El acuerdo récord que le dieron los Yankees por cinco temporadas y $86 millones a Aroldis Chapman quizás nunca afecte financieramente a los Bombarderos, dadas las grandes cantidades de ingresos que reciben, pero es altamente improbable que les funcione en el terreno, dado el infeliz historial de los contratos a largo plazo para los relevistas, y es una firma reprobable, dado lo que ellos saben sobre el carácter y las acciones de Chapman.
Yo he identificado 12 acuerdos de cuatro años o más dados a relevistas desde 2000 pero antes de este invierno. En las pasadas tres semanas, los equipos han acordado tres más, a Chapman, Mark Melancon y Brett Cecil, con Kenley Jansen todavía sin firmar. El historial de los acuerdos a largo plazo dados a los relevistas es terrible, pero los equipos de Grandes Ligas siguen actuando como un montón de peces de colores, por lo que cuando algunos o todos estos acuerdos caen en desgracia, por favor recuérdenles que ese pequeño castillo de plástico siempre estuvo allí.
Quizás la actuación de Chapman en el terreno le amerite su nuevo salario, pero no un contrato de esta duración. Él sigue lanzando tan duro como siempre, y su reducida tasa de ponches viene con una reducida tasa de boletos, así que a corto plazo, es posible que los Yankees estén recibiendo al mismo lanzador que cambiaron a los Cachorros en julio. Pero vimos en la postemporada que puede volver a lanzar casi exclusivamente rectas con corredores en las bases y que los bateadores pueden conectar lanzamientos de 100 mph si pueden adivinar lo que viene, así que su repertorio puede ser dominado debido a la forma en que lo utiliza.
La realidad del rendimiento de un relevista es que no se puede proyectar a cinco años debido a que la tasa de desgaste - por lesiones, pérdida de repertorio o alguna otra pérdida de efectividad - es demasiado alta. Los Yankees no van a ganar nada en 2017 y probablemente tampoco en 2018, así que si se piensa que su increíble sistema de fincas los llevará a ser un equipo contendiente en 2019, existe solo un 50 por ciento de probabilidades de que Chapman siga siendo uno de los cinco mejores relevistas en el béisbol en ese punto.
Los Yankees no necesitaban específicamente a Chapman como su cerrador. Ellos tienen a Dellin Betances, quien se equipara a Chapman en términos de swings fallados y prevención de carreras, y que estará bajo control del equipo por las siguientes tres temporadas. Ellos tienen a Luis Severino, quien podría volver a la rotación pero que fue mucho más efectivo en 2016 en rol de relevo. Los Yankees tenían otras opciones para lidiar con ellos hasta que llegaran al punto, probablemente en 2019, cuando necesitaran mejorar su cuerpo de lanzadores para las entradas finales. Hacerlo ahora parece algo prematuro, incluso si eso les ayuda a ganar un par de juegos adicionales en 2017.
No puedo imaginarme darle a alguien con tantos cuestionamientos sobre su carácter - comenzando pero no terminando con las alegaciones de violencia doméstica y la admisión del propio Chapman de que disparó su arma a la pared del garaje - un acuerdo de cinco temporadas con dinero capaz de cambiarle la vida a alguien. Tomando prestada una vieja línea de P.J. O'Rourke, es como darle whiskey y las llaves del auto a un adolescente. Chapman no ha actuado de forma responsible fuera del terreno, y que los Yankees lo permitan así es un error moral al igual que un riesgo financiero más allá del riesgo normal de darle a un cerrador un acuerdo a largo plazo.
Un equipo de Grandes Ligas tiene el derecho de emplear a un jugador acusado de violencia doméstica cuando no haya sido suspendido, pero eso no obliga a un equipo a hacerlo. No he sido fanático de los Yankees desde que comencé a trabajar para Toronto en 2002, pero si lo fuera hoy en día, no podría seguirlo siendo luego de esta firma.