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La Final "devorada" por la Navidad...

Tenía o tiene todo: jugadores, entrenadores, historia, pasión, antagonismo. El Tigres-América debería ser una gran contienda de futbol, pero una mala planeación enfrió las cosas. Hoy, no sabemos a ciencia cierta si el desgaste de uno y la inactividad del otro terminaran por estropear lo que suponía ser una cumbre futbolística. Y el hecho es que solo descubriremos la realidad una vez que el balón empiece a rodar este jueves por la noche sobre el césped de la cancha del Estadio Azteca…

LOS ANGELES, CA.- La Final que fue devorada por la Navidad tenía todos los matices para ser una de las mejores de la historia. Hoy, no sabemos si sigue intacta, llena y poderosa o se ha enfriado y dilapidado.

La memoria, cuando se trata de futbol, suele ser frágil, insensible y poco confiable. Nadie parece recordar hoy las dudas que tanto Tigres como el América generaron en su futbol mientras finiquitaban el boleto para la final de campeonato. Y eso no ocurrió hace demasiado tiempo…

Concluir a quién le hizo o le hará más daño el insólito y absurdo parón del torneo mexicano es toda una incógnita. De lo que podemos estar casi seguros es que la mala planeación de la Federación Mexicana de Futbol podría terminar por lastimar lo que en condiciones normales sería un magnifica combinación de talento, de poder y de futbol.

El América, por su largo viaje. Tigres, por su inactividad. La realidad es que no sabemos a quién o en quién terminara provocando más daños el aplazamiento de la fecha final. Yo creo que el América terminará resolviendo sus problemas de cansancio ++si es que los tiene++ con algo que un club de sus dimensiones conoce bien: la motivación de competir por un trofeo. El América es un equipo con genes y sangre para jugar finales y aunque es verdad que sigue persiguiendo un nivel y un estado futbolístico que no ha alcanzado todavía bajo el mandato de Ricardo La Volpe, tiene futbolistas y tamaños para competir y para ganar la final. Al América jamás hay que menospreciarlo cuando hay título de por medio.

Lo de Tigres podría ser mucho más grave que lo que parece ser. Es indudable que le cortaron el ritmo, que frenaron su ímpetu cuando parecía encontrar sus mejores fundamentos y que para muchos entrenadores es mejor viajar, aunque sea lejos, pero contar siempre con actividad y con una presión competitiva. Hasta que el balón empiece a rodar, no sabremos qué efectos habrá dejado esa inactividad en un equipo como Tigres.

Al final, una planeación inadecuada ++por no llamarle inútil, torpe, absurda++ podría afectar la conclusión del torneo mexicano entre dos de los equipos que más y mejor invierten en sus plantillas y que cuentan con dos aficiones pasionales, entusiastas y siempre comprometidas. Veremos si el tiempo hizo efecto en la final. Si la altero, si la dejo intacta o aún, por qué no, si la mejoro.

La realidad es que no hay un claro favorito y sí, la esperanza, de ver un juego pleno desde ambos lados de la cancha. El Tigres de Ferreti, de Gignac, de Aquino, de Pizarro que por momentos insinuó haber encontrado el nivel de un campeón y que en otros, pareció caerse y decepcionar, El América de Lavolpe, del recuperado Darwin Quintero, de la velocidad de Renato, de Sambueza, del América que nunca alcanzo su nivel futbolístico ++el prometido con la llegada de La Volpe++ pero que vivía bajo los efectos de la racha invicta y del peso de su camiseta. Insinuaciones, ilusiones, promesas que existían, pero que no sabemos si todavía existen. ¿Sigue siendo una gran Final?

@Faitelson_ESPN