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Y ahora, La Volpe, 'tiki-tiki al Real Madrid'

LOS ÁNGELES -- "Le vamos a dar tiki-tiki al Real Madrid". Llegó el momento, para Ricardo La Volpe, de sacar de las gavetas malditas de las promesas ensoberbecidas, para cumplirla, esa aseveración hecha casi con tono mesiánico.

Y llega, el América, con la ilusión preñada de esperanza. Entre lo imposible y lo improbable, tener de lazarillo a la fe, puede servir para cruzar ese caudaloso río de los fracasos.

La cita con el campeón de Europa y actual propietario del rascacielos de la Liga de España, la consiguió El Nido este domingo. Se le salió del ataúd al Jeonbuk, para sacarse la estaca profunda del 1-0 y emerge con el 2-1.

Cierto, ante el equipo sudcoreano no hubo "tiki-tiki", como no lo ha habido en esta gestión de La Volpe con las Águilas. El hombre que alguna vez defendió las formas en el futbol, elige por salud el pragmatismo.

"Cruzar el Niágara en bicicleta", es una deliciosa canción de Juan Luis Guerra, pero hoy, para La Volpe, los tiempos del malabarismo audaz, son agua pasada. Ya está dicho: el fin justifica los miedos y los medios.

Pero, consigue objetivos. Cumple metas. Consuma retos y consume tiempo. América está en la Final del Apertura 2016 y está en la Semifinal del Mundial de Clubes ante el amo de Europa.

Inesperadamente, accidentalmente, fortuitamente, afortunadamente, América se encuentra con el partido de celebración de su malhadado, y hasta hoy, marchito Centenario.

Y ante los ojos del mundo y no en una kermés privada en el Estadio Azteca. Hoy FIFA, con todo y sus llagas de corrupción, pero es el padrino de la celebración americanista.

Porque, además, con esta doctrina, jugando, el patriarca del lavolpismo, al más puro estilo del patriarca del lapuentismo, ha desatado una alquimia envilecedora: la amalgama, el coctel, la mescolanza fascinante del equipo que proclama el "Ódiame Más" como linaje, y del técnico que vive frenéticamente ansioso por ese mismo confeti.

Tras esa victoria ante los mecánicos de la Hyundai, los augurios generosos escoltan a El Nido. Y el americanismo, tras 11 meses de viles cataclismos, disfruta festivo ya este maná caído del Cielo: enfrentar al Real Madrid.

Cierto, complicidad de una defensa ingenua, pero con la fortuna del goleador, El Chino Romero saca del síndrome premortuorio al América, y con dos remates con la pata del conejo, lo lleva a alcanzar el Everest, o el Monte Fuji para ser geográficamente correctos, planteado para este torneo: desrridiculizar el ridículo de hace un año ante las huestes chinas de Felipao Scolari.

América llega, insisto, ante el Real Madrid con la ilusión preñada de esperanza. Y también de fe. Recupera a plenitud a Rubens Sambueza, quien busca lavarse el cochambre impúdico, luego de que hace un año armó una zacapela de arrabal con Carlos Darwin Quintero, quien hoy juega con esa aureola purificada del que volvió a nacer.

Además, Renato Ibarra salió con molestias ante el Jeonbuk, pero el futbol tiene, diría Taylor Caldwell, un "Médico de cuerpos y almas", y el ecuatoriano dijo que ante los emisarios celestiales de la Casa Blanca, juega porque juega. Y lo mismo ocurre con Romero.

Sí, la convocatoria de Ronaldo es más de Cristiano que de Ronaldo, por los milagros intrascendentes que provoca. Todos quieren volver a crucificarlo. Aunque al final el Monte Calvario pueda ser repoblado por otros.

La Volpe tiene hoy un catalizador magnífico. Tiene una cuadrilla de arrepentidos, a una manada de contritos, que ven en el Real Madrid la oportunidad suprema de reivindicarse, tras tener a su afición, este año, el Año del Centenario, el, hasta hoy, año del Indecente-nario, más con pañuelos faciales moqueados que con serpentinas perversamente bulliciosas.

Y el técnico argentino debe haber aprendido, tras casi tres lustros de fracasos, a explotar, a exprimir, a detonar esa avidez desesperada, esa hambre de náufrago, para llevarlos al sacrificio extremo en Japón, o digamos harakiri, para ser cultural y geográficamente correctos.

Cierto, La Volpe y su tropilla no saben qué hay detrás de la cortina de la realeza europea. ¿El Real Madrid que enfrentó al Barcelona o el que a veces se vulgariza como un vasallo indigno de su propio estirpe, de su propia prosapia? Pero, eso, ni el mismísimo Zinedine Zidane lo sabe con todo y sus 35 juegos invicto.

Pero, la promesa ya fue hecha y está en la enciclopedia gourmet de las balandronadas. "Le vamos a dar tiki-tiki al Real Madrid".