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Un Clásico que huele a gloria y a fatalidad...

¿Se va La Volpe? ¿Se va Jémez? Yo, la verdad, creo que ninguno de los dos se juega su trabajo este sábado. Lo que no ocurrió antes, no pasará ahora en el América y esta claro que los tiempos en Cruz Azul tienen otros plazos a partir de las grandes desavenencias de los últimos tiempos. El Clásico se juega en medio de dos equipos que no han encontrado, ya no digamos sus mejores condiciones, que no han encontrado condiciones futbolísticas en el torneo, que están extraviados y que tienen temor de lo que pueda suceder. El Clásico aparece, también, como una exquisita oportunidad de resarcir la temporada, levantar las velas y navegar contra el viento en busca de una la clasificación a la liguilla. Todo eso hay este sábado en el Azteca y algunos recuerdos que huelen gloria y otros a fatalidad...

LOS ANGELES, CA.-- Aplastados por su poco futbol y envuelto en el gran morbo, la continuidad de su entrenadores, el América y el Cruz Azul juegan este sábado un partido que en la última época ha marcado todo un escenario realidades para uno e irrealidades para el otro.

El América parece entender que cada vez que tiene enfrente al Cruz Azul es capaz de cualquier cosa, incluso de volver de su estado más anémico e impreciso para protagonizar un ansiado regreso. La final del torneo Clausura 2013 y la última cita en Liga MX, aquella casi milagrosa voltereta tras ir cayendo 0-3 en el Estadio Azul, son algunos de los ejemplos más precisos y preciados de la historia entre ambos clubes. Y el Cruz Azul, por su lado, sabe que existe una cuestión psicológica que le afecta y que al mismo tiempo le provoca sensaciones de tristeza, angustia y rabia cada vez que tiene enfrente la camiseta azulcrema.

Bajo ese tipo de argumentos y nociones frescas, el juego promete convertirse en una batalla, sin cuartel. El problema es la grave ausencia de futbol que los dos han mostrado en el primer tercio de la temporada.

El América parece golpeado, anímica y futbolísticamente. De manera indirecta, el último impacto negativo lo ha recibido desde la explicación de la directiva de lo que estaba sucediendo. Decir que la crisis actual se debe a la incapacidad de cuidar y renovar al plantel durante el receso invernal, supone ser una crítica a los futbolistas que hoy, bien o mal, están luchando para tratar de sacar adelante la empresa. Se supone que a pesar de todo y ante todo, el América sigue teniendo un entrenador y un equipo con nombres suficientes para lograr la clasificación a la liguilla, con lo cual, los pretextos salen sobrando.

Y en Cruz Azul, Paco Jémez no tiene la culpa de los antecedentes directos de los últimos tiempos ante el América, pero hoy más que nunca, requiere levantar a su equipo y ganar partidos. Un solo triunfo en siete jornadas de la Liga son un pobre rendimiento para un club que volvió a sacar la chequera para reforzarse en cada una de sus líneas. Jémez sabe o debe saber, como también lo entienden sus futbolistas, que esta clase de juegos arrojan una invaluable cantidad de confianza, justo “el ingrediente” que Cruz Azul parece necesitar con angustia para resarcir su campaña.

Esperemos que con ello alcance: con el poco futbol que han mostrado los dos equipos, con la incertidumbre del América, la desconfianza del Cruz Azul, el morbo por los dos entrenadores y el recuerdo de la gran historia que corresponde a cada institución. Esperemos que con ello alcance para que el Clásico cubra las necesidades emocionales de los aficionados. América y Cruz Azul, un Clásico que tiene todo, parajes llenos de gloria, senderos absorbidos por la fatalidad.

@Faitelson_ESPN