Cuando parecía que la jornada del 14 de febrero era la que marcaría el final de la una época, la del 8 de marzo fue aún más imponente y profunda. El Barcelona ha regresado de manera épica, gloriosa y apoteósica para sostenerse con vida en la Liga de Campeones de Europa. Y lo ha hecho de la mano de su futbol, de su espíritu e imaginación y también de la estrecha colaboración del rival, un rival que no existió en el campo de futbol. Nada nos debe sorprende. Al fin y al cabo, fue el Barcelona, el Barça y nada más.
LOS ANGELES, CA.- El Barcelona se aferró a la fe de un milagro y a partir de ahí se ha reconstruido en la jornada que no se olvidará por muchos años en el Camp Nou.
Y el futbol terminó premiando a quien salió a forjar, a buscar esa hazaña -al Barcelona- y no al medroso, timorato y hasta cobarde equipo que salió a especular -el Paris Saint Germain-. Lo que ha ocurrido esta noche en Barcelona es mucho más normal que lo que había sucedido el 14 de febrero en París.
El Barcelona trabajó sobre un guión casi perfecto de una película de suspenso que tuvo momentos dramáticos y un cierre majestuoso. El PSG, por su parte, se esmeró en que la película tuviese siempre una reseña apegada al terror. No sólo salió a defenderse al Camp Nou, también lo hizo mal. Le cedió el balón, la iniciativa, el terreno y hasta empeñó su alma ante el Barcelona, que sigue teniendo jugadores de gran clase y categoría que solo necesitaban de una insinuación de miedo del rival para tirarse con todo. El entrenador español Unai Emery esperó 55 minutos y tres goles para enviar a la cancha a Angel Di María y para adelantar un poco las líneas. Era demasiado tarde, siempre fue demasiado tarde para un equipo que de ninguna manera merecía más de lo que se llevó de Barcelona.
La jornada ha pasado también por la polémica arbitral. El alemán Deniz Atyekin no estuvo en su mejor presentación y sus decisiones, sin duda, se reflejaron directamente en el marcador, pero aún siendo así, nada estuvo por encima de la apoteósica voletera que propuso el Barcelona. El futbol premió, insisto, a quien procuró hacer algo en la cancha y no a quien llegó a ella a especular.
El Barcelona está de vuelta. Justo unos días después de que Luis Enrique anunciara que dejaría al equipo al final de la temporada. Hoy, es líder de la Liga, finalista de la Copa del Rey y está, nuevamente, entre los 8 mejores equipos de Europa y del mundo. Y será, sin duda, uno de los grandes favoritos para contender por "la orejona" en Cardiff.
Nada debe sorprendernos con este Barcelona. Es el mejor equipo de la época, es uno de los mejores equipos en la historia del futbol y de todo el deporte.