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El "grito ahogado" del futbolista mexicano...

Y en plena recta inicial del campeonato, surge, de pronto, una esperanza: Pumas y Pachuca muestran como la combinación de jugadores de cantera, mexicanos y extranjeros pueden ser, finalmente, "el secreto" de un equilibrio buscado y olvidado por la mayor parte de los clubes. Y Chivas da, por su parte, una muestra de que con material mexicano puede jugar bien y competir en una Liga plagada de futbolistas extranjeros. Una esperanza en medio de la desesperanza...

LOS ANGELES, CA.- El grito ahogado de las canteras y del futbolista mexicano se escucha a través de lo que Chivas, Pumas y Pachuca intentan proponer en la primeras fechas del campeonato mexicano. Y prevalece, entonces, una esperanza, una esperanza de que el equilibrio que ciertamente presumen esos clubes pueda ser una solución a la gran problemática que afronta el futbol mexicano en el futuro próximo: la desaparición del futbolista mexicano.

Jared Borgetti lo advirtió la semana pasada: "Pronto nos quedaremos sin delanteros mexicanos". El entrenador actual de la selección -Juan Carlos Osorio- y el ex entrenador de la selección -Miguel Herrera- coinciden en que el panorama es poco favorable incluso en el corto o mediano plazo. Los directivos lo ven y no lo ven mientras los reflectores se mantienen sobre el pasillo de "llegadas internacionales" del aeropuerto donde un nuevo futbolista extranjero se ha asomado este semana.

El secreto no está en detener la inmigración del futbolista extranjero. El verdadero secreto está en el equilibrio. Lo hace Pumas con una alta efectividad y lo hace también Pachuca con resultados asombrosos. Combinar jugadores de tu cantera con futbolistas importados de buen nivel ha sido siempre "la receta" apropiada del futbol mexicano. La exageración, saltar al campo con más del 80 por ciento de jugadores foráneos, terminará por provocar un daño irreversible en las estructuras el futbol mexicano. En CU: El Pikolín Palacios, Van Rankin, Mendoza, Cortés, Barrera y Gallardo mezclados con Verón, Alcoba, Abraham González, Rabello y Castillo. En Pachuca: Gutiérrez, Lozano, Guzmán, Aguirre y Hernández entrelazados con Jara, Urretaviscaya, Omar González y Murillo.

Chivas, con su política de sólo jugar con nativos, muestra, por otra parte, que con futbolistas mexicanos puedes también intentar y lograr jugar bien al futbol. El equipo de Almeyda ofrece, durante largos parajes del juego, escenas de vértigo, precisión, profundidad y cuando la encuentra, también tiene contundencia. Chivas nos ha puesto un claro y contundente ejemplo en la cancha: Se puede hacer futbol, se puede ganar y se puede competir por el título -este último rubro deberá mostrarlo en el futuro- con un equipo de mexicanos en una Liga donde predominan las nóminas de futbolistas extranjeros.

Un grito ahogado del futbolista mexicano desde el equilibrio que entre cantera y extranjeros proponen Pumas y Pachuca y desde el intento que hace Chivas por jugar bien al futbol y por competir en una Liga que se ha extranjerizado con la llegada de los nuevos tiempos. Yo, lo veo como una señal, un síntoma de esperanza en tiempos donde impera la desesperanza.

@Faitelson_ESPN