández atraviesan por un momento de gracia, la mayor parte de ellos, en un nivel de competencia elevado. Estados Unidos, por su parte, parece seguir ocupado en una "mudanza generacional". Por temas médicos, la gran figura de este equipo y el referente de una generación, Clint Dempsey, está fuera de la convocatoria. Con Michael Bradley, Tim Howard y Jozy Altidore al frente, Klinsmann ha llamado también a futbolistas jóvenes, la mayor parte de ellos inmersos en la liga alemana: Julian Green (Bayern Munich), Aron Johannsson (Werder Bremen), Bobby Wood (Hamburgo) y hasta la joven sensación de 17, 18 años del Borussia Dortmund, Christian Pulisic. Futbolistas jóvenes que deben garantizarle un futuro promisorio a esta selección y que pueden traducirse también en un arma de doble filo para la noche del viernes en el Estadio del Columbus Crew.

México podría estar mejor que Estados Unidos en términos estrictamente futbolísticos, pero se trata de un partido "Clásico", y entonces se involucran otro tipo de cuestiones que pueden afectar o encaminar el rumbo de la noche.

Aún con lo mejor que cuenta, México no tiene garantías. El juego requiere de carácter y de personalidad y la última vez que la selección fue llevada y forzada a una escenario en el que se requerían ese tipo de condiciones, el marcador, frío y contundente en Santa Clara indicaba: "México 0, Chile 7...".

@Faitelson_ESPN