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Sin merecerlo, América gana el 'Clásico de los Pelagatos'

LOS ÁNGELES -- Es el Subcampeón. Cierto, para algunos, el primero de los fracasados, pero es el Subcampeón. Y la victoria del América 1-0 sobre Coras no maquilla, ni oculta, la penosísima actuación.

Es el Subcampeón, y un sector de su afición, despidió al América del Estadio Azteca entre abucheos y silbidos. La estela de oprobios que escolta de reclamos a una pésima actuación.

En el "Clásico de los Pelagatos", porque así se definieron uno al otro, Ricardo Peláez a José Luis Higuera públicamente, y el segundo al primero, en petit comité, en ese duelo de directivos sobajados, el que ganó no fue el mejor.

Es el Subcampeón, y con la poderosa nómina fue recluido en su cancha, detrás de la cortina del miedo. Fue arrempujado a la trinchera donde los roedores tiritan ante la amenaza del gato.

Es el Subcampeón. Y después del 1-0, reculó como equipo chico; se culipandeó como equipo medroso, muy, pero muy lejos, de aquella fantasiosa promesa de su técnico Ricardo LaVolpe: "un equipo ofensivo, espectacular, que proponga, que agrade, que intimide...".

Es el Subcampeón, y El Nido seguramente pondrá la bandera a media asta, con crespones de luto, porque su equipo vive la peor de sus mejores crisis en la época de Peláez.

Es el Subcampeón, y las Águilas deben estar trémulas, porque la sumisión táctica, espiritual, moral y futbolística que sufrieron ante Coras Tepic, tiene la fetidez del almizcle, del miedo de las víctimas, de cara al Clásico.

Es el Subcampeón, y al América lo salva el gol de Michael Arroyo, el jugador maltratado, vejado, por su propio técnico, quien primero quiso deshacerse de él, y hoy lo reintegra al equipo, a regañadientes. LaVolpe muerde el empeine que le sigue dando de comer...

Es el Subcampeón, pero América fue inferior. Coras Tepic lo domesticó. No le alcanzó para más, porque Marchesin atajó un penalti mal cobrado, y además un disparo esquinado de Nápoles. Su portero Arana resolvió crucigramas en el segundo tiempo...

Es el Subcampeón. Y la posesión de balón en el segundo tiempo es un insulto para el equipo del que asegura que "en lo táctico, robo". 73 por ciento fue el control de los Coras. Y seguro cualquier día saldrá a decir LaVolpe que es el maestro del maestro de la posesión, Pep Guardiola.

Es el Subcampeón. Pero sus jugadores exhibieron una pobreza extrema de espíritu, de calidad y de fe. El mejor hombre en la cancha fue de nuevo el argentino Neira, quien, intermitente y todo, lamentablemente juega dos segundos adelantado a sus compañeros. Irónico: ese puede ser el jugador que podría encajar en El Nido como ajedrecista en la cancha...

Cuando las imágenes de la televisión se concentraban en el área del América y aparecían nueve camisetas de un amarillo cada vez más pálido y el púrpura de Marchesin, amontonaditos como condenados a muerte, era dudoso creer que el atemorizado Subcampeón de la Liga MX jugaba en casa, por la Copa MX y ante un adversario de la Liga de Ascenso.

Sin que le sirva de consuelo, ni de referencia, ni de aliento, ni de bendición, ni de garantía, América consigue una victoria inmerecida en el "Clásico de los Pelagatos", porque así se vilipendiaron mutuamente Peláez e Higuera, pero de poco o nada le sirve para encarar a las Chivas en el Clásico Nacional.